miércoles, 24 de abril de 2013

Big Pharma 1 (el principio)




A menudo, al hablar de ‘Big Pharma’ (las grandes compañías farmacéuticas), parece al recien llegado que se esté demonizando a unas empresas que simplemente se dedican a su negocio. Resulta difícil comprender, y aún más hacer comprender, como funciona esto. No es tan sencillo como una película de buenos y malos, pero ciertamente los bienes y los males aportados son enormes. Como su acumulación de poder.

John le Carré, el escritor de novelas de espionaje (autor, entre otras obras que se han llevado al cine, de El espía que surgió del frío), nos cuenta [aquí]:
“...y de todos estos crímenes del capitalismo salvaje, cuando comencé a buscar una historia que ilustrara este argumento en mi reciente novela [El jardinero fiel], me pareció a mí que la industria farmacéutica ofrecía el ejemplo más elocuente. Podría haber ido a por el escándalo del tabaco con aditivos, diseñado por los fabricantes occidentales para producir  adicción, y de paso cáncer, en las comunidades del Tercer Mundo ya afectadas por el SIDA, la tuberculosis, la malaria y la pobreza en una escala que pocos de nosotros podemos llegar a imaginar.
Podría haber ido a por las compañías petroleras, y la impunidad con la que Shell, por ejemplo, provocó una inmensa catástrofe humanitaria en Nigeria, desplazando a las tribus, contaminando su tierra y provocando un levantamiento que condujo a pseudo-tribunales y a la vergonzosa tortura y ejecución de hombres muy valientes por parte de un régimen totalitario perverso y corrupto.
Pero el mundo de las multinacionales farmacéuticas, una vez que entré, me agarró por el cuello y no me soltó. BigPharma, como se las conoce, lo ofrecía todo: las esperanzas y sueños que tenemos de él, su vasto, en parte realizado, potencial para el bien; y su oscuro lado oculto, sostenido por enormes riquezas, un secretismo patológico, corrupción y codicia.”

El tema de Big Pharma es muy debatido, recientemente el “Salvados” de Jordi Evole (en la Sexta) dedicó un excelente programa a ‘sobremedicación’ (aunque demasiado breve para el tema). En la web se encuentran infinidad de artículos y blogs denunciando abusos. Una búsqueda en google de ‘big pharma’ encuentra 56 M de resultados. Este documental (en inglés) describe bastante bien de qué hablamos. Y aquí (en italiano) Beppe Grillo nos recuerda la historia reciente. Y este testimonio (en francés) lo explica en palabras sencillas. Y este ex-vendedor (en inglés subtitulado español) nos narra su experiencia. Aquí, Teresa Forcades hace algunas puntualizaciones. Aquí nos cuentan, desde Perú, su forma de negociar tratados. etc. etc.

En resumen, ¿que hacen las empresas 'Big Pharma' que pueda considerarse reprobable?
En tres palabras: engañar, pervertir y matar. Engañar tergiversando los resultados de estudios científicos, creando falsas expectativas y magnificando temores. Pervertir sobornando a políticos y a profesionales de la salud. Matar comercializando productos de los que se ignoran los efectos a largo plazo; o bien, a pesar de conocerse efectos adversos, éstos se esconden y se comercializa el producto.

¿Exageración? Engañar: si realmente estás interesado googlea 'Ben Goldacre', o lee este artículo en PLOS Medicine (uno de los más citados de todos los tiempos), o investiga sobre la 'pandemia' de gripe A. Pervertir: ¿sabía Vd. que en Washington Big Pharma mantiene más lobistas que cualquier otro sector (incluidos petroleras y armamentistas); en concreto hay registrados 2,5 lobistas por cada senador y representante? ¿Qué las empresas de Big Pharma gastan más en marketing que en investigación? ¿Que 'miman' a los médicos con regalos de valor proporcional al número de recetas que emiten? ¿Que, siendo los principales financiadores de la investigación médica, los estudios contrarios a sus intereses son casi imposibles? Matar: para no entrar en detalles, ¿sabía Vd. que el año siguiente a la retirada del mercado de Vioxx -2004-, en USA murieron 500.000 personas menos de lo habitual? (precisamente entre los principales consumidores de Vioxx, es decir mayores de 60 años y lo que disminuyó fueron los accidentes cardiovasculares).


Vayamos por partes, Big Pharma ¿Quienes son?

