Lo que he descubierto

Lo que he descubierto

-->


LO QUE HE DESCUBIERTO SOBRE LA ESQUIZOFRENIA Y OTRAS DISFUNCIONES
20 de diciembre de 2010
 
 
Presentación:
El objetivo perseguido con este escrito es contactar con personas que se sientan involucradas en esta temática – ya sea desde una perspectiva profesional o de afectado – y que no se hayan resignado a tratamientos que no solucionan los problemas de fondo; es decir, que contemplen la posibilidad de encontrar mejores formas de afrontar este tipo de disfunciones.
Para explicitar mi posición intelectual y anímica describo ‘mi descubrimiento' de lo que representan los trastornos mentales y como funciona la medicina relacionada con ellos. Está escrito desde el punto de vista del familiar de una persona diagnosticada con esquizofrenia; no sigue ni un orden cronológico ni se organiza en una estructura lógica; más bien adopta la forma de una narrativa periodística, marcadamente simplificada y fragmentaria , sin pretender de ningún modo abarcar todo el tema. El modo cómo ha sido escrito es una mezcla de ‘corta y pega', citas explícitas, y razonamientos propios.
Esta descripción resume ‘a donde he llegado' en mi recorrido. Otras personas tendrán otras experiencias y posiblemente lleguen a conclusiones muy diferentes; me gustaría conocerlas. Seguramente podríamos ampliarnos mutuamente la comprensión del tema e incluso cabe que llegáramos a descubrir vías de actuación más satisfactorias que las conocidas a presente por cada uno de nosotros.
No estoy interesado en absoluto en denunciar más males, ni en combatir a ningún malvado.
 
Contacto: Pere Montaña, email: pere.montana.altes@gmail.com
 
 


“ tu hijo es esquizofrénico ”
Ante la primera noticia, pasado el shock inicial, reaccioné conforme a los patrones del grupo social donde he crecido: “bien, padece una enfermedad y habrá un tratamiento para ella”. Tardé poco en darme cuenta de que no es así. Para los que desconocen totalmente el tema lo resumiré en forma de caricatura y eludiendo muchos matices que en realidad hacen diferencias substanciales:
•  Quien experimenta un dolor o constata un funcionamiento anormal de alguna parte de su cuerpo, busca solución acudiendo a un médico. Éste, que además de ser bueno habita un mundo capitalista, procura una solución que sea útil para él (el médico) y para el otro (el paciente); para ello recurre a los productos y servicios de una industria (la sanitaria) que basa su beneficio en apaciguar las dolencias de sus clientes.
•  Quien es acosado por agentes de la CIA asociados con ex-agentes del KGB y acompañados de unos hombrecitos verdes, NO acude al médico. Son sus familiares o amigos quienes lo hacen, y el médico, que además de tener buenas intenciones habita un mundo capitalista, procura una solución que sea útil para él (el médico) y para sus clientes ( los familiares o amigos del paciente ); para ello recurre a los productos y servicios de una industria (la sanitaria) que basa su beneficio en apaciguar las dolencias de sus clientes .
Esta diferenciación que ahora expreso de forma tan simple se fue formando poco a poco; los dos párrafos anteriores son fruto de varios años de tratar con diferentes personas relacionadas con el tema de una u otra manera. Psicólogos, psiquiatras, personas etiquetadas como padeciendo esquizofrenia, trastorno bipolar u otros trastornos de índole psíquica, así como a sus familiares. Pero antes de continuar quiero puntualizar algunas cosas: el mundo es diverso y en él hay de todo; dentro de la profesión médica existen personas excelentes, esto es, que sobresalen ya sea por el saber hacer dentro de su profesión, o por su talla humana. A éstos dedico mi admiración y agradecimiento. También existen otros profesionales que destacan por su cortedad de miras y por su ignorancia humana, que recetan el último fármaco que el visitador médico les ha propuesto de la misma forma que el dependiente de unos grandes almacenes hace afirmaciones sobre las virtudes de la marca que proporciona a su patrón el mayor margen comercial.
 
