viernes, 29 de abril de 2011

A LOS FAMILIARES



A LOS FAMILIARES DE UNA PERSONA ETIQUETADA CON UN TRASTORNO MENTAL

En un repaso por los blogs parecidos a -o afines con- éste, encuentro poca representación de los familiares de afectados, de aquellos que nos encontramos que a un hijo, a una hermana o al cónyuge le diagnostican un trastorno mental severo. A esos familiares me dirijo, para animarles a no encerrarse en su razón y abrirse a la participación.

Un diagnóstico de esquizofrenia se recibe como el veredicto de un jurado. Uno se siente impotente y se pregunta como ha podido suceder. Luego, cada uno reaccionamos según nuestro carácter y situación. A veces se cree ingenuamente que es una enfermedad más; quizá grave, pero para la que hay medicamentos que la curan. Otras veces viene a la mente la imagen creada por algunas películas de terror. La verdad se va descubriendo poco a poco; y no se parece a nada de lo que habíamos imaginado o temido.

Algunas personas tienden a creerse los únicos culpables del problema de un familiar, se diría que tienen mucho afán de protagonismo. Otras prefieren suponer que alguien que se parece tanto a la madre y que hace un gesto con las cejas igual que el padre, se ha encontrado con un problema psíquico venido del espacio exterior. Por mi parte, me inclino a creer que algún ladrillo habré puesto yo en ese muro, aunque solo sea alguno.


Es fácil perder la perspectiva, pero no hay que confundirse: no es lo mismo 'tener un problema' que tener un familiar que 'tiene un problema'. En mi caso lo que marcó una diferencia fue empezar a hablar abiertamente de lo que ocurría. Del diagnóstico que le habían cantado a mi hijo. De las cosas de las que me iba dando cuenta respecto a los trastornos y al modo de tratarlos, etc. Y a escuchar lo que me decían otras personas con más tiempo 'en el tema'.


Porque si no te quedas clavado en lo primero que te han dicho y exploras un poco; si buscas diferentes opiniones y sin creer nada a ciegas, lees y escuchas, descubres muchas cosas interesantes. Por ejemplo, que para ese problema en el que tu te encuentras, y para el que nadie te da una solución fácil, toda clase de profesionales tienen una opinión bien formada ¡¡ y bien diferentes unas de otras !!

Si además estudias un poco, consultas diferentes autores y teorías, te darás cuenta que la psiquiatría respecto a los trastornos mentales se encuentra en la situación de los ciegos con el elefante. Cada autor ha explorado y ha descubierto algo, sin que ninguno llegue a comprender más que una mínima parte de la mente humana. Por esto es importante no creer nada a pies juntillas (tampoco lo que estás leyendo). Más vale verificar con los propios ojos; comparar cómo han actuado otros y qué resultado han obtenido.

Quizá te resulte chocante pero, hace ya años, la Organización Mundial de la Salud llevó a cabo un estudio respecto a la esquizofrenia en diferentes países. En síntesis, el resultado fue que una persona diagnosticada con esquizofrenia tiene mejores perspectivas en un país del tercer mundo y peor en Europa o EEUU. Y que al cabo de muchos años y de muchos estudios sigue siendo así.

Hace unos 40 años se ideó y se pusieron en marcha en EEUU los centros 'Soteria' para el tratamiento de brotes psicóticos agudos. Tuvieron el mismo resultado inmediato que el 'sistema standard' (farmacológico) y mucho mejor que el standard a medio plazo. Y ello con menor costo para la sanidad. Quizá también te resulte chocante pero se cerraron (bueno, hay uno funcionando en Berna, Suiza).

En esta parte del mundo, una rama de la psiquiatría (sólo una parte, eh!), considera los trastornos mentales severos como sentencias de por vida. Y basan el tratamiento en administrar una medicación que enmascara los síntomas sin arreglar nada, aunque tengan efectos secundarios indeseables y muy adversos a largo plazo.