La siguiente lista muestra las doce mayores compañías en la industra farmacéutica ordenadas por volumen de ventas de acuerdo con sus reportes anuales correspondientes a 2.009
Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_pharmaceutical_companies
No son las únicas, hay más. Prácticamente todas, en algún momento han tenido que justificar ante la justicia algunas de sus acciones. No estamos hablando de errores puntuales sino de una forma sistemática de actuar; este negocio rinde tanto, que permite –-desahogadamente- pagar multas o indemnizaciones de tanto en tanto.

Puesto
Compañía
País
Ventas
(M de USD)
Beneficios
(M de div. especif.)
Gastos en I+D
(M de div. especif.)
Ranking
Fortune 500
Año de fundación
1
Johnson & Johnson USA
61.900
$12.266
6.986
103
1.886
2
Pfizer USA
50.010
8.635
7.845
152
1.849
3
Roche Suiza
47.350
CHF 8.510
CHF 9.874
171
1.896
4
GlaxoSmithKline UK
45.830
£5.669
£4.106
168
* 1.842
5
Novartis Suiza
44.270
$8.454
$7.469
183
* 1.859
6
Sanofi Francia
41.990
€8.471
€4.583
181
* 1.863
7
AstraZeneca UK/Suecia
32.810
$7.544
$4.409
268
* 1.913
8
Abbott Laboratories USA
30.760
5.746
2.744
294
1.888
9
Merck & Co. USA
27.430
$13.024
$5.800
378
* 1.668
10
Bayer HealthCare Alemania
22.300
€1.696
€1.845
154
1.863
11
Eli Lilly USA
21.840
$4.328
N/A
455
1.878
12
Bristol-Myers Squibb USA
18.810
$4.420
3.647
435
* 1.858
* Año de fundación del más antiguo de sus componentes o precedentes (en compañías fusionadas o escindidas)


"Si queremos ver lo que hay ante nosotros debemos mirar para atrás"
-Albert Szent-Györgyi (Premio Nobel de Fisiología y Medicina 1.937)

Para intentar comprender como hemos llegado a la situación actual he repasado sus orígenes históricos. La industra farmacéutica nace con la industria química, esto es, en el siglo XIX -hace siglo y medio. Podría considerarse un 'spin off' de ésta pero, de hecho, no es algo distinto sino una parte de ella. Tanto la industria farmacéutica como la química en general arrastran los mismos 'tics' y formas de proceder; para bien y para mal. Intentaré resumir estos orígenes.

Cuando entramos en el siglo XIX, Europa está en efervescencia. Durante el siglo anterior, calificado de la “ilustración” o “de las luces”, han ocurrido muchos menos conflictos armados que en épocas anteriores, pero ha finalizado con la revocación violenta del “Ancien Régime”. A la supresión de los privilegios feudales ha seguido el reinado del terror. Se decapitó un rey y se proclamará un emperador (que necesitará civilizar a toda Europa para que floreza su imperio).

Un aristócrata italiano muestra a todo el mundo un nuevo descubrimiento al que llama ‘electricidad’. Los avances científicos se plasman en la industrialización. Artesanos pierden un oficio rentable al tiempo que las fábricas requieren mano de obra barata. La producción agrícola, ahora mayor que en épocas pasadas, fluye hacia las ciudades: sin transporte rápido, ni refrigeración, ni conservantes. La esperanza de vida de las clases poco adineradas disminuye.

Pero los períodos turbulentos son, también, tiempos de oportunidades. Durante el siglo XIX se crearán las principales fortunas que siguen operando hoy en día. El primer Rockefeller llegará a constituír el arquetipo de multimillonario, principalmente a partir de actividades industriales (petróleo). Los Rothschild ya son ricos mediante actividades financieras, el XIX será su expansión.

No existe una industria química como tal, aún cuando algunas actividades ya se realizan a relativamente gran escala. Un hospital que será famoso -la Salpêtrière- se construyó sobre un antiguo polvorín y fábrica de pólvora. La farmacología no obtendrá su primera cátedra (en la Universidad de Tartu -Estonia) hasta 1.847. Pero ha empezado ya el maridaje con la química: se concentran preparados de herboristería y, en algunos casos, se aísla su principio activo, lo que se había llamado su 'quintaesencia'.

Hay que mencionar un precedente importante. En el siglo XVII, Johann Rudolf Glauber, había descubierto un método para preparar ácido clorhídrico por medio de la acción del ácido sulfúrico sobre la sal común. En el proceso obtuvo un residuo, el sulfato sódico, que actualmente se sigue llamando "sal de Glauber". La llamó "sal mirabile" ("sal maravillosa", un precedente del actual MMS) y la consideró como un curalotodo, casi el elixir de la vida. Glauber se dedicó a la fabricación de este compuesto, así como de otros que consideró de valor medicinal y que también resultaron ser de gran valor como modo de ganarse la vida. Si bien esta ocupación era menos espectacular que la supuesta fabricación de oro de los alquimistas, había encontrado una manera de sacar provecho tangible a este tipo de actividades.