¿ Y qué significa trastorno de personalidad ?
Un trastorno de personalidad en general se caracteriza por ser un patrón permanente e inflexible de pensamiento, emociones y comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta. Es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar y perjuicios para el sujeto.
Podría decirse que un sujeto presenta un trastorno de la personalidad cuando tiene dificultades para responder de manera adecuada, flexible, adaptativa a los cambios y demandas con los que la vida nos desafía cada día. Esto conduce a que estos sujetos presenten dificultades para establecer y mantener relaciones interpersonales y para conseguir un sentido de identidad, "del sí mismo" estable que se manifiesta en un deterioro de la actividad social, familiar y laboral.
¿ Pero en qué se diferencia un trastorno de personalidad de una enfermedad ?
Un "estado" de enfermedad se desencadena en un momento concreto de la biografía de una persona, discreto y limitado en el tiempo como puede ser un trastorno depresivo o una pulmonía; un trastorno de personalidad, en cambio, hace referencia a "rasgos" que no precisan de un desencadenante concreto, y describe un patrón general de comportamiento y de experiencia interna (sentir y pensar), que se inicia pronto en la adolescencia o al comienzo de la edad vida adulta y es crónico o persistente a lo largo del tiempo.
 
Y con todo esto ¿ que es la esquizofrenia ?
Cuando traté de conocer más sobre la ‘enfermedad' empezaron las sorpresas. Veamos. si buscas la descripción de cualquier enfermedad, en cualquier libro o web (por ejemplo en MedlinePlus) se describen unos síntomas, una etiología (es decir, las causas), y los tratamientos conocidos. Esto quiere decir que no existe una enfermedad llamada ‘vómitos'; sufrir vómitos es un síntoma que puede ser debido a multitud de causas; y la disfunción debe ser tratada conforme a su causa, no según el síntoma. Los vómitos a causa de una infección por bacterias son tratados de una manera, por infección vírica de otra, por ingestión de un objeto punzante de otra, etc. etc. En algunos casos se ha tipificado una enfermedad pero se desconoce un tratamiento eficaz para ella y se tratan solo los síntomas (por ejemplo, de un catarro); cuando es así se explicita: tratamiento sintomático.
Al adentrarnos en el campo de la psiquiatría descubrimos que esta rama de la ciencia funciona de otro modo. El corpus en que se centraliza la ciencia oficial, editado por la American Psychiatric Association, se llama DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), y se numeran según su edición; a presente la IV y está anunciado la V para el 2013. Hay otra guía también de uso muy extendido, el CIE-10 capítulo V (Clasificación estadística Internacional de Enfermedades y otros problemas de salud, de la OMS ).
El DSM-IV explicitamente declara que "la inclusión de un desorden mental en su clasificación no requiere que exista conocimiento acerca de su etiología". Es decir, a falta de una mayor comprensión, se agrupan los trastornos cuyos síntomas resultan parecidos y se mencionan los fármacos que enmascaran estos síntomas. Nada más.
Antes de continuar, miremos algunas definiciones de esquizofrenia:
 
