lunes, 21 de noviembre de 2011

Tali Sharot



El viernes pasado asistí a un webinar (seminario vía internet, por streaming) donde, entre otros ponentes, intervino Tali Sharot. Esta psicóloga ha publicado recientemente "El sesgo optimista". ("The Optimism Bias", todavía no traducido al español). Habla con el ritmo de una ametralladora. El tiempo concedido, poco más de 20 minutos, lo llena con frases precisamente construídas, ninguna superflúa.
El RAE define optimismo como "Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable". No es nada nuevo decir que va bién 'ser optimista', la innovación consiste en explicar el como y el porqué. Tali Sharot diseca los mecanismos cerebrales de esta forma de funcionamiento y, además, examina como afecta esto al mundo en que nos desenvolvemos.

En su web declara:
"Estoy interesada en cómo la motivación y la emoción dan forma al juicio humano, a la memoria y a la acción. Uso una combinación de técnicas, incluyendo conductuales, computacionales, farmacológicas, y métodos de infografía cerebral, para dilucidar los procesos que subyacen a tres niveles: el del comportamiento, el de los sistemas neuronales y el de neurotransmisores."
Y escribe:
¿Las grandes expectativas no nos conducirán a la decepción cuando no se cumplan? Es corriente la creencia de que tener expectativas bajas es bueno, porque nunca se es decepcionado cuando las cosas van mal y se recibe una grata sorpresa cuando salen bien. Cuando se probó en laboratorio, sin embargo, esta idea resulta ser falsa.
Por el contrario - después de fracasar en las personas que son excesivamente optimistas se sienten mejor que la gente que espera fracasos todo el tiempo.
En una serie de estudios de los psicólogos Marshall & Brown encontraron que después de recibir los resultados de una prueba, los participantes con bajas expectativas se sorprendieron cuando en realidad lo hicieron bien, pero no se sintieron mejor que las personas optimistas. Tampoco las personas optimistas que esperaban recibir una buena calificación se sintieron peor cuando acabaron fracasando.
¿Entonces por qué los optimistas se sienten mejor que los pesimistas, incluso cuando las cosas no salen como quieren?
En primer lugar, las expectativas positivas llevan a las emociones positivas y la mayor parte del tiempo los optimistas se sienten mejor que los pesimistas. En segundo lugar, las personas con altas expectativas tienden a ver sus resultados de forma más positiva, aun cuando no se alinea con la esperanza ("Sí, no pasé la prueba, pero me fue mejor que a Paul!"). Por último, incluso después de fracasar los optimistas dirán: "Bueno, la próxima vez lo haré mejor!" ..
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Una breve búsqueda me conduce a un post de Ricardo Acevedo Z. de donde extraigo:
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En el año 1932, 180 monjas de una orden religiosa de Kentucky, EE.UU., tuvieron que escribir biografías sobre sí mismas. Era un ejercicio más bien espiritual, un ensayo diseñado para probar sus habilidades de redacción que no debía exceder las 300 palabras. Durante décadas este material permaneció archivado en la biblioteca. Hasta que a fines de los 90, dos estudiantes de Sicología de la Universidad de Kentucky los encontraron. Algunos años más tarde, en 2001, presentaron lo que se considera una de las primeras pruebas de los efectos del optimismo en la salud de las personas.
El llamado Estudio de las Monjas demostró que el contenido emocional de las cartas estaba estrechamente relacionado con la cantidad de años que habían vivido las religiosas en cuestión: aquellas que expresaban emociones positivas, como alegría o esperanza, vivían un promedio de siete años más que aquellas menos optimistas. Todavía más, la relación se incrementaba a 9,5 años para las más positivas y 10,5 años para las que usaban gran variedad de palabras animosas en sus cartas.
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Habrá que experimentar ...

2 comentarios:

  1. otro estudio para llevar a cabo. La pregunta que me surge es ¿porque eran más optimistas? ¿Existe un gen del optimismo?, ¿una buena crianza es la que te hace ser optimista? ¿ambas son correctas?
    Creo que retiramos las teorías psicodinámicas demasiado, servían como modelo para explicar estos sucesos mucho mejor que la serotonina....
    Un abrazo y gracias por la información.

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  2. saludos Miguel, obviamente no tengo ni idea de porqué algunas personas son más optimistas que otras. El punto está, creo, en como puede uno vovlerse más optimista.
    no ver telediarios ni leer periódicos quizá sea uno de los ingredientes ;-)
    un abrazo,

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