lunes, 29 de octubre de 2012

Científicamente probado




Me quedo dándole vueltas a una de esas frases lapidarias que nos legó Jorge Luís Borges: «“Está científicamente probado” es un exordio que indica que lo que se va a oír es mentira»

Refuerza mi opinión de que estamos en una época altamente tecnificada pero mucho menos científica de lo que nos gusta creer. Es fácil advertir la tecnificación, esto es la aplicación de la ciencia. No se nota tanto, al menos a primera vista, la poca investigación de base, aquella de la que no se espera un rendimiento económico a corto o mediano plazo. Incluso antes del actual 'harakiri económico', ya se efectuaba poca investigación de base.

Está claro que la investigación de base es la más rentable para una sociedad, pero seguramente no tanto para las personas que la financian. Napoleón Bonaparte rehusó financiar las investigaciones de un noble italiano que apilaba discos de diferentes metales, los humedecía con vinagre, y conseguía una cosa que se llamaría 'electricidad'. Era difícil prever la utilidad de esa 'electricidad' cuando el único fenómeno visible era la atracción de objetos minúsculos y ligeros o la contracción de unas ancas de rana.

De un modo u otro, y a pesar de la poca investigación de base, el substantivo 'ciencia' y el adjetivo 'científico' gozan de una gran reputación; no es extraño que muchos traten de apropiárselos. Googlear 'científicamente probado' o 'científicamente demostrado' nos lista toda clase de productos, sistemas y teorías que pretenden apoyarse en la sonoridad de las palabras respetadas para ganar respetabilidad.

'Ciencia', según la RAE, es "el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales". La ciencia constituye una finalidad por si misma, busca el saber por el saber. La técnica está siempre mediatizada; persigue una finalidad determinada; a veces una utilidad general, a veces exclusiva para reducidos grupos.

La investigación científica requiere de un método bien establecido. Diferentes ámbitos del conocimiento usan metodologías también diferentes, pero nunca arbitrarias. La técnica, esto es la aplicación de la ciencia, al no perseguir 'principios y leyes generales' no está sujeta a tantas limitaciones: basta con alcanzar las finalidades perseguidas tal como las haya definido (explicita o implícitamente) el investigador o quien financia la investigación.

Convencer a una mayoría de físicos de que los fenómenos observados se corresponden con la hipotética partícula de Higgs, es una tarea ardua. Convencer a un gran número de potenciales clientes de que tal formulación de detergente 'lava más blanco' también requiere esfuerzos, pero de otro tipo, poco relacionados con 'la verdad' (sea lo que sea esto).

La ciencia al madurar adquiere modestia, reconoce sus limitaciones. Kurt Gödel borró de un plumazo el antiguo sueño de una matemática perfecta. La física cuántica contradice el sentido común, (y sin embargo produce un conocimiento cuya aplicación ha permitido los aparatos electrónicos que nos rodean). Karl Popper, en 'La lógica de la investigación científica', advertía que "las teorías científicas no se construyen sobre rocas sino sobre terrenos pantanosos que a veces sólo sirven para sostener la estructura".

La técnica, la obtención de un resultado útil a alguien utilizando el conocimiento científico disponible, no reconoce ningún límite. Se reconoce, a veces, un coste excesivo, no una limitación 'per se'.

Cada una de las 'verdades' científicas se apoya en las demás [teorías aceptadas como 'verdades']. La tesis de Duhem-Quine determina que no se puede verificar aisladamente una hipótesis científica cualquiera. Y de ello extrae este corolario: "dada la suficiente imaginación, cualquier teoría (consistente en una o un conjunto finito de proposiciones) puede ser salvada permanentemente de 'refutación' por medio de algún ajuste adecuado en el contexto del conocimiento que la contiene".

Llaman mi atención las palabras-valores que se invocan para atribuirse legitimidad. Son distintas en diferentes contextos. Por ejemplo, en el DSM-IV se otorga una gran solidez al conocimiento adquirido empíricamente:
La utilidad y credibilidad del DSM-IV exigen que se centre en objetivos clínicos, de investigación y educacionales, y se apoye en fundamentos empíricos sólidos.
    ...
Hemos intentado discutir los temas y los datos empíricos al empezar el trabajo, para poder identificar potenciales problemas y diferencias de interpretación.
    ...
Más que cualquier otra nomenclatura de trastornos mentales, el DSM-IV está basado en la observación empírica.
    ....
El Comité Elaborador del DSM-IV y los grupos de trabajo han efectuado un proceso empírico a tres niveles, que ha incluido: 1) revisiones sistemáticas de la literatura hasta ahora publicada, 2) reanálisis de los datos ya recogidos y 3) estudios de campo.

En el terreno de la física nuclear, en cambio, se deplora no ir más allá de un conocimiento empírico [extraído de aquí]:
Hace cosa de 60 años, el descubrimiento de la energía nuclear prometió la solución definitiva a los problemas energéticos del mundo. Hasta el momento, esta promesa no se ha cumplido. El desarrollo de la tecnología nuclear se ha estancado, con las centrales nucleares utilizado todavía la tecnología desarrollada medio siglo atrás.
    ...
Los avances en el acceso a este recurso, ha sido sin embargo muy lento. Desde el punto de vista científico, el principal problema es la falta de conocimiento. A pesar de muchos cientos de centrales nucleares funcionando correctamente, nuestra comprensión de las fuerzas nucleares es sólo empírico y el conocimiento empírico es siempre imperfecto.