Según el RAE:
Esquizofrenia. (Del gr. σχ ί ζειν, escindir, y φρ ή ν, inteligencia).
1. f . Med. Grupo de enfermedades mentales correspondientes a la antigua demencia precoz, que se declaran hacia la pubertad y se caracterizan por una disociación específica de las funciones psíquicas, que conduce, en los casos graves, a una demencia incurable.
Según el DSM-II (1968):
esquizofrenia: “disturbios característicos del pensamiento, humor o conducta”.
Según el DSM-IIIR (1987):
...“Debe notarse que no hay característica alguna que esté invariable o exclusivamente presente en la esquizofrenia” ...
Según el DSM-IV (1994):
Se diagnostica esquizofrenia cuando se cumplen dos (o más) de las siguientes condiciones, cada una presente por un porción significativa de tiempo durante un período de un mes (o menos si tratado exitosamente):
• delirios
• alucinaciones
• habla desorganizada (p.ej, con frecuentes desvíos o incoherencia)
• comportamiento catatónico fuertemente desorganizado
• síntomas negativos, (esto es, atonía afectiva, alogía, o avolición)
[Solo se requiere un síntoma si los delirios son notables {bizarres} o las alucinaciones consisten en una voz manteniendo un comentario sobre el comportamiento del sujeto o sobre sus pensamientos, o dos o más voces conversan entre ellas]
Según el psiquiatra Jonas Robitscher en su libro “Los poderes de la siquiatría”
... la gente que tiene ciclos de tristeza y felicidad, el llamado maniaco-depresivo (“trastorno bipolar”), también puede denominarse esquizofrénico: “Muchos casos diagnosticados de esquizofrenia en Estados Unidos serían diagnosticados como enfermedad maniaco-depresiva en Inglaterra o en Europa Occidental”
Según el Dr. Jeffrey Masson en el libro “Contra las terapias”:
“Ya existe conciencia sobre los peligros inherentes de etiquetar a alguien con una categoría de enfermedad como esquizofrenia, y mucha gente está comenzando a entender que no existe tal entidad”
Según el Dr. Thomas Szasz en el libro “Esquizofrenia: el símbolo sagrado de la siquiatría”:
“En resumen, no existe tal cosa como la esquizofrenia”
La lista podría alargarse mucho, pero debería bastar para aclarar una cosa: no está nada claro qué cosa es la esquizofrenia.
 
Generalicemos pués, ¿ Qué significa ser un enfermo mental ?
Los psicólogos Héctor González Pardo y Marino Pérez Álvarez argumentan:
"No hay todavía al día de hoy establecida ninguna causa biológica de ningún trastorno psicológico por muy ‘enfermedad mental' que se diga"
Antoni Talarn, doctor en Psicología, dice que
"En décadas de trabajo no se ha conseguido aislar ni un solo -ni uno, insistimos- marcador biológico específico -presente en todos los casos y solamente en ese tipo de casos- para un trastorno mental cualquiera"
Esto quiere decir que no puede demostrarse "científicamente" la enfermedad mental (aunque de enfermedades/trastornos/disfunciones haberlas haylas, claro).
Addendum: aunque en una biopsia no puede distinguirse el cerebro de una persona diagnosticada como esquizofrénica, del de una persona catalogada como ‘mentalmente normal', es fácil distinguir el cerebro de la persona que ha tomado psicofármacos durante largo tiempo o en grandes dosis, éstos sí dejan rastro.
 