La luz de gas que se popularizó en el siglo XIX dejaba, en su producción a partir de la hulla, un residuo –el alquitrán de hulla- del que había que desahacerse. August Wilhelm Hofmann estaba convencido de que podían producirse sustancias útiles a partir de este alquitrán o de alguno de sus destilados. En 1.856, el joven William Henry Perkin (18 años), cumpliendo los deberes encargados por su profesor Hofmann, intenta producir quinina oxidando anilina. Para su sorpresa, obtiene un precipitado negruzco. Al limpiar el frasco con alcohol, descubre un color púrpura. Prosigue sus experimentos en un cobertizo con ayuda de su hermano y un amigo. Al poco patenta su descubrimiento, el primer colorante sintético y establece una industria para su fabricación. (Esta síntesis puede considerarse el pistoletazo de salida de la gran industria química, impulsada inicialmente por la fabricación de tintes. Al poco tiempo la industria alemana toma ventaja, y los jóvenes Estados Unidos no tardan en formar parte del club)

En 1.847 Ascanio Sobrero, estudiante en la universidad de Turin, experimentando con ácidos minerales y compuestos orgánicos, produce nitroglicerina, el primer explosivo más potente que la pólvora y advierte vigorosamente sobre lo peligroso de su uso. Con otra mentalidad, Alfred Nobel inicia su fabricación y comercialización. Diversos accidentes le impulsan a buscar una manera de mejorar su manejabilidad. En 1.867 iniciará la producción y comercialización de la dinamita, lo que le reportará ingentes beneficios (se ha dicho que la institución de los famosos premios era un intento de lavar su conciencia).

En 1.863 Julius Wilbrand logra la fabricación del trinitrotolueno. Se usa como colorante amarillo para lana. Algunos años después se aprecia y valora más su poder explosivo, de gran potencia y estabilidad.

Los colorantes y los explosivos constituyen los pilares sobre los que se asienta la industria química. En realidad son, desde el punto de vista químico, muy similares. Resulta natural producir ambos tipos de productos en la misma fábrica (como esta).

En un post no se puede condensar la historia de un siglo, pero los hitos apuntados ilustran el modo de proceder que mencionaba antes. Resalto algunos de estos 'tics'.


Sentido de la Oportunidad. Aprovechar 'lo que hay'. Aún cuando pueda parecer sin valor, incluso un engorro, si se dispone de alguna sustancia hay que buscarle utilidad; y si se le encuentra otra utilidad más rentable, cambiar su modo de utilización. Actualmente, la compañía que posee la patente de un producto le busca aplicaciones. Se diría que es más fácil encontrar una enfermedad para un fármaco, que desarrollar un fármaco para una enfermedad.

Sagacidad. El azar juega siempre un rol muy importante; a menudo se encuentra lo que uno no se esperaba, pero hay que darse cuenta inmediatamente para ser capaz de aprovecharlo. Esto es cierto para el precipitado negro de Perkin, o para el cultivo bacteriano contaminado por hongos de Fleming, o para el comentario sobre "un efecto secundario nada desagradable" aportado por uno de los primeros probadores del vasodilatador sildenafilo.


Desapego. Para hacer negocio hay que desentenderse de lo que ocurre con lo vendido. Y con los subproductos. Los explosivos tienen utilidad para obras civiles, pero el consumo masivo solo se produce en los conflictos bélicos que, obviamente, no conciernen a los fabricantes. Quizá resulte ilustrativo recordar las Guerras del Opio (cuando el Emperador Chino se opuso a que los  ingleses pagaran con opio sus compras, creando un importante problema de salud en China), o todos los tipos de vertidos 'incontrolados', sean de la industria petrolera, de la minería o los más pequeños -pero no menos tóxicos- de otras industrias químicas. (Ejemplos: Aznalcóllar, Deepwater Horizon, Flix)

Hay otro importante 'tic' para el que todavía no he mencionado ejemplos.

