lunes, 25 de julio de 2011

Domingo por la tarde



Ocurre que los libros más interesantes y que uno recomienda a sus amigos, tienden a desaparecer de la biblioteca propia. Ahora me gustaría volver a encontrar uno de cuyo título no me acuerdo y cuyo autor he olvidado. Era pequeño, en inglés, tapas verdes, de alguna colección de Penguin Books. Alguien había estudiado que en la segunda guerra mundial, de los soldados nuevos que enviaban al frente después de un cierto entrenamiento, muchos se morían a la primera batalla. Falta de experiencia, incapacidad de llevar a la práctica una serie de cosas que te han contado pero no has experimentado. Los que sobrevivían se convertían en expertos soldados y ya no se dejaban matar tan fácilmente. Hasta aquí, normal.

El caso es que también observaron que al cabo de un tiempo, tenían tanta confianza en sí mismos, en su destreza, en su buena suerte, que volvían a ser presa fácil. Parece que mantener el nivel es más difícil que alcanzarlo.

El mismo libro que comentaba menciona el fenómeno de los milagros por televisión; el de los predicadores que en tiempo real producen milagros (curan a alguien, etc.). Esto es más sencillo de lo que parece. La única parte difícil es conseguir una audiencia suficientemente amplia; pero una vez dos millones de personas te están siguiendo, los milagros se producen por simple estadística. "estoy viendo a un servidor de Dios que sufre de la espalda", "recemos todos juntos por su alma y pidamos un milagro". Entre dos millones de personas hay unas cuantas a las que duele la espalda, y entre estas, alguna con suficiente entusiasmo como para sentirse mejor en este momento; y en cuanto llame a la cadena de televisión, aumentas la audiencia.

A veces los milagros se hacen en nombre de la ciencia, pero el principio activo es el mismo. Dejo a la imaginación del lector los ejemplos.

Como no soy médico tengo que usar otros métodos para diagnosticar. Por ejemplo ayer, estando con un amigo, le pregunto a las cartas del Tarot ¿que podemos hacer tu y yo? (y salen las de la imagen de arriba) ¿A que está claro?

viernes, 15 de julio de 2011

Knock, knock, knockin' on heaven's door



"Nos enfrentamos a un enorme problema de salud mental como consecuencia de las guerras en Irak y Afganistán. Como país no hemos respondido adecuadamente al problema. A menos que actuemos sabiamente y con urgencia, en los años venideros tendremos que lidiar con una epidemia de heridas psicológicas relacionadas con los servicios [militares]."
-Bobby Muller, Presidente de "Veterans for America"

"La naturaleza múltiple de la misma [múltiples salidas y despliegues más largos] no tiene precedentes. El personal simplemente es atacado y atacado y atacado."
-Maj. Connie Johnmeyer, 332nd Medical Group

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"El Departamento de Defensa se ha resistido durante mucho tiempo al diagnóstico de la MTBI (Mild Traumatic Brain Injuries) y ha evitado el pago de un exitoso -pero caro- tratamiento. El precio de esta resistencia es la escalada en las tasas de suicidio y de incidentes de violencia doméstica entre los soldados que regresan. En 2010, se suicidaron casi tantos soldados como cayeron en batalla." [se refiere a soldados en funciones, es decir, sin contar los suicidios entre los ya licenciados]
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-Conn Hallinan (Counterpunch)

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No existe un sistema para llevar registro de los suicidios de los veteranos. Algunos estudios epidemiológicos llevados a cabo por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, así como otros estudios, sugieren que la tasa de suicidios en veteranos de guerra es siete u ocho veces mayor que en la población en general. Un informe del año 2005 y restringido a dieciséis estados estableció que los suicidios de veteranos de guerra representaban el veinte por ciento del total, un hallazgo extraordinario, considerando que los veteranos representan menos del uno por ciento de la población. Actualmente se cree que el trastorno de estrés postraumático afecta al treinta por ciento de los casi dos millones de soldados en actividad y veteranos de las guerras de Irak y Afganistán.
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-Amy Goodman (DemocracyNow)


Podemos deducir que ya está firmemente establecida una relación causal entre el MTBI y los infructuosos intentos de "ganar los corazones y las mentes" en alguna parte del mundo.