También existen otras ramas de psiquiatría que considera estos trastornos, o estados de angustia emocional severa, como un problema que puede ser superado, en muchos casos totalmente. Centran su labor en la persona y consideran que los síntomas son solo esto: síntomas de algo que ocurre en su interior y que hay que solucionar.

Aunque, algunas personas tengan que estar toda la vida bajo la tutela de psiquiatras y bajo los efectos de antipsicóticos, también bastantes personas se recuperan de un brote psicótico y llevan un vida normal y satisfactoria. Conozco algunas de estas últimas y lo que tienen en común no es el tratamiento: es el deseo de superación y el hecho de haber contado con un fuerte apoyo afectivo por parte de su entorno.

martes, 26 de abril de 2011

ADHESION AL MANIFIESTO POR UNA PSICOPATOLOGÍA CLÍNICA

MANIFIESTO A FAVOR DE UNA PSICOPATOLOGÍA CLÍNICA, QUE NO ESTADÍSTICA.

Mediante el presente escrito, los profesionales e instituciones abajo firmantes, nos manifestamos a favor de criterios clínicos de diagnosis, y por lo tanto en contra de la imposición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales de la American Psychiatric Association como criterio único en la clínica de las sintomatologías psíquicas.

Queremos compartir, debatir y consensuar el conocimiento clínico -logía- sobre el pathos psíquico -padecimiento sintomático, que no enfermedad- a fin de cuestionar la existencia de una salud psíquica, estadística o normativa, así como la impostura clínica e intelectual del desorden, trastorno, enfermedad mental. También queremos denunciar la imposición del tratamiento único -terapias tipificadas para trastornos formateados- por el menosprecio que supone a las diferentes teorías y estrategias terapéuticas, y a la libertad de elección de los pacientes. En el momento actual, asistimos al devenir de una clínica cada vez menos dialogante, más indiferente a las manifestaciones del padecimiento psíquico, aferrada a los protocolos y a tratamientos exclusivamente paliativos para las consecuencias, y no para sus causas. Tal y como dice G. Berrios (2010) «Nos enfrentamos a una situación paradójica en la que se les pide a los clínicos que acepten un cambio radical en la forma de desarrollar su labor, (ej. abandonar los consejos de su propia experiencia y seguir los dictados de datos estadísticos impersonales) cuando en realidad, las bases actuales de la evidencia no son otras que lo que dicen los estadísticos, los teóricos, los gestores, las empresas (como el Instituto Cochrane) y los inversores capitalistas que son precisamente aquellos que dicen donde se pone el dinero». En consecuencia, manifestamos nuestra defensa de un modelo sanitario donde la palabra sea un valor a promover y donde cada paciente sea considerado en su particularidad. La defensa de la dimensión subjetiva implica una confianza en lo que cada uno pone en juego para tratar aquello que en él mismo se revela como insoportable, extraño a sí mismo, pero sin embargo familiar. Manifestamos nuestra repulsa a las políticas asistenciales que persiguen la seguridad en detrimento de las libertades y los derechos. A las políticas que, con el pretexto de las buenas intenciones y de la búsqueda del bien del paciente, lo reducen a un cálculo de su rendimiento, a un factor de riesgo o a un índice de vulnerabilidad que debe ser eliminado, poco menos que a la fuerza.

Para cualquier disciplina, la aproximación a la realidad de su campo se hace a través de una teoría. Este saber limitado no tendría que confundirse con "La Verdad", pues supondría actuar como una ideología o religión, donde cualquier pensamiento, acontecimiento o incluso el lenguaje utilizado, está al servicio de forzar el re-ligare entre saber y verdad. Todo clínico con un cierto espíritu científico sabe que su teoría es lo que Aristóteles llamaría un Organon, es decir, una herramienta de acercamiento a una realidad siempre más plural y cambiante, y donde las categorías encontradas han de dejar espacio a la manifestación de esa diversidad, permitiendo así una ampliación tanto teórica como práctica. Esta concepción se opone a la idea de un canon, en el sentido de lo que necesariamente, obligatoriamente y prescriptivamente las cosas son y han de funcionar de determinada manera. Todos sabemos las consecuencias de esta posición que va de lo orientativo a lo normativo, prescriptivo para, finalmente, convertirse en coercitivo. Es ahí donde el saber se convierte en el ejercicio de un poder en tanto sancionador, en un sentido amplio, de lo que obedece o desobedece a ese canon. Ordenación de la subjetividad al Orden Social que reclaman los mercados. Todo para el paciente sin el paciente. Un saber sin sujeto ya es un poder sobre el sujeto. Autoritarismo científico, lo llama Javier Peteiro. Por todo esto queremos manifestar nuestra oposición a la existencia de un Código de Diagnostico Único Obligatorio y Universal.

