viernes, 28 de octubre de 2011

Fotógrafo de guerra



Al reputado fotógrafo de guerra James Nachtwey le conceden un premio TED, y al recogerlo nos cuenta su trayectoria. Mejor para los que podáis seguirlo en inglés. Mientras se van viendo algunas de las fotografías que ha hecho y él las sitúa en el país y conflicto correspondiente, nos narra la situación concreta en que fueron tomadas. Recomiendo atender al tono de voz y a la cadencia de sus palabras.

¿Qué me sorprende? Que alguien que ha sido testigo de tantas barbaridades no se haya vuelto loco; y no solo eso: transmite serenidad.

jueves, 27 de octubre de 2011

Máscaras



MIL MÁSCARAS


Muchas veces me veo fingiendo,
fingiendo ante la gente, ante la vida, ante mi.
Diciendo cosas que no pienso,
y pensando cosas que no siento,
recordando momentos que no han sucedido,
y deseando sueños que no necesito.
Engañándome con miedos que no tienen sentido,
y protegiéndome con escudas mentiras,
de todo aquello que me hace ser distinto.
Es como si quisiera no defraudar a nadie,
como si me impusiera caer bien a todo el mundo,
como si tuviera mil máscaras,
con las que dar a cada uno de lo suyo.
Hay veces en las que no me atrevo a decir no,
en las que tengo miedo a expresar lo que pienso,
en las que algo me impide mostrar,
todo lo que aquí dentro tengo.
Y me escudo tras una afirmación o una sonrisa,
tras un guiño o un “ lo que tu digas”.
No me atrevo a expresar verdaderamente lo que siento,
me importa más lo que de mi digan,
que lo que yo les cuento,
me importa más ganarme por encima de todo su cariño,
que ser con orgullo yo mismo,
me importa más darles continuamente la razón,
que utilizar mi criterio aunque no me den su aprobación.
Finjo, finjo para no caer mal a la gente,
para ganarme de cada uno de ellos su respeto,
para tener la irreal ilusión de que me quieren,
para sentirme protegido en un mundo que no comprendo.
Finjo, y cada vez me siento más perdido,
más alejado de lo que verdaderamente quiero,
aunque tal vez ahí esté el principio de todo,
que no sé muy bien qué es lo que deseo,
que no sé muy bien como soy,
que no sé cuál es el camino ni a donde voy.

Alfredo Cuervo Barrero


jueves, 20 de octubre de 2011

Curiosidades





Crisis:
No a todos nos va igual. La economía del Reino Unido anda por los suelos, la de los EE.UU. es débil, y la crisis de la deuda griega amenaza otro descalabro al estilo de Lehman Brothers. Pero las personas más ricas del mundo son, día a día, cada vez más prósperas - y mucho más numerosos. Los más ricos del mundo ahora han recuperado las pérdidas que sufrieron tras la crisis bancaria de 2008. Son más ricos que nunca, y hay más de ellos que antes del inicio de la recesión [casi 11 millones]. (Jill Treanor en The Guardian)

Cifras:
     3,5 Millardos de € es lo que hubiera costado pagar las cuotas hipotecarias de todas las familias desahuciadas desde 2007 en España.
    90 Millardos de € es el dinero que el Estado Español lleva prestado  a bancos y cajas de ahorros.

  195 Millardos de $ al año es lo que costaría acabar con el hambre en el mundo (según estimaciones de la ONU).
1.563 Millardos de $ fue el gasto militar de todos los paises del mundo en 2010 (según datos del SIPRI).

Soluciones en Europa:
Más rescates para los bancos y un escudo antimisiles (no fuera a rebotarse alguno de los bombardeados). España ha ofrecido la base de Rota (Cádiz) como sede del componente naval del escudo antimisiles de la OTAN.

Muertes violentas:
En el mundo, cada cuarenta seguntos alguien se quita la vida [el suicidio es de lejos la causa de muerte violenta más importante del mundo. Casi un millon de personas por año se suicidan y 20 millones sufren secuelas por tratar de suicidarse. Esto es 50% más que la gente que es asesinada y, dependiendo los años, entre lo mismo y 10 veces más que la que muere en guerras. Es curioso pensar, por ejemplo, que cada mes muere mucha más gente en Francia suicidándose que en el conflicto palestino-israelí. O que, en España, las muertes por suicidio superan a las causadas por el tráfico]

En Estados Unidos, cada cinco horas muere un niño debido a malos tratos o negligencia (y más del 9% de los niños  están medicados con metilfenidato).

En España, cada 4,3 días muere una mujer a manos de su pareja o ex-pareja.