Hace poco me preguntaba -y preguntaba a mi alrededor-  ¿que implica el vivir en una sociedad enferma?
Entre las personas a las que he planteado directamente una pregunta así, ninguna dispone de una respuesta medianamente formulada. La mayoría considera que uno no debe hacerse este tipo de preguntas, y prácticamente se considera que 'mirar' este tipo de cosas no es sano.
No tengo duda de que ES más importante atender a lo que funciona bien. Y que pre-ocuparse no es útil. Pero tampoco sé de ningún caso en que la política del avestruz haya dado resultados. Imagino que el efecto rebaño (sentirse rodeado por otros en igual condición), y la abundancia de medios para distraerse hacen más facil (¿preferible?) olvidarse que ocuparse.
En lugar de cosas-de-soldados-que-no-tienen-nada-que-ver-conmigo podría hablar de otras cosas que ocurren aquí. Pero seguiríamos igual: si no me embargan el piso a mi, no es mi problema; y si me lo embargan a mí, es un problema particular, que no tiene que ver con una patología social. O podríamos hablar de niños medicados por el tan traído TDAH: si son los niños de otros que más da, y son los propios es un problema particular. O puede que sea -solo- un problema profesional y no una patología social. Etc.


No se quien ha navegado a vela alguna vez, pero en medio del mar NO PUEDES hacer ver que no viene una tormenta. Y no se trata de pre-ocuparse, se trata de ocuparse:  poner la vela adecuada, asegurar todo lo que podría soltarse, etc.  Enfin, no me extrañaría nada que hubiera nombre para un trastorno como el mio, eso nos permitiría a todos dormir el sueño de matrix.




martes, 12 de julio de 2011

Autoconciencia



  • Autoconciencia: ... darse cuenta de que pensamientos atraviesan nuestra mente, que emociones nos frecuentan, como actuamos y por que motivos ... en suma, reconocer cuales son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles.


Recientemente encontré este post de Khalid Amayreh escrito a raíz de los sucesos con la flotilla de la libertad 2. El post lleva como título "Israel se ha vuelto completamente loco"
No hace falta ser un gran analista psicológico para darse cuenta que su patrón de conducta es síntoma de un país que no está seguro de su credibilidad moral.
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El reciente comportamiento de Israel hacia una serie de cuestiones y acontecimientos describe a un Estado preso de angustia existencial. Por ejemplo, la respuesta claramente histérica del gobierno israelí a la movilización de unos pocos barcos con ayuda humanitaria para los habitantes de la bloqueada franja de Gaza, parece la caricatura de un Estado que reacciona de manera fóbica a peligros y amenazas que en realidad no existen.
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Esto me recuerda algo que se ha dicho muchas veces y se ha olvidado otras tantas: que los países, las sociedades y las culturas, al igual que las personas individuales, pueden caer en procesos patológicos, es decir, sufrir sociopatologías. Y que no es extraño la falta de autoconciencia de ello, al menos para la mayoría de los miembros del grupo social.

Domenico Losurdo, filósofo y profesor de filosofía en la Universidad de Urbino, en una conferencia dada en 1994 sobre "Autoconciencia y falsa conciencia en Occidente", decía:
Adam Smith, uno de los padres fundadores de la tradición liberal de Occidente, en las Lecciones de Derecho, cuando comienza a examinar la cuestión de la esclavitud, hace estas observaciones: "En general, nos inclinamos a pensar que la esclavitud casi ha desaparecido debido al hecho de que en Europa se ha eliminado, pero en realidad, Europa es una pequeña isla de libertad en un océano ilimitado en el que la esclavitud sigue existiendo y es vital". ¿Que es sorprendente en esta declaración? El hecho de que se haya eliminado un pequeño pero importante detalle, que Europa se celebra a sí misma como la pequeña isla de libertad, pero en realidad en ese momento se plantea la cuestión de la trata de negros protagonizada precisamente por Europa, y en primer lugar por la Inglaterra desde donde habla Adam Smith.
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la Europa que se celebra por Adam Smith como la pequeña isla de libertad, es en realidad la protagonista de la peor forma de esclavitud...
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Creo que esta es la "falsa conciencia de Occidente". Esta falsa conciencia sigue apareciendo después en formas muy diferentes, pero yo diría que la característica clave es el intento de externalización de la maldad. Yo diría que el caso tal vez más sensacional es el de Oswald Spengler, autor de "La decadencia de Occidente". Declara que Rusia, después de la Revolución de Octubre, depuso su máscara blanca y demostró ser una potencia asiática, mongólica. En efecto la Unión Unión Soviética en ese momento no solo pide la descolonización, sino que también insta a los esclavos de las colonias a romper sus cadenas, he aquí la razón, de acuerdo con Oswald Spengler, porque Rusia ya no forma parte de Occidente...