Por otra parte, el modelo a-teórico del que hace gala el DSM, y que se ha querido confundir con objetividad, nos habla de su falla epistemológica. Baste recordar su indefinición sobre qué podemos entender como trastorno mental, así como por salud psíquica. Los contenidos de esta taxonomía psiquiátrica responden mucho más a pactos políticos que a observaciones clínicas, lo que da lugar a un problema epistemológico muy grave.

En cuanto al método clasificatorio del DSM, constatamos que se puede clasificar, amontonar o agrupar muchas cosas, pero eso no es establecer una entidad nosográfica en un campo determinado. La estadística empleada en el DSM tiene un punto de partida débil: la ambigüedad del objeto sobre el que se opera, es decir, el concepto de trastorno mental. La estadística se presenta como una técnica, un utensilio que puede ser puesto al servicio de múltiples causas y de todo tipo. Son las personas quienes manejan los ítems y valores de base de la curva estadística, pero también quienes deciden el deslizamiento, más o menos hacia los márgenes de lo que se va a cuantificar e interpretar posteriormente.

En este contexto de pobreza y confusión conceptual, la próxima publicación del DSM-V supone una clara amenaza: nadie quedará fuera de aquello que se detiene, de lo que enferma. No quedará espacio para la salud, en términos de cambio, de movilidad, de complejidad o de multiplicidad de las formas. Todos enfermos, todos trastornados. Cualquier manifestación de malestar será rápidamente transformada en síntoma de un trastorno que necesita ser medicalizado de por vida. Éste es el gran salto que se realiza sin red epistemologíca alguna: de la prevención a la predicción.

Umbrales diagnósticos más bajos para muchos desórdenes existentes o nuevos diagnósticos que podrían ser extremadamente comunes en la población general, de esto nos advierte Allen Frances, jefe de grupo de tareas del DSM IV, en su escrito Abriendo la caja de Pandora. Refiriéndose a los nuevos trastornos que incluirá el DSM-V, este autor cita algunos de los nuevos diagnósticos problemáticos: el síndrome de riesgo de psicosis, («es ciertamente la más preocupante de las sugencias. La tasa de falsos positivos sería alarmante del 70 al 75%»). El trastorno mixto de ansiedad depresiva. El trastorno cognitivo menor, («está definido por síntomas inespecíficos... el umbral ha sido dispuesto para incluir un enorme 13.5% de la población».) Trastorno de atracones. El trastorno disfuncional del carácter con disforia. El trastorno coercitivo parafílico. El trastorno de hipersexualidad, etc. Aumenta, por tanto, el número de trastornos y aumenta también el campo semántico de muchos de ellos, como el famoso TDAH, ya que se permite el diagnóstico basado sólo en la presencia de síntomas, no requiriendo discapacidad y, además, se reduce a la mitad el número de síntomas requeridos para adultos. El diagnóstico de TDAH también se contempla en presencia de autismo, lo cual implicaría la creación de dos falsas epidemias e impulsaría el uso aumentado de estimulantes en una población especialmente vulnerable.