 
¿ Como puede haber tanta confusión respecto a trastornos tan graves y que afectan a tantas personas ?
Toda ciencia elabora un modelo, progresivamente más perfeccionado, del objeto de su estudio, de modo que los fenómenos observados son explicados por el modelo y éste, provee predicciones respecto al desarrollo futuro de los acontecimientos según se actúe. Por ejemplo, en física, se ha desarrollado lo que se llama ‘modelo standard'; en base a este modelo se estudia y se predice el comportamiento de átomos y partículas (y se construyen laseres, microchips, etc.). La medicina ha ido construyendo y sigue perfeccionando un modelo del cuerpo humano, de los sistemas que lo componen, y de como interactúan estos sistemas; gracias a este modelo es posible, por ejemplo, hacer un análisis de sangre y descubrir, a partir de sus resultados, algunas dolencias y con este conocimiento establecer formas de recuperar el equilibrio.
En relación a la psique humana, la psiquiatría clásica u oficial (es decir, excluyendo algunas de las llamadas alternativas) carece totalmente de modelo . Así de simple. Nadie se atreve a presentar la psique humana exclusivamente como un ordenador, y nadie se atreve a mentar supuestas entidades metafísicas. Y cualquier submodelo de algun trastorno dura lo que dura el merchandising del producto destinado a paliarlo. No hay una idea claramente definida de salud psíquica a la que tender desde un trastorno. Por tanto no hay meta que alcanzar. Como en los juegos de resistencia (en ordenador), no hay victoria posible, se trata –únicamente- de resistir tanto tiempo como se pueda. Es en este contexto donde uno entiende la renuencia de los psiquiatras a hablar de ‘curación'. Solo se intenta hacer la vida más soportable al paciente y a sus familiares.
Apesar de todo ello, no es posible olvidar la ‘ curación milagrosa ' del ahora premio Nobel, John Forbes Nash, divulgada (y distorsionada) en el film ‘Una Mente Maravillosa', conseguida años después de haber abandonado todos los fármacos que se le prescribieron.
En la web ‘www.successfulschizophrenia.org' Al Siebert, Ph.D. afirma:
Estudios de largo tiempo muestran que más de un tercio de las personas diagnosticadas como padeciendo una condición esquizofrénica se recuperan sin medicación, y otro tercio consigue muy buena recuperación social. Los malos resultados se atribuyen principalmente a los efectos de la hospitalización y de la medicación.
 
¿ Cómo se estudia un trastorno mental ?
Cuando los antiguos monjes describían los demonios a los que se enfrentaban, sabían de lo que hablaban. Categorizaban sus propias experiencias después de compararlas con las de sus pares. Y aunque la denominación ‘demonio' nos suene extraña, la descripción de sus efectos es un ejercicio de empirismo mucho más científico que las categorías aparentes del DSM. Este fragmento está extraído de la Filokalia :
Nuestra sexta lucha es contra el espíritu de la acidia, que está unido al espíritu de la tristeza y con él colabora, siendo éste un terrible y pesado demonio, siempre pronto a ofrecer una batalla a los monjes. Cae sobre el monje en la hora sexta produciéndole desasosiego y escalofríos, causándole odios hacia el lugar donde se encuentra y contra los hermanos que viven con él, así como respecto de su trabajo y de la lectura misma de las Divinas Escrituras. Le insinúa también el pensamiento de cambiar de lugar y la idea de que, si no cambia y no se muda, todo será fatiga y tiempo perdido...
Por el contrario, en relación con trastornos mentales se clasifica y se diagnostica desde una visión exclusivamente exterior, sin dejar claro ni el punto de vista ni el objetivo . La historia del DSM excede el ámbito de este escrito. No obstante, hay que precisar que los primeros catálogos sí tuvieron una finalidad clara: la clasificación se creó como una ayuda al personal sanitario que tenía que tratar con los pacientes psiquiátricos, NO como una categorización médica . Posteriormente, a falta de un modelo más adecuado, se ha venido utilizando esta clasificación como si realmente se describieran enfermedades.
Cuando en el DSM-IV (repito: el Manual Estadístico y Diagnóstico de Desórdenes Mentales, la biblia de la profesión) se describen trastornos como:
•  Ronquidos (“Breathing-Related Sleep Disorder”, código 780.59)
•  Fumar (“Nicotine Dependence''; código 305.10)
•  Dejar de fumar (“Nicotine Withdrawal''; código 292.0)
y se nos explica que el trastorno negativista desafiante (código 313.81) incluye algunas de las características observadas en el trastorno disocial (p. ej., desobediencia y oposición a las figuras de autoridad), pero no incluye el patrón persistente de las formas de comportamiento más graves, que implican la violación de los derechos básicos de otras personas o de las normas sociales propias de la edad del sujeto . (Es decir, que todo adolescente padece el ‘trastorno negativista desafiante')
uno empieza a preguntarse si todo esto en verdad es serio. Y la siguiente pregunta es qué seriedad hay en las descripciones de la esquizofrenia. Lawrence Stevens, J.D. un abogado que frecuentemente ha representado los intereses de pacientes psiquiátricos, lo describe así:
En lugar de ser una enfermedad auténtica, la llamada esquizofrenia es una categoría no específica que incluye casi todo lo que un ser humano puede hacer, pensar o sentir que desagrada mucho a otra gente (o a los que la “padecen”).  De hecho, existen pocas “enfermedades mentales” que en un tiempo u otro no hayan sido llamadas “esquizofrenia”.  Debido a que éste es un término que cubre casi todo lo que una persona puede pensar o hacer que molesta mucho a otros, es difícil definirla objetivamente.  En general, las definiciones de esquizofrenia son vagas o inconsistentes entre sí. 
Como con otras llamadas enfermedades mentales, el diagnóstico de “esquizofrenia” refleja los valores del que pronuncia esa palabra o del que “diagnostica”, valores sobre cómo la persona “debe ser”. Y esto generalmente va unido al supuesto que el pensamiento, emociones o conducta desaprobadas resultan de una anomalía biológica.
 