Lewis Fry Richardson fue un matemático, físico, meteorólogo, psicólogo y pacifista que tuvo un cierto éxito en crear modelos matemáticos para la predicción del tiempo. En su momento no existían ordenadores, pero nuestras actuales previsiones meteorológicas derivan de su trabajo precursor. Poco después de la I Guerra Mundial se le ocurrió estudiar del mismo modo una clase de cataclismos que repetidamente asolan nuestra especie y desvirtúan cualquier progreso: las guerras. Reunió cuantos datos pudo e intentó aplicar sus métodos para lograr explicar y predecir las guerras. En esta dirección no obtuvo ningún éxito, parece que las guerras no siguen ningún patrón predecible. Pero algunos de los datos que muestran las estadísticas todavía escuecen. Se han rehecho, ampliado y refinado muchas veces, pero siguen mostrando lo mismo. Entre otras cosas, que los países cristianos tienen mayor propensión a iniciar guerras que los de cualquier otra religión. Si ahora observamos la forma en que se maximizan unos hechos y se minimizan otros, aquello de la "externalización de la maldad"  adquiere una presencia más cercana.

Inmaculada Jauregui Balenciaga, Doctora en Psicología establecida en Gran Canaria, en esta publicación de 2008 titulada "Psicopatía, ideología y sociedad", escribe:

La relación entre lo psicológico y lo social ha sido manifestada a lo largo de muchos siglos y por diferentes autores, entre los cuales destacamos a Rush, quien halló una relación estrecha entre la organización económico-política y la enfermedad, de tal forma que cambios en dicha organización producían cambios en la salud (de la Heras, 2005). Kraepelin, a finales del siglo XIX, también llega a la conclusión de la estrecha relación entre el aumento de las enfermedades mentales y el desarrollo de la civilización (de la Heras, 2005). Freud, en su día, mostró que hay algo en la cultura, intrínseco a ella, que goza de la facultad de perturbar la psicología. El producto de la civilización humana, lejos de aportarnos bienestar, ha aportado todo un malestar, más o menos difuso según los tiempos, que se expresa en fenómenos como las guerras y otros desastres que toman forma de pandemia.
Posterior a estos autores, Karen Horney (1985) diagnostica a los individuos de nuestra sociedad actual de neuróticos. En su obra, la autora muestra que las neurosis de los individuos son específicas, no solo de la historia individual de cada uno, sino de la cultura en la que viven.

Encuentro aquí otro artículo interesante e inquietante. El doctor Paul Babiak, psicólogo industrial y organizacional, trabajó para diferentes compañías para ayudarles a determinar cuáles de sus empleados eran prometedores.
Entre los candidatos había desde supervisores hasta directores ejecutivos. Al tiempo que examinaba su desempeño y potencial en general, a Babiak le permitieron usar la Escala de Calificación de Psicopatía de Hare (Escala PCL-R), una prueba psicométrica que se usa para evaluar si criminales tienen tendencias psicópatas.
Babiak descubrió que de las 203 personas a las que les hizo el test, una de cada 25 clasificaron como psicópatas, a pesar de no tener un pasado criminal. Eso es cuatro veces más de lo que se espera encontrar en la población en general. Cuando Hare revisó la información, descubrió algo más.
"Las evaluaciones internas de las compañías sobre estas personas a menudo decían cosas como 'esta persona es un líder -innovador, inteligente, confiable, energiza la oficina cuando llega, etc.-'", según le dijo Hare a BBC Focus.
"De hecho, entre más alto marcaran en la prueba de psicopatía, mejor la opinión que sus superiores tenían de ellos".
La Escala de Calificación de Psicopatía de Hare usualmente sólo se le administra a internos en hospitales psiquiátricos de alta seguridad, para determinar si es conveniente liberarlos.
Pero en este caso se trataba de personas aparentemente normales. Y eran esas características, que le habían permitido a otros a matar y mutilar sin empatía, las que le habían posibilitado a la gente que Babiak estaba evaluando abrirse el camino para sobrepasar a sus colegas.
Bien, todo lo precedente, esa especie de 'historias para no dormir' es solo para enmarcar el tema de hoy. Para darse cuenta de que nuestra sociedad sufre alguna patología no hace falta leer a ningún psicólogo, ni sociólogo, ni filósofo ni nada. Basta con hacer un ejercicio de memoria y anotar qué cosas vamos agregando a nuestra normalidad. Tengamos una biografía extensa o breve, podemos recordar situaciones y comportamientos que en otro tiempo considerábamos desagradables, no deseables, o incluso inaceptables y hoy, los encontramos normales.

