En este año que finaliza se cumplió el centenario del nacimiento de Alan Turing. Para algunas personas -sobre todo informáticos- ese nombre evoca la quintaesencia del genio y de la incomprensión de su entorno. Entre otras aportaciones, concibió el primer ordenador universal, la 'Máquina de Turing' (nada práctica pero potencialmente capaz de realizar cualquier función de un ordenador moderno). Durante la II Guerra Mundial hizo contribuciones decisivas para que los aliados pudieran 'leer' los mensajes encriptados con la máquina enigma que usaba el III Reich.
En una Inglaterra de moral todavía victoriana no quiso ocultar su homosexualidad. En 1952 fue procesado por ello y condenado a castración química (con estrógenos). Poco tiempo después murió al ingerir una manzana con cianuro. Oficialmente se consideró suicidio. En este centenario, un grupo de científicos (con Stephen Hawking a la cabeza) ha instado al primer ministro conservador, David Cameron, para que "perdone formalmente" al genial matemático.
Tambien nos legó lo que se ha llamado el 'Test de Turing'. En los albores de la IA (inteligencia artificial) no se lograba definir la 'inteligencia' que se pretendía construir. En sus propias palabras: "Una computadora puede ser llamada 'inteligente' si logra engañar a una persona haciéndole creer que es un humano". Se trata de un criterio operacional utilizable cuando no existe -o no se conoce- un criterio más sólido. Una aplicación de ello son los tests CAPTCHA tan usados en la blogosfera para distinguir los humanos reales de los robots capturadores de emails y otros datos (funcionan porque los robots no son todavía suficientemente 'inteligentes').
Turing se inspiró en un pasatiempo de la aristocracia llamado "juego de imitación" consistente en descubrir, en una conversación a ciegas -mediante el intercambio de mensajes- si el interlocutor es hombre o mujer. Posteriormente este tipo de test se ha aplicado en muchos campos y de muchas maneras. En Blade Runner los replicantes intentaban pasar la prueba (a ese film y a esa escena corresponde la imagen que encabeza el post).
El famoso experimento de Rosenhan fue, de hecho, una variación del 'Test de Turing'. Del resultado se concluye que si los falsos locos imitaban tan bien a los verdaderos como para engañar a los especialistas, entonces es que eran tan locos como los verdaderos. (Lo que dió soporte a las tesis antipsiquiátricas fue el hecho de que para conseguir esta 'perfecta imitación' bastara con decir que uno oye la palabra 'vacío' en la propia cabeza y en lo demás comportarse como siempre).
Recientemente se formuló la situación global del planeta en términos de este tipo de test (aquí). La comparación, se interprete como se interprete, le deja a uno inquieto.
¿Qué harían unos extraterrestres infiltrados que desearan acabar con la especie humana y con el mundo tal como lo hemos conocido? Provocarían guerras, propagarían mitos del tipo 'no os preocupeis, todo se solucionará por sí solo', al tiempo que impulsarían actividades económicas que destruyeran ecosistemas y modificaran el clima de acuerdo con sus necesidades. ¿Qué diferencia hay entre estos hipotéticos extraterrestres y los actuales dirigentes mundiales? En lo referente a sus actuaciones, ninguna. En cuanto a las motivaciones, las desconocemos (aún cuando podamos imaginar algunas).
¿Demasiado nebuloso? Existen otras explicaciones a la locura global, pero las alternativas no son más halagüeñas. Ahí van unos apuntes para una explicación alternativa.
En USA los diferentes estados gozan de una notable libertad legisladora. Por ejemplo, Obama consigue legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en el ámbito de los Estados Unidos de Norteamérica. A continuación, más de 30 estados lo prohiben expresamente dentro de su territorio (sí, en el siglo XXI).
El estado de Indiana es famoso, entre otros motivos, por haber intentado legislar un valor más cómodo para el número pi; eso fue en 1897.
El estado de Carolina del Norte tiene como lema “Because that’s how I want it to be", 'Porque así es como yo quiero que sea'. En su afán legislador el año pasado (2011) se distinguieron por su lucha contra el cambio climático estableciendo la manera de medir lo que no les gusta que cambie, en ese caso el nivel del mar:
"[Sección 2 apartado 'e'] La División de Administración Costera será el único organismo autorizado para desarrollar la tasa de aumento del nivel del mar y lo hará sólo a petición de la Comisión. Esta tasa sólo será determinada utilizando datos históricos, y estos datos se limitarán al período de tiempo posterior al año 1900. La tasa de aumento del nivel del mar puede ser extrapolada linealmente para estimar la tasa futura de subida pero no incluirá escenarios de aumento acelerado del nivel del mar ..."Después del desastre de Fukushima, los niveles de radioactividad en entornos habitados sobrepasan el valor legislado como máximo (no solo en Japón, tambien en la costa oesde de USA). ¿Solución? Se legislan nuevos valores para la radioactividad 'aceptable' (no solo en Japón, tambien en USA).
Como decía, las alternativas a la hipótesis de los extraterrestres no son más halagüeñas, máxime cuando se tiene en cuenta que esta manera de decidir se aplica para todo: a manuales de diagnóstico, a quien tiene y quien no tiene armas de destrucción masiva, a extraer petróleo independientemente de sus consecuencias ambientales, etc. etc.
Ciertamente las cosas se arreglarán por sí solas (todo tiende al equilibrio), lo que no está claro es en interés de quién o de qué. En un escenario de (verdadera) locura generalizada, tenemos la opción de no dejarnos arrastrar por ella y hacer lo que realmente creamos que es mejor, incluso si no es lo más sencillo ni lo más cómodo.
¡¡ Feliz 2013 !!
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