Incluso el status de 'ciencia' se pone en dudad para algunas disciplinas. Un estudiante de económicas en Barcelona me comentaba, muy sorprendido, una frase de su profesor: "Un economista es alguien que sabe justificar perfectamente porqué sus previsiones no se cumplieron". Ed Leamer, un profesor de economía en la UCLA habla de “econometría basada en la fe” (faith-based econometrics) [citado aqui]. Mario Bunge, en su libro "Las pseudociencias !vaya timo!", escribe: ".. la economía neoclásica se ha convertido en una pseudociencia más, pero se trata de una pseudociencia que se oculta detrás de una fachada matemática, lo cual intimida al analfabeto matemático" [comentado aquí]. Una simple búsqueda con "economía pseudociencia" o "economía falsa ciencia" nos lista una gran cantidad de artículos y posts.

Algo parecido ocurre con la psiquiatría. Recibe críticas de todos lados, desde 'serias' como las de Thomas Szasz hasta diatribas de clientes insatisfechos. John Read (en 'Modelos De Locura', John Read, Loren R. Mosher, Richard P. Bentall) escribe: "Durante el siglo xix, el progreso de la medicina fue espectacular, por lo que resulta comprensible que surgiera la motivación de alcanzar unos logros parecidos en lo que respecta a la locura. Se crearon nuevas categorías de locura, pero *la psiquiatría no se había comprometido lo suficiente en el proceso científico* como para dejarlas de lado cuando se comprobó que no eran eficaces. Por otra parte, la psiquiatría no se podía permitir abandonar la búsqueda de las «enfermedades mentales», ya que su supervivencia como ciencia médica dependía de ello."

Parece que es facil deslizarse del procedimiento científico al proceso industrial. Y, dada la propensión al autoengaño que caracteriza a los humanos, es facil deslizarse de la ardua investigación a la dulce autosugestión. De aquí a la simple estafa hay solo un paso.




domingo, 14 de octubre de 2012

Ocuparse de lo propio


Una de las cosas que mejor sientan a la salud mental es ocuparse de los propios asuntos; examinar como andan; preguntase por los aspectos oscuros e intentar esclarecerlos para mejorarlos. Aqui va una manera de ocuparse de lo propio:


y la continuación

 

(Se comentan datos y se formulan preguntas al presidente de la Generalitat de Catalunya en relación con la gestión de los recursos destinados a la Salud Pública)

jueves, 11 de octubre de 2012

Prevención en Salud Mental



La RAE define prevención como "Preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar algo". Siempre se ha considerado que es preferible prevenir que curar (aunque frecuentemente olvidemos esta máxima).
Recientemente Ana Mató, la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, decía que [la alta incidencia y el elevado coste social de las enfermedades mentales hace que] "trabajar para promover el estado de buena salud mental sea la mejor inversión que podemos realizar".

Si repasamos la blogosfera relacionada con la salud mental, constataremos que una gran parte de los posts  -y los de este blog no son excepción- hacen referencia a los apectos más conflictivos: el sempiterno estigma, la dominancia de bigpharma, los mitos sin base científica que campan a sus anchas, las locuras de algunas administraciones, etc.

Otra categoría de posts, más positivos, difunden experiencias que están dando buenos resultados, sea en el plano del trato, del tratamiento o de la organización; o bien destacan planteamientos teóricos especialmente esclarecedores.

Es menos frecuente hablar de prevención en relación con la salud mental. Es lo que hago hoy, desarrollando la parte final de la ponencia 'Salud Mental en Tiempos de Locura' que presenté al Seminario sobre Salud Mental e Intervención Comunitaria REVISANDO LA IDEA DE LOCURA, Organizado por ‘El Drago Servicios Sociales’ en Lanzarote el pasado Septiembre.


En relación con la salud física se ha difundido ampliamente la pirámide de los alimentos, (diferentes versiones: mediterraneadanesa, vegana). Se transmite en forma visual y resumida una serie de consejos relativos a la alimentación y que son importantes para el mantenimiento de la salud física. En la base de la pirámide lo que deberíamos consumir más, y en la cúspide lo que deberíamos consumir menos.  En relación con la salud mental elaboré algo parecido, esto es

La pirámide de las actividades
para una buena la salud mental


  • En la base tenemos las actividades cotidianas: laborales, aseo personal y cuidado de la vivienda, comidas, compras, etc. En relación con la buena salud mental -eso que la OMS define de forma parecida a la felicidad-  lo que resulta determinante es la manera como se realizan.
Las personas importantes otorgan importancia a todo  lo que hacen, sea dirigir una orquesta ante un auditorio de dos mil personas, o cepillarse los dientes. Parten de la premisa de que, si algo merece hacerse, merece hacerse con atención y cuidado. En el polo opuesto, las personas insignificantes son aquellas que consideran insignificante cualquier cosa que hacen.