La pregunta es ¿que implica el vivir en una sociedad enferma? ¿cómo me afecta? ¿en qué me limita? ¿a qué me obliga? Porque alguna responsabilidad tendré en ello; y en todo caso, no hay nave espacial disponible, ni lugar al que huir, así que más vale ser propositivo y proactivo .

La verdad, no lo tengo muy claro ... se admiten sugerencias.

miércoles, 6 de julio de 2011

VERDADES, CERTEZAS Y MITOS



Hace pocos días hablaba de verdades y certezas, hoy le añado mitos (leyendas urbanas más crecidas, nada que ver con arquetipos Jungianos ni nada por el estilo). No sé si es la edad, el recorrido, o la época actual, pero el caso es que cada día estoy más convencido: "La verdad es sólo para los que la buscan".

Que la realidad tiene muchas caras nos lo mostró muy bien Akira Kurosawa con el film Rashomon. Que los noticiarios son parciales puede constatarlo (incluso el más crédulo) con solo comparar, para alguna noticia 'sensible', como la comunican (o esconden) diferentes medios. Que la verdad es frecuentemente empañada por intereses comerciales ... que os voy a contar (sin ir más lejos, ahí está Los Crímenes De Las Grandes Compañías Farmacéuticas).

Por el lado de la ciencia podría pensarse que pisamos un terreno más firme. Pero si caemos en la cuenta que los científicos son seres humanos, deducimos que están sujetos a las mismas tentaciones y debilidades que los demás. En su momento me sacudió 'La doble hélice', donde James Watson narra el lado más humano y menos hollywoodiense de la investigación para desentrañar la estructura del ADN (y que, junto con Crick y Wilkins, le valió un Nobel).

Más recientemente, John P. A. Ioannidis en este artículo (PLoS Medicine) declara:
    Existe una creciente preocupación de que en la investigación moderna, los resultados falsos pueden ser la mayoría o incluso la gran mayoría en las investigaciones publicadas. Sin embargo, esto no debería sorprender. Se puede demostrar que la mayoría de los pretendidos resultados de investigación son falsos.
Y en este (Newsweek):
    No se trata sólo un estudio individual aquí y allá que es defectuoso ... el marco mismo de la investigación médica puede estar descompuesto, lo que lleva una y otra vez a resultados que son, en el mejor de los casos no probados, y en el peor peligrosamente equivocados.
Ambos artículos merecen ser leídos con atención. Están en inglés, pero con el traductor de Google y algo de paciencia se entienden. Y es difícil cargarselos como si se tratara de un exabrubto de algún 'antisistema'.
   
También ocurre que algunas teorías científicas se mantienen intocables como dogmas de fe. Por ejemplo, dado que -aparentemente- contradecir a LA teoría de evolución sería caer en el creacionismo (o el diseño inteligente), se diría no hay lugar para cuestionar nada; a pesar de que algunos de los hechos conocidos no cuadran con la versión oficial de la teoría de la evolución. Y un día fui a parar al blog de Máximo Sandín. Es una visita obligada para cualquiera interesado en algún aspecto de la biología; por sus escritos y por las numerosas y valiosas referencias / enlaces. Jubilado de la universidad, sigue ejerciendo la docencia por otras vías.

Puede constituir un prólogo, esta entrevista a Máximo Sandín realizada hace cosa de tres años en ocasión del bicentenario del nacimiento de Darwin. Copio un fragmento (los subrayados son míos):

 [Pregunta]... su vocación es la de que se genere una nueva percepción de la evolución de la vida en la sociedad, de manera mucho más amplia y participativa, con la comunidad científica incluida. ¿Se puede afirmar con rotundidad que no tenemos todavía respuestas claras y pruebas sobre los mecanismos de la evolución biológica como para dar tanto peso a las teorías propuestas por Darwin?