¿ Por qué el catálogo de trastornos mentales del DSM no deja de crecer ?
(DSM-I [1952]: 106 categorías de desordenes mentales; DSM-II [1968]: 180 categorías; DSM-III-R [1987]: 265 categorías; DSM-IV [1994]: 571 categorías, DSM-V [2013]: ¿?)
El periodista Miguel Jara lo resume así:
En buena medida por los enormes intereses comerciales que tiene en ellas la industria farmacéutica y de paso numerosos psiquiatras. En 2006 se publicó un estudio en la revista Psychotherapy and Psychosomatics titulado “Nexos financieros entre los miembros del panel del DSM-IV y la industria farmacéutica”. Cuatro psicólogos y profesores de las universidades de Massachussets y Tufts concluyeron que más de la mitad de los 170 miembros del panel responsable del DSM y TODOS los “expertos ” encargados de los trastornos de la personalidad del manual tenían lazos financieros ocultos con la industria . Los psiquiatras de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), que es quien realiza el DSM, no sólo se lucraron por expandir las enfermedades mentales a título individual, la APA recibió 7,5 millones de dólares de las farmacéuticas en 2003 para su revista en concepto de publicidad, cantidad que se incrementó un 22 por 100 en un año hasta llegar a los 9,1 millones, según este estudio.
 
Pero ¿ en qué mundo vivimos ?
En el mundo occidental, cuando se quiere fomentar una actividad (cualquiera, pero en especial si se trata de una actividad económica) se legisla y organiza de manera que aumente el beneficio personal de quienes deben llevarla a cabo. Es una premisa del capitalismo: construir un molino para moler harina es costoso, pero si el que lo hace obtiene un rendimiento de todo el grano que muele, tendrá motivos para hacerlo, y de este modo él se beneficia mucho y muchos se benefician algo. En esta línea se otorgan concesiones para construir autopistas etc.
Lo curioso – o lo que a mi me parece curioso – no es tomar como cierta esta premisa, sino el hecho de que debemos creer que a veces es así pero que en otros casos no, y que prevalecerá el altruismo en empresas mercantiles creadas con el específico objetivo de ganar dinero. Por ejemplo, si una empresa farmacéutica creara y comercializara una medicina que erradicara una enfermedad, quebraría inmediatamente. Pero si comercializara medicamentos que paliasen las dolencias sin curarlas, tendría el beneficio de sus accionistas asegurado por largo tiempo. Y si alguien fuese capaz de inventar nuevas enfermedades, esas empresas tendrían motivos (económicos) para incentivar tales inventos.
Este escrito es solo un resumen y está fuera de sus objetivos iniciar o continuar cruzadas contra nadie, así que no insistiré en lo que pone al descubierto un examen, por poco profundo que sea, de la industria farmacéutica y de sus estrategias comerciales.
 