La Tenacidad. Cuando algo funciona, hay que sacarle provecho. Si, por ejemplo, se dispone de un colorante con buenas propiedades, probar modificaciones de la misma molécula para conseguir otra con las mismas propiedades y otro color. Este mismo proceder lo adoptó Ehrlich, a principios del siglo XX, para 'envolver' un átomo de arsénico de modo que matara al Treponema pallidum  sin dañar al enfermo de sífilis. 605 intentos fallaron pero el ensayo 606 constituyó la primera substancia sintética en curar una enfermedad infecciosa.

Sagacidad, tenacidad y sentido de la oportunidad constituyen virtudes deseables para cualquier directivo, investigador, o simplemente 'profesional' genérico. Solo pueden considerarse características negativas cuando se mezclan con la clase de desapego que he mencionado, esta peculiaridad de carácter que si alcanza cotas más altas se llama psicopatía.

Al tiempo que nacían las industrias químicas, fabricando colorantes y explosivos, se gestaba su tercera pata, la de los fármacos. Inicialmente era una actividad simplemente adicional, estaba lejos aún de mostrar su potencial.

(este cartel del Hamlin's Wizard Oil data de 1.861, como puede observarse, un remedio no es algo distinto de una atracción de feria)

El Jarabe calmante de la Sra. Winslow,  reputado como ‘capaz de calmar cualquier persona o animal’  (su principal componente era el sulfato de morfina) se comercializó en USA desde 1.849 y, en su último reducto -Gran Bretaña- no dejó de venderse hasta 1.930.

La legislación acerca de la seguridad de los fármacos se ha ido construyendo a partir de los desastres causados por productos defectuosos, poco probados, o con efectos adversos conocidos de antemano. Y hasta el presente las compañías farmacéuticas han ido encontrando vías para eludir o soslayar el control y desresponsabilizarse de los daños causados.


[próxima entrega: el despegue]


martes, 16 de abril de 2013

El derecho a la ternura




Luis Carlos Restrepo, en su imprescindible libro "El derecho a la ternura", nos recuerda:
"..como ha señalado Berta Vargas, por cada mujer cansada de ser llamada hembra emocional hay un hombre que no soporta más que se le niegue el derecho a llorar y ser tierno."
   
Y en el capítulo "Analfabetismo emocional", declara:
"Cada vez estamos más dispuestos a reconocer que lo típicamente humano, lo genuinamente formativo, no es la operación fría de la inteligencia binaria, pues las máquinas saben mejor que nosotros decir que dos más dos son cuatro.  Lo que nos caracteriza y diferencia de la inteligencia artificial es la capacidad de emocionarnos, de reconstruir el mundo y el conocimiento a partir de los lazos afectivos que nos impactan."
   
También nos relata un suceso cuyo texto bién podría colgarse, a modo de recordatorio, en las consultas médicas:
"Una anécdota de la historia de la medicina puede servirnos para entender hasta donde se nos escapa la percepción de la dimensión afectiva.  Hasta hace poco se acusaba a los médicos tradicionales de la Amazonía colombiana de ser ineficaces, porque a pesar de acompañar día a día a sus pacientes, jamás hacían diagnósticos de parasitismo intestinal ni instauraban terapias efectivas para este mal endémico de muchas regiones de la selva húmeda tropical.  Los médicos facultativos miraban con desconfianza que sus contendores no fuesen capaces de diagnosticar enfermedades que son para ellos básicas en sus esquemas clasificatorios.  Decíase, entonces, con arrogancia científica, que su ineptitud se revelaba en la incapacidad para diagnosticar un simple parasitismo de sus pacientes.  En un buen momento los antropólogos, después de estudiar los comportamientos y sistemas de creencias indígenas, empezaron a mostrar la otra cara del asunto.  Lo más sorprendente fue constatar que estos médicos tenían una visión similar a la de nuestros facultativos, pero a la inversa.  Se mostraban consternados al ver la preocupación de los médicos occidentales por el parasitismo de niños y adultos, mientras eran por completo ciegos para entender los conflictos afectivos de sus pacientes.  Los payés, o médicos tradicionales, no utilizan por supuesto este término.  Ellos recurren a otro más hermoso y significativo, pues hablan de chundú, expresión que podemos traducir por "mal de amor".  Mientras los médicos indígenas habían dedicado toda su vida a volverse especialistas en mal de amor, los nuestros optaron por un camino distinto.  Motivo por el cual los primeros se aterraban y siguen aterrando de la incapacidad de nuestros galenos para superar la torpeza afectiva, tanto la propia como la de sus pacientes.  Si los especialistas indígenas fueron acusados de ignorar el parasitismo, los nuestros lo fueron de un cargo más grave:  olvidar por completo la dimensión afectiva de la enfermedad y el sufrimiento."