 [Respuesta] Lo que podemos afirmar es que sí tenemos pruebas y datos experimentales sobre los mecanismos de evolución, pero que son muy diferentes y contradictorios a la propuesta de Darwin y a las propuestas de los darwinistas.
 Lo que pretendo transmitir, en la medida de mis posibilidades y eso sí, a una audiencia muy limitada en comparación con la que es bombardeada con los tópicos “oficiales”, es que la evolución y la vida no tienen nada que ver con la sórdida concepción de “la lucha por la vida” y “la supervivencia del más apto”. Que esas eran unas ideas de unos señores victorianos muy desagradables del siglo XIX que vinieron muy bien para justificar la situación social y colonial de entonces (y, en muchos casos, de ahora), aunque su aplicación ha conseguido convertir a la sociedad y, de seguir por este camino, a la naturaleza desequilibrada, en algo parecido. Que la naturaleza no es un campo de batalla en el que todos los seres vivos compiten permanentemente (para los darwinistas, compiten el ADN, las proteínas, las células...), sino que es algo de una enorme belleza y complejidad en la que todo está relacionado y es imprescindible para su funcionamiento, donde no sobra nada ni nadie. Que es absolutamente falso que el comportamiento humano esté “codificado” en los genes, porque la influencia del ambiente está implicada en todos los fenómenos de la vida, desde el mismo control de la información genética hasta en el desarrollo embrionario y cerebral. Y que no hay genes “malos”, ni menos “al azar”, sino secuencias alteradas por las miles de sustancias tóxicas y agresiones ambientales a que estamos expuestos. Pero, sobre todo, que es necesario reflexionar sobre dónde han llevado a la naturaleza y a la sociedad estas ideas y sobre la necesidad de ser más respetuosos con una naturaleza que estamos muy lejos de comprender, y más aún de controlar, y de la necesidad de construir una sociedad en la que haya sitio para todos.

Recomiendo a todos el mencionado blog, y valgan como ejemplo estos dos artículos: LOS CIEGOS Y EL ELEFANTE, VIRUS Y LOCURA.

Es un gran alivio descubrir que, cuando uno se ve incapaz de hacer cuadrar la propia experiencia y razonamiento con algunas teorías oficialmente reconocidas, no necesariamente significa que se haya vuelto loco ni nada por el estilo. No, a veces el error y la confusión está del lado de los que más se hacen notar.

sábado, 2 de julio de 2011

VERDADES Y CERTEZAS



Michael Gazzaniga, entre otras cosas director del 'SAGE Center for the Study of the Mind' de la Universidad de California en Santa Barbara, me ha choqueado más de una vez. Como en los test a una persona a la que (por motivos médicos) se le había seccionado la comunicación entre ambos hemisferios cerebrales. Un hemisferio 'inventa' justificaciones para acciones que emprende su otro hemisferio y de las que no conoce absolutamente nada (véase artículo, libro 'el cerebro ético').
Investigación y Ciencia, en el número de Junio pasado, publica un artículo de este autor sobre los problemas de todo tipo que afronta el uso de escáneres cerebrales en los tribunales de justicia. La investigación, a la vez que arroja luz sobre algunos hechos hace aflorar antiguas dudas. Cito del mencionado artículo:
Un reciente trabajo del Dr. Anthony D. Wagner y sus colegas en la Universidad de Stanford, ha puesto de manifiesto que bajo condiciones controladas de experimentación IRMf, en combinación con complejos algoritmos de análisis llamados 'clasificadores de patrones', se puede determinar con precisión que una persona está recordando algo, pero no si el contenido de la memoria detectada es real o imaginario. En otras palabras, podríamos ser capaces de utilizar IRMf para detectar si los individuos creen que están recordando algo, pero no podemos decir si sus creencias son correctas.
¿Miente quien cree decir la verdad, por el hecho de haber errado en su creencia? Oliver Sacks cuenta como introdujo en su autobiografía el recuerdo propio de un episodio de la guerra en el cual no había estado presente. Fue protagonista y testigo de excepción para un hecho corriente: un suceso ajeno (oído contar, visto en un film) se cataloga en la mente como si hubiera sido experimentado. (véase entrevista).

También podemos plantearnos la situación inversa ¿No miente quien afirma algo que desconoce, si por casualidad acierta?