En realidad, ¿ Cual es el problema más importante ?
El psiquiatra Joel París admite en su reciente libro 'Recetas para la mente' que, " en realidad, los psiquiatras estan tratando condiciones que apenas entienden. Nuestros diagnósticos son, como mucho, chapuzas rápidas, y no merecen el estatus de categorías en otras especialidades. No tenemos pruebas de laboratorio que pueden identificar de forma fiable cualquier trastorno mental, y las medidas que utilizamos están basadas exclusivamente en la observación clínica ".
A parte de los problemas de todo tipo que comporta un familiar con algún desórden psíquico, el problema globalmente más grande –a mi modo de ver– es la ignorancia sobre el tema acompañada del síndrome ‘traje nuevo del emperador' (¿ como no va ser verdad algo que dicen unos señores tan importantes ?). El problema con el ‘traje nuevo del emperador' es que no se puede lavar, ni planchar, ni coser.
Y el problema con la esquizofrenia es que puede ser cualquier cosa. Y no hace falta indagar mucho para darse cuenta que un sinnúmero de trastornos reales pero no comprendidos , no se hacen más solucionables por englobarlos en el cajón de sastre que es el término ‘esquizofrenia' (y probablemente lo mismo ocurrirá con otras tipos de trastornos psíquicos).
 
Bueno, pues, ¿ que he descubierto ?
Hablando en general, que
•  Los psiquiatras valoran poco el trabajo de los psicólogos.
•  Los psicólogos valoran poco el trabajo de los psiquiatras.
(la relación entre psicólogos y psiquiatras se parece mucho a la que hay, en el mundo de la informática, entre los profesionales del software y los del hardware)
•  Los psiquiatras curan poco (según las estadísticas de los hospitales que las publican, se cura mucho más fácilmente un cáncer –de todos los tipos- que una esquizofrenia)
•  Los psicólogos (al menos una corriente importante de ellos) no pretenden curar; consideran que es el paciente quien se debe arreglarse a sí mismo; el psicólogo acompaña, aconseja y ayuda a des-cubrir.
•  A veces hay desacuerdo entre psicólogo y psiquiatra sobre si un paciente está ya curado o todavía no.
•  Los psicólogos solo atienden a quien quiere ser atendido (o, dicho de otra manera, solo ayudan a quien quiere ser ayudado)
•  Los psiquiatras también ayudan solo a quien quiere ser ayudado; frecuentemente quien quiere ser ayudado no es quien experimenta una manía persecutoria (por poner un ejemplo) sino quien padece a alguien que experimenta una manía persecutoria.
•  Aquellos que han estado internados en algunos de los hospitales psiquiátricos de nuestro país son capaces de casi cualquier cosa con tal de no volver, incluyendo mentir respecto a sus propias percepciones.
•  Según una opinión muy extendida (reflejada también en Wikipedia), se afirma que la esquizofrenia afecta al 1% de la población mundial. Nadie sabe donde están, ciertamente no en los hospitales.
•  Si algo me ha quedado claro, es la general ignorancia respecto a la psique humana.
 
Entonces ¿ Qué puede hacerse ante un comportamiento fuera de la normalidad del entorno y clasificado como esquizofrenia ?
Para una persona que se da cuenta -al menos parcialmente- de su trastorno, existen muchos psicólogos de la corriente humanista a los que acudir, y esta vía sería –a mi juicio– la primera alternativa.
Para la persona que no se da cuenta (o no acepta) de tener un problema psíquico, la situación es más complicada. Nos encontramos con que:
•  Los antipsicóticos no curan nada, son tan solo tratamientos sintomáticos que, además, adolecen de efectos secundarios adversos.
•  Aún así, pueden tener utilidad. (un extintor no evita que se inicien incendios, pero puede evitar que se propaguen).
•  Una mala solución puede ser preferible a ninguna solución. (es preferible administrar un neuroléptico con efectos secundarios adversos a permitir que la persona se dañe a sí misma o a otros).
•  Existen vías intermedias, en las que se administran antipsicóticos solo en la cantidad y duración necesarias para crear las condiciones que permitan participar en algún tipo de terapia psicológica.
•  Hay que tomar alguna opción. (no hacer nada o dejar hacer es, ciertamente, una opción; en muchos casos la peor).
 