La salud psíquica requiere que uno mismo se respete y se cuide; eso comporta respetar y cuidar todo lo que uno hace, sea una operación quirúrgica de alto riesgo o la preparación de un huevo frito. Si uno tiene un empleo con el que no está satisfecho, lo que tiene que hacer es buscarse otro; pero mientras tanto lo mejor para uno mismo es realizarlo con interés, incluso si ello redunda en beneficio de algún sinvergüenza.
  • En la primera planta tenemos las actividades de relación y de participación. Eso tan necesario para no comerse el tarro: actividades donde uno mismo deja de ser el centro de interés y pasa a ser tan solo una parte, pero una parte de algo mayor. Donde los demás nos hacen de espejo y nos ayudan a no dejarnos llevar por las fantasías (tanto del tipo soy master del universo como de su hermano gemelo no sirvo para nada y no le importo a nadie)

  • En la segunda planta tenemos las actividades de superación. El reconocimiento de que sea lo que sea que hayamos alcanzado, lo podemos hacer mejor. Mientras estemos vivos tendremos cosas que aprender y mejorar. Los seres vivos solo podemos evolucionar o degenerar. Podemos tender a ser mejores personas o a fosilizarnos y repetirnos hasta la tumba. Cualesquiera que sean nuestros campos de interés, ahí tenemos una oportunidad de superación.

  • Finalmente, en la cima de la piramide, en menor frecuencia pero no por ello menos importante, está la celebración de los logros –pequeños o grandes- que nos permiten estar orgullosos de nosotros mismos y asumir nuevas metas. Esto es el alegrase de estar vivo y de tener la oportunidad de superar los propios límites, de participar junto con otros en empresas más grandes y de hacer con interés las tareas aparentemente intrascendentes pero que son las que permiten la vida y su disfrute.

Razonar y explicar como llegué a elaborar este esquema sería más largo de lo que permite un post y seguramente sea innecesario. Así que me limitaré a razonar por oposición. Ahí va una fórmula infalible para la infelicidad y la mala salud mental:

Búsquese un trabajo alienante, donde haga algo que no le importe en absoluto y lo que haga no le importe a nadie. Mientras esté en el trabajo piense en otras cosas, nunca en lo que esté haciendo. ¿Qué más da como se viste o se asea? Total, nadie se va a fijar. No coma, engulla. ¿Reunión de vecinos? ¡Qué paliza! ¿Amigos? El único amigo es uno mismo. ¿Aprender? ¡Ya pasó el tiempo del cole! ¿Cuidarse? ¡Qué pérdida de tiempo! Y si, por alguna casualidad, algo saliera bién, no le preste atención, seguro que hay otras cosas que irán mal y de las que podrá quejarse.

Ayer, 10 de Octubre, fue el día mundial de la salud mental.



La ilustración de la pirámide de la salud mental ha sido gentileza de la genial pintora y arteterapeuta Chari Muñoz.

jueves, 4 de octubre de 2012

Se acabó el barbecho





Este blog se ha pasado el verano en barbecho. Una necesaria pausa para retomar fuerzas y redefinir la orientación. Pero se acabó. Acabó en Lanzarote, con el II Seminario "Revisando la idea de locura" que organizó El Drago. Un evento único, atípico, sin apoyo de compañías farmacéuticas, donde se revisó la idea de locura desde todos los ángulos. No se hizo bandera de interdisciplinariedad, pero entre los ponentes hubo psiquiatras, psicólogos, enfermeras, pedagogos, integradores sociales, antropólogos, familiares de persona diagnosticada y, naturalmente, personas que conocen las psicosis desde dentro.

¿Lo mejor? Sin duda las personas. Empezando por el organizador Miguel A. Miguel Borbolla y ese hub que es Raúl Velasco. Tuve ocasión de conocer algunas personas con quienes ya mantenía una conexión epistolar-bloguera,  (como  Esther SanzMike Mckenzy [un humorista disfrazado de psiquiatra], Jesús Castro, Antonio Olives, Guerrero de la luz), también a personas de quienes únicamente conocía obra escrita (como Angel Martínez), y algunas otras personas a quienes no conocía y que me alegro de haber tenido la suerte de conocer (como Asun PieEdgar Vinyals , Pep Canals, Miguel Ángel Rubio) y otros que ahora no me vienen a la memoria, Ah y "last but not least" ¡¡ las esquizomadres Marisa y Silvia !!.

Espero que Migue Angel cuelge pronto la grabación o las ponencias escritas para consulta de todos los interesados.

Una amiga me pregunta si alcanzamos algún acuerdo conjunto o hicimos alguna declaración consensuada. No, no se consignó por escrito ninguna frase para la historia, pero lo que ha quedado claro para todos los asistentes es que, en el ámbito de la salud mental se puede hacer mucho mejor de lo que se está haciendo habitualmente, y que a pesar del sopor del sector much@s profesionales, en diferentes áreas, en conexión con otros implicados, se esfuerzan por hacerlo mejor. Y lo hacen mejor.


P.S:  Un resumen (gracias Esther)