La noción de verdad es elemento troncal de la filosofía. Cada escuela le ha dado su especial giro, y el tema aún está lejos de haberse agotado. Para los filósofos griegos 'verdad' se identificó con 'permanencia'. La realidad, pues, sería lo que perdura; fuese ello una substancia material, números, cualidades primarias, o ideas.
Descartes sistematizó la duda y determinó que la filosofía solo puede progresar a partir de verdades 'evidentes' (que además de ser ciertas, podemos percatarnos de ello). Tomó como piedra angular el famoso 'pienso, luego existo'. Más tarde, Hume puso en duda la validez absoluta de lo razonado: "Después de haber hecho un razonamiento perfecto, aun me queda la duda de en virtud de qué razones debo asentir a él". Requiere la experiencia como fuente de conocimiento, y refuta la pretensión de lograr un conocimiento absolutamente cierto.
Kant no sigue exactamente ni al racionalismo ni al empirismo, distingue entre los juicios analíticos y los sintéticos. Los primeros son puro producto de la razón e irrefutables. Los segundos se dividen a su vez en 'sintéticos a priori' de los cuales podemos obtener certeza, y los 'sintéticos a posteriori' que requieren la experiencia y que comportan, tan solo, un conocimiento probable.
Ya en el siglo XX, Tarsky retoma la noción de verdad y busca la manera de eludir las paradojas que han ido apareciendo (desde, por lo menos, Epiménides). Pone en duda la posibilidad de una definición rigurosa de verdad en los lenguajes naturales. E impone fuertes restricciones en los lenguajes formales para evitar la autoreferencia y la ambigüedad en sus definiciones de verdad.

Si cambiamos la perspectiva y nos acercamos al mundo cotidiano, encontramos que la noción de verdad se emplea ineludiblemente y, con fines prácticos, se adoptan definiciones 'suficientemente útiles'.

En jurisprudencia, cuanto más graves puedan ser las consecuencias de un juicio, mayor es la exigencia en las pruebas. Es un principio del derecho penal en nuestro país (importado del mundo anglosajón) que para condenar a alguien se precisan pruebas 'más allá de toda duda razonable'. Sin que esté totalmente claro el significado de esta afirmación, se aplica en un sentido menos estricto del 'más allá de toda sombra de duda'. Esto es, un hecho se considera probado si las hipótesis alternativas son altamente improbables. En el derecho civil la probación puede ser aún menos estricta, basta con que haya más evidencias a favor del hecho de las que hay en contra.

Esta necesidad práctica de tomar como 'verificado' algo paro lo cual no podemos obtener la certeza absoluta, también aparece en muchas áreas científicas y técnicas. En algunos casos se adopta un criterio de 'certeza estadística'. Por ejemplo, en criptografía se requieren números primos muy grandes (de miles de cifras decimales). Como la verificación exacta tomaría demasiado tiempo, se hace una comprobación estadística: sin alcanzar la certeza, se sabe que muy probablemente tal número es primo. En mecánica cuántica, el desconcertante teorema conocido como 'Desigualdad de Bell' no puede verificarse estrictamente (cualquier medición de una propiedad en una partícula condiciona o invalida una medición subsiguiente), la experimentación se hace de modo estadístico (estudiando la correlación en las mediciones efectuadas a muchas partículas).
En otras áreas del conocimiento donde no pueden obtenerse certezas se adoptan 'verdades' de consenso. En psiquiatría se describen y delimitan trastornos (quizá verdaderas 'entidades nosológicas') por consenso entre los integrantes de un panel de expertos. En historia, 'la verdad' es aquella interpretación de los hechos conocidos que obtiene mayor consenso.

El tema del consenso, tal como se utiliza en la toma de decisiones que afectan a un colectivo, ha evolucionado con el tiempo. El consenso en el sentido de 'obtener el máximo apoyo' ha dado lugar al consenso en el sentido de 'obtener el mínimo de oposición'. Incluso, en algunos casos y situaciones, sólo se adopta una decisión colectiva por unanimidad.

En relación al tema de 'verdad' hay un aspecto importante que no se ha mencionado. Es la cuestión del valor que tenga la 'verdad' para quien hace la evaluación. La elucidación de si algo es cierto o no, requiere que esta discriminación sea más importante que otros posibles beneficios, independientemente de la manera como se determine. Y no se trata solo de honradez. La historia de la ciencia está jalonada de engaños y de autoengaños. Un caso paradigmático fue el de los 'rayos N'. Lo más interesante desde el punto de vista psicológico no es que su descubridor, Blondlot, viera algo que no existía, sino que algunos otros físicos tambien lo vieron.

En fin, y para acabar el post, la incertidumbre es condición habitual en nuestra vida y de alguna manera hay que tomar decisiones. Incluso las que toma uno mismo en solitario requieren consenso entre las diversas tendencias que conviven bajo la denominación 'yo'. Y uno mismo en solitario también está sujeto a todos los escollos que muestra un breve repaso histórico a la noción de verdad.