¿ Otras alternativas ?
Me gustaría disponer de una varita mágica, pero no es el caso. En realidad, una de las metas perseguidas con este escrito es encontrar alternativas que realmente lo sean.
 
Apartandose del mundo de la psiquiatría ‘standard' algunas personas ponen de relieve aspectos importantes de la medicina en general y de la psiquiatría en particular. Por ejemplo, Luís Carlos Restrepo en su libro ‘El derecho a la ternura' nos cuenta:
 
Una anécdota de la historia de la medicina puede servirnos para entender hasta donde se nos escapa la percepción de la dimensión afectiva [ en la cultura ocidental ]. Hasta hace poco se acusaba a los médicos tradicionales de la Amazonía colombiana de ser ineficaces, porque a pesar de acompañar día a día a sus pacientes, jamás hacían diagnósticos de parasitismo intestinal ni instauraban terapias efectivas para este mal endémico de muchas regiones de la selva húmeda tropical. Los médicos facultativos miraban con desconfianza que sus contendores no fuesen capaces de diagnosticar enfermedades que son para ellos básicas en sus esquemas clasificatorios. Decíase, entonces, con arrogancia científica, que su ineptitud se revelaba en la incapacidad para diagnosticar un simple parasitismo de sus pacientes. En un buen momento los antropólogos, después de estudiar los comportamientos y sistemas de creencias indígenas, empezaron a mostrar la otra cara del asunto. Lo más sorprendente fue constatar que estos médicos tenían una visión similar a la de nuestros facultativos, pero a la inversa. Se mostraban consternados al ver la preocupación de los médicos occidentales por el parasitismo de niños y adultos, mientras eran por completo ciegos para entender los conflictos afectivos de sus pacientes. Los payés, o médicos tradicionales, no utilizan por supuesto este término. Ellos recurren a otro más hermoso y significativo, pues hablan de chundú, expresión que podemos traducir por "mal de amor". Mientras los médicos indígenas habían dedicado toda su vida a volverse especialistas en mal de amor, los nuestros optaron por un camino distinto. Motivo por el cual los primeros se aterraban y siguen aterrando de la incapacidad de nuestros galenos para superar la torpeza afectiva, tanto la propia como la de sus pacientes. Si los especialistas indígenas fueron acusados de ignorar el parasitismo, los nuestros lo fueron de un cargo más grave: olvidar por completo la dimensión afectiva de la enfermedad y el sufrimiento.
 
D esde otra perspectiva, Claudio Naranjo, psiquiatra, antropólogo médico, autor y divulgador, en su obra ‘El Eneagrama de la Sociedad ', escribe:
En el mundo moderno y secular ya se habla poco de pecado, y se sospecha de los que aún conservan el término en su vocabulario como de tradicionalistas o culposos. En cambio se habla mucho de patologías. Aplicamos al mal de la conciencia el lenguaje de la medicina, y al hacerlo rescatamos sin advertirlo el sentido original de la palabra pecado que venía quedando casi olvidada tras la contaminación de la noción de mal como disfunción con la de mal como maldad.
La perspectiva psiquiátrica nos ha invitado a pensar no tanto en maldades o conductas destructivas como en disfunciones, confusiones o desviaciones de los impulsos. Y en esto último nos encontramos con el significado original de hamarteía — término prestado de la arquería con que se designa el pecado en los Evangelios, y cuyo significado original era el de no dar en el blanco.
Se encuentra aquí la teología original con la psicopatología de hoy, porque desde Freud también entendemos las fallas de la psiquis como desviaciones energéticas —impedimentos que se interponen entre la espontaneidad y la acción, causando rebalses de la energía psíquica hacia fines derivados.
La diferencia entre pecados y patologías es, sin embargo, el locus de la responsabilidad: en tanto que «pecado» acusa, responsabilizando al individuo, «patología» excusa, responsabilizando a causas pasadas o presentes más allá del individuo mismo. De las patologías mentales e interpersonales somos víctimas, de los pecados somos responsables.
Obviamente, cada una de las perspectivas tiene su utilidad y ambas se complementan, pues somos a la vez seres físicos instalados en un universo causal y seres más que animales a quienes un destello de libertad hace responsables .
(el subrayado es mío)
 