Si juntamos este manejo estadístico con la heterogeneidad temática de los grupos de trabajo, que se multiplican y que van desde la identidad de género, pasando por la adaptación de los impulsos, hipersexualidad, cambios de humor etc., no podemos obviar que las clasificaciones internacionales pretenden una autonomía total respecto de cualquier marco teórico, y por ende, libre de cualquier tipo de control de rigor epistémico. Sin embargo, no creemos que las clasificaciones y tratamientos puedan ser neutrales respecto a las teorías etiológicas, como se pretende, y al mismo tiempo ser neutrales respecto de la ideología del Control Social, e intereses extra clínicos. Paul Feyerabend, en El mito de la ciencia y su papel en la sociedad, nos dice: «Básicamente, apenas si hay diferencia alguna entre el proceso que conduce a la enunciación de una nueva ley científica y el proceso que precede a una nueva ley en la sociedad». Parece ser, sigue diciendo este autor en Adiós a la razón, que: «El mundo en que vivimos es demasiado complejo para ser comprendido por teorías que obedecen a principios (generales) epistemológicos. Y los científicos, los políticos -cualquiera que intente comprender y/o influir en el mundo-, teniendo en cuenta esta situación, violan reglas universales, abusan de los conceptos elaborados, distorsionan el conocimiento ya obtenido y desbaratan constantemente el intento de imponer una ciencia en el sentido de nuestros epistemólogos».

Finalmente, queremos llamar la atención del peligro que supone para la clínica de las sintomatologías psíquicas, que los nuevos clínicos estén formateados, deliberadamente, en la ignorancia de la psicopatología clásica, pues, ésta responde a la dialéctica entre teoría y clínica, entre saber y realidad. Psicopatología clínica que ya no se enseña en nuestras facultades ni en los programas de formación de los MIR y PIR. Y sin embargo, se les alecciona en el paradigma de la indicación...farmacológica: universalización prescriptiva para todos y para todo, y que en nada se diferencia de una máquina expendedora de etiquetas y reponedora de medicación. El resultado que denunciamos es un desconocimiento de los fundamentos de la psicopatología, un escotoma importante a la hora de explorar a los pacientes y, en consecuencia, una limitación más que considerable a la hora de diagnosticar.

En tanto que el conocimiento es la forma más ética que tenemos de acercarnos a nuestra plural realidad, no ha de ser un problema la coexistencia de diferentes saberes sobre la complejidad del ser humano.

Por todo ello proponemos llevar a cabo acciones con el objetivo de poner límite a todo este proceso incrementalista de las clasificaciones internacionales, y trabajar con criterios de clasificación que tengan una sólida base psicopatológica y, por tanto, que provengan exclusivamente de la clínica.

Barcelona, a 14 de Abril de 2011


para más información y adhesiones:
http://stopdsm.blogspot.com

stopdsm@gmail.com 

miércoles, 20 de abril de 2011

EMPODERAMIENTO



Como soy aficionado a las explicaciones esquematizadas (¡¡ a pesar de que no son suficiente!!), hoy traigo un esquema que me parece claro y útil, una página del manual:

Asistencia Personal para la Vida en Comunidad
♦Guía para recobrar la vida♦
(Recobrar la vida a nuestro propio ritmo: PACE)

del National Empowerment Center en Lawrence MA (cerca de Boston)
web: http://www.power2u.org/
 
Lo que se les dice a las personas, cuando se les dice que tienen una enfermedad mental
Desafortunadamente, la mayoría de personas que han sido etiquetadas como enfermos mentales, han escuchado un conjunto de frases pesimistas, que interfieren en su proceso de recobrar sus vidas definitivamente. Hay que contrarrestar estas frases para que el proceso pueda avanzar.

