Hace unos meses en psiquiatría pitiusa Miguel puso un post con el título 'mito cazado', refiriéndose a la afirmación "el 90% de la comunicación no es verbal". Como ocurre frecuentemente, hay una parte de verdad tras ello; pero lo que se transmite a modo de verdad -sabida e indudable- es una generalización desprovista de contenido vestida con una supuesta precisión. La parte que me interesa de ello es como y porqué algunos mitos se insertan en el acervo cultural tan fuerte y extensamente. Dicho de otro modo, me pregunto que es lo que causa la gran eficacia de algunos 'memes'.
Hay de muchos tipos, el experimento de los monos y los plátanos también está basado en un experimento real (aunque menos vistoso y concluyente que las distintas versiones del cuento que circulan. (ver la historia)
Circulan muchas leyendas urbanas. Y estoy convencido de que habrá muchas más de las que ni me he dado cuenta que son sólo eso: una leyenda urbana. Algunas se hacen circular intencionalmente. Pero otras no. Y el fenómeno interesante es porque algunas de esta leyendas 'se pegan' con tanta facilidad. Una historia que ha dado la vuelta al mundo en 80 idiomas y múltiples variantes; en versión sucinta viene a decir:
Una pareja circula con su coche, recogen una joven desconocida para llevarla a algún sitio. La joven advierte "tengan cuidado con esta curva que es muy peligrosa". Poco después de la mencionada curva la joven ha desaparecido. Piensan que puede haber caído del coche, la buscan, y denuncian el caso a la policía. El agente, después de escucharlos les muestra una foto preguntando ¿era esta la persona que desapareció de su coche? Es exactamente ella. Y el policía les informa: sí, se mató en aquella curva hace unos años y suele avisar del peligro a otros.¿Que tiene ese cuento que lo hace tan creíble? ¿o tan deseable? ¿Porque tantas de las personas que lo oyen (o leen) tienden a reproducirlo, a contárselo a otros?. Se trata de un meme muy eficaz.
Del mismo modo que para engañar a los peces hay que poner algo de comida real -cebo- para que se traguen el anzuelo, muchos mitos contienen algo de verdad para ayudar a colar una mentira. Por ejemplo "los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los del país". (uno se imagina a una cola de españoles peleándose con los inmigrantes para ir a recoger tomates en los invernaderos de Almería por veinte euros al día)
O el tan ventilado mito del estigma (comentado, por ejemplo, aquí). O el mito que equipara una esquizofrenia con una bronconeumonía (por ejemplo, aquí). O el mito según el cual, aquel oficialmente catalogado como loco pertenece a una especie diferente de aquel que hace el catálogo. etc. etc.
Me pregunto que hay en nosotros mismos que nos hace tan proclives a 'adherir' a algunas fábulas, sean estas reconfortantes o inquietantes.
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