U n azar me hace llegar –vía internet- hasta el nombre de Piero Coppo, neuropsiquiatra y psicoterapeuta. Enseña Etnopsiquiatria en la Universidad Ca' Foscari de Venezia. Ha trabajado mucho tiempo en Mali y en Guatemala, como experto del Ministerio Exterior italiano, en programas de cooperación técnica sobre sistemas locales de curación. Se mencionan dos hospitales, en Mali y en Guatemala, donde se alterna la aplicación de la medicina standard occidental con la tradicional local. ¡ Interesante !, en un ejercicio de humildad, se reconoce que si algo no lo sabemos curar ¡¡ podríamos probar con otros métodos !!.

A modo de despedida
Insisto, con este escrito:
•  intento recopilar el proceso seguido desde la primera noticia de una persona cercana afectada, hasta descubrir como funciona la medicina alrededor de ello, las pocas perspectivas de arreglo o curación que ofrece, y algunas pistas.
•  no estoy interesado en absoluto en denunciar más males, ni en combatir a ningún malvado.
•  sí estoy interesado en conocer a otras personas que se sientan involucradas en esta temática -ya sea desde una perspectiva profesional o de afectado- y que no se hayan resignado a seguir únicamente caminos que no llegan a la raíz del problema.
 
Contacto: Pere Montaña, email: pmontana@stel.cat
 
Breve bibliografía digital.
Artículo en Counterpunch (en inglés)
Inside the DSM. The Drug Barons' Campaign to Make Us All Crazy. EUGENIA TSAO.
http://www.counterpunch.org/tsao08202009.html
Libro digital.
Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas. TERESA FORCADES.
http://www.fespinal.com/espinal/llib/es141.pdf
 
 
Web interesante.
http://www.successfulschizophrenia.org/
Otra web (de referencia):
http://www.antipsychiatry.org/espanol.htm
La red europea de ex-usuarios y supervivientes de la psiquiatría:
http://www.enusp.org/
Otra web (de activismo beligerante):
http://www.ccdh.es/
Relación de muchas asociaciones de familiares con trastornos mentales (en España)
http://esquizofrenia.superforo.net/asociaciones-f6/asociaciones-esquizofrenicos-t10.htm
 


4 comentarios:

  1. Hola Pere, m'ha agradat molt aquest post. He arribat al teu blog gràcies al suggeriment de Esther de Saltando Muros. Només dir-te que no estàs sol en aquesta lluita, que hi som molts, i cada vegada en som més.

    Una abraçada!!!

    ResponderEliminar
  2. Hola Pere, sólo dejarte un saludo. Hoy me he estado leyendo tu blog tranquilamente y me parece interesantísimo además de muy riguroso y trabajado.
    Me resulta esperanzador comprobar que personas muy distintas desde posiciones muy diferentes llegamos a las mismas conclusiones.
    En mi caso, desde mi trabajo como psicóloga clínica y mi convivencia diaria desde hace ya casi 5 años con personas diagnosticadas de trastonos mentales graves, he podido observar muchas de las cuestiones que planteas.
    Espero que mantengamos el contacto y que me expliques como han sido esos encuentros entre todas las partes implicadas en salud mental.
    Saludos.
    Esther

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado lo leído hasta ahora, cómo lo expone, y tb ver aquí citado a Naranjo. Enhorabuena.

    ResponderEliminar