Modelo Médico/de Rehabilitación Modelo de Empoderamiento
“eres un enfermo mental” “estás experimentando una angustia emocional severa, que interfiere con tu vida en la comunidad”
“tu enfermedad mental es causada por un desorden cerebral, génético o químico” “tu angustia se debe a una combinación de pérdidas, traumas y carencia de apoyos”
“tu desorden es permanente” “puedes recobrar tu vida definitivamente”
“no debes trabajar hasta que no tengas ningún síntoma” “empieza a trabajar en algo significativo tan pronto como puedas, ya que el trabajo nos ayuda a recobrar nuestras vidas definitivamente”
“debes tomar medicamentos por el resto de tu vida” “puede ser que encuentres que los medicamentos te ayudan mientras estás
aprendiendo destrezas para cuidar de ti mismo y maneras alternativas de recobrar tu vida definitivamente después de esta severa angustia emocional”
“deberás permanecer bajo el cuidado de profesionales por el resto de tu vida” “podrás lograr que tu apoyo principal sean tus pares y amigos, en lugar de los profesionales de la salud”
“si evitas el estrés, serás capaz de sobrellevar tu problema” “puedes, nuevamente, volver a tener sueños, enfrentarte a desafíos y tener una vida plena”
“eres tu enfermedad” “sigues siendo completamente humano”
“como resultado de tu enfermedad, no eres capaz de expresar tus sentimientos o formar relaciones personales” “estás experimentando sentimientos tan extremos que sientes que no es seguro expresarlos. Con el tiempo te sentirás los suficientemente seguro para comprender tus sentimientos y los de los otros y formar relaciones personales cercanas”
“no tienes ni los derechos ni las responsabilidades de los otros” “no has perdido ninguno de tus derechos civiles”
“eres más peligroso que otros en la sociedad” “no eres más peligroso que cualquier otro miembro de la comunidad”
“no puedes tener una pareja ni hijos” “puedes tener una pareja e hijos una vez hayas adelantado en el proceso de recobrar tu vida definitivamente”

lunes, 18 de abril de 2011

CONSTATANDO



Finalmente fué posible sentar alrededor de la misma mesa algunas personas interesadas en los trastornos mentales, en representación de los tres estamentos involucrados : aquellos que los conocen en primera persona (usuarios de salud mental), familiares de afectados, y profesionales del sector. Se trata sólo del primer encuentro pero ya hay algunas observaciones interesantes.


  • Sin entrar a examinar las causas de los trastornos mentales, en base a lo observado (conocidos, compañeros de psiquiatrico, etc.), se constata que aparecen más frecuentemente y tienen más tendencia a la cronificación en familias desestructuradas.
  • En caso de crisis o brote psicótico, lo que resulta fundamental, es el apoyo afectivo.
  • En estas situaciones (crisis), los antipsicóticos también pueden ser muy útiles, a pesar de los desastrosos efectos secundarios.
  • En algunos trastornos y para algunas personas, es preferible depender de una medicación antes que asumir el riesgo de caer en un episodio psicótico (extremadamente doloroso), lo que sin embargo, no es aplicable a todos. Se insiste en el apoyo afectivo para crear una base a partir de la cual se pueda mantener el deseo de superación.
  • La motivación para superar un episodio de este tipo, a menudo es el reto de alcanzar la autonomía.
  • Para recuperar la dirección de la propia vida, o el autocontrol, hay que conocer y reconocer los propios límites. Las situaciones o el punto de tensión más allá del cual se caería en un episodio de crisis o brote psicótico.
  • Es preciso llevar una vida ordenada y sin sobresaltos. Dormir y descansar bien es básico; si cuesta, se pueden tomar hierbas (que no tienen efectos secundarios perjudiciales).
  • La relajación es muy útil, y también la meditación puede ayudar mucho.
  • "el médico que me enseñó a practicar [un ejercicio de] relajación, me hizo el favor más grande de mi vida"
  • También se destaca como muy útil, la relación con personas que experimentan problemas similares.

miércoles, 13 de abril de 2011

SORPRESAS


En un post anterior manifestaba mi sorpresa ante el hecho que muchas personas afectadas por algún trastorno mental acepten voluntariamente su encasillamiento como 'enfermo mental'. Hoy profundizo un poco más en el tema.

A los autores del libro «La invención de trastornos mentales» les dijeron cosas como:
«Hablar de la invención de las enfermedades mentales en un país donde hay más de 400.000 personas que sufren esquizofrenia no sólo es frívolo, es inmoral. Seguramente es una mezcla de ignorancia -se trata de personas que no tienen contacto alguno con los miles de afectados que en Asturias sufren un trastorno mental severo- y de intereses espurios, bien personales o corporativos».
Me resulta chocante que personas aparentemente serias, y con una sólida formación académica, respondan con exabruptos cuando tan sólo se pone en duda la equiparación de este tipo de problemas con las enfermedades biológicas (como si alguien estuviera poniendo en duda la utilidad de su profesión o la existencia de problemas de índole psíquica).

Desde el punto de vista argumentativo, es como decir (¡ y en su momento se dijo !) que no se puede poner en duda la existencia de posesiones demoníacas ante la vista de personas que dicen cosas incoherentes y se agitan como endemoniados.

Visto lo delicado que resulta examinar las supuestas concepciones científicas de otros (¡¡ no sólo las creencias religiosas o las ideas políticas !!), opto por comparar qué cosas varían adoptando una u otra postura (simplificadas y refundidas hasta un planteamiento dicotómico; he excluido una de las partes significativas del conjunto, el entorno familiar, porque temo demasiado herir susceptibilidades ya doloridas)

Alternativa A:
Aceptamos que los trastornos mentales (pongamos que todos), son enfermedades como otra cualquiera, es decir algo 'venido de fuera' como un virus, o 'legado' como un gen.
Sujeto (el que experimenta algún 'trastorno mental'): Puede descansar tranquilo. Es un sujeto pasivo y sólo tiene que asumir que es un enfermo de por vida; tendrá que acostumbrarse a los efectos colaterales de los neurolépticos. Pero no tiene responsabilidad sobre lo que le ocurre ni posibilidad de remediarlo. Para ello estan los doctores y los medicamentos.
Facultativo (psiquiatra): Es fácil diagnosticar y tratar, sólo hay que pasar un check-list y prescribir el fármaco aconsejado.
Institución (seguro público o privado): El tratamiento de los trastornos mentales son solo una extensión de la medicina física. Se hace una estadística con los casos diagnosticados y se calculan los costes que se aplicarán.
Industria (farmaceutica): Los neurolépticos son ideales desde el punto de vista económico; los clientes los toman de por vida, no pueden prescindir de ellos. No hace falta que curen nada y no importa los efectos secundarios, basta con que enmascaren algunos síntomas y los usuarios se acostumbren a ello.

Alternativa B :
Aceptamos que los trastornos mentales (pongamos que todos), son funcionamientos erróneos de la psique y que no hay atajos para hacer la vida menos dolorosa o para alcanzar la paz del espíritu. Se requieren trabajo duro y principios racionales y consistentes para alcanzar un estado de contento y satisfacción.
Sujeto (el que experimenta algún 'trastorno mental'): Resulta que en su vida alguna cosa no se la ha planteado bién. Desde fuera le podrán ayudar, pero nadie se lo arregalará. Tendrá que esforzarse por comprender y por superar sus malos ratos y ganarse los buenos.
Facultativo (psiquiatra): Es dificil comprender los problemas de otro, hay que ponerse en su lugar. Y no se dispone de 'balas mágicas' que lo arreglen todo.
Institución (seguro público o privado): Con los trastornos mentales no hay manera de saber si estan enfermos de verdad o son sólo ficticios. No se puede prever el coste ni la duración que tendrá un tratamiento.
Industria (farmaceutica): Dificil mercado el del trastorno mental, los afectados son tratados casi sin fármacos y, de hecho, no tenemos ni idea de que efectos neurológicos tendría que producir un fármaco para esa clase de problemas.



Después de todo, me parece que no es tan sorprendente la tendencia a considerar 'enfermedad' a un problema psíquico o a un estado de 'angustia emocional severa'.

jueves, 7 de abril de 2011

Esquizofrenia: actores y escenarios


 ¿ Cómo podría llegar a comprenderse un fenómeno sin atender al conjunto de hechos manifestados y circunstancias en las que aparecen ?

"La esquizofrenia está en el paciente, pero también en el medio que lo define y ofrece estímulos incoherentes. Pero está también, y esto poco se advierte desde los criterios operacionales, en el bagaje de quien observa y en la situación concreta en que se hace. La esquizofrenia es un trébol y sus hojas el sujeto que la sufre, el medio que la alimenta y el explorador que la reconoce."  (Antonio COLODRÓN)