Diagnósticos:
La característica esencial del trastorno negativista desafiante es un patrón recurrente de comportamiento negativista, desafiante, desobediente y hostil, dirigido a las figuras de autoridad, que persiste por lo menos durante 6 meses (Criterio A) y se caracteriza por la frecuente aparición de por lo menos 4 de los siguientes comportamientos:
    accesos de cólera (Criterio A1),
    discusiones con adultos (Criterio A2),
    desafiar activamente o negarse a cumplir las demandas o normas de los adultos (Criterio A3),
    llevar a cabo deliberadamente actos que molestarán a otras personas (Criterio A4),
    acusar a otros de sus propios errores o problemas de comportamiento (Criterio A5),
    ser quisquilloso o sentirse fácilmente molestado por otros (Criterio A6),
    mostrarse iracundo y resentido (Criterio A7)
    ser rencoroso o vengativo (Criterio A8).
 ..algunos estudios sugieren que las madres con trastorno depresivo cuentan con más probabilidades de tener hijos con trastorno negativista, si bien no está claro en qué medida la depresión materna es el resultado del comportamiento negativista de los niños o su causa..
(no se menciona para nada el entorno más allá del núcleo familiar)

viernes, 14 de octubre de 2011

La ciencia detrás de las recetas (y VII)



En el mundo interior de las personas, en su psiquismo, ocurren fenómenos parecidos a los del mundo externo: a veces hay tempestades, inundaciones, y hasta terremotos. Y como todo lo que pasa en el interior transluce al exterior, los cataclismos de la psique también. Pueden manifestarse en forma de comportamientos extraños que, vistos desde fuera, llamamos 'locura'.

Quien experimenta tales trastornos es una persona como las demás. Puede que sea muy tranquilo o muy movedizo; más bien dócil o más bien rebelde; inclinado a darle vueltas en el coco, o siempre arrastrado por los latidos de su corazón. Y, naturalmente, puede que tenga mucha suerte o que tenga poca. Si se encuentra con un entorno familiar que le sostiene, puede considerarse afortunado. Si, por el contrario, su entorno social inmediato ya carga con sus propios miedos y no puede con los de otro, entonces diremos que tiene poca suerte.

Además del entorno social inmediato hay el entorno institucional y profesional. Aquí también influye grandemente la suerte. Puede que vaya a parar a manos de un psiquiatra de los que atienden 'enfermedades', de los que pasan el check-list clasificatorio en un plis plas y endosan medicamentos como quien ceba animales de granja. Si es más afortunado, puede dar con un psiquiatra de los que atienden 'enfermos', es decir a personas en un estado de sufrimiento. Puede, incluso, que encuentre un equipo de profesionales de la salud mental de los que atienden desde diferentes ángulos a la persona que sufre un trastorno, buscando no solo atenuar los síntomas, sino también las causas de los síntomas.

De todo esto ¿ qué puede uno elegir o modificar para superar más fácil y rápidamente el cataclismo ?

Uno tiene el temperamento que los genes, los astros, o el destino le han dado. Se puede llegar a modificar, pero no de la noche a la mañana. El entorno familiar no se elige, toca el que toca. Por lo que hace al entorno institucional y profesional, hay posibilidades de elección, aunque no para todo el mundo en el mismo grado; depende mucho de la situación de cada cual.

No obstante, otro de los factores importantes sí que está en la propia mano modificar: me refiero a la actitud con que se enfrentan los problemas. Esto puede ser imposible mientras uno se está ahogando o se encuentra en la fase aguda de un brote psicótico, pero está dentro de las propias posibilidades una vez estabilizado. Y en esto se observan notables diferencias.

Hay quien acata dócilmente la situación tal como se la presentan; estos suelen conseguir una posición relativamente cómoda. Hay quien, por el contrario, se rebota continuamente negándose a colaborar. Fácilmente se ganan estancias más largas y más incómodas.

También hay quién opta por la astucia. Hace ver que se traga la medicación pero la escupe en cuanto piensa no ser visto. Deberán ser realmente muy expertos para engañar a los que llevan tiempo trabajando en unl área de salud mental.

Pero los seres humanos, toda la especie, somos especialistas en la adaptación. Los niños aprenden trucos para eludir el control materno y las madres tienen que aprender las triquiñuelas de sus pequeños. El delincuente habitual aprende qué le resulta útil para salir bien parado en los interrogatorios de la policía; y éstos tienen que llegar a conocer a sus habituales. También en las áreas de salud mental se crean expertos; especialistas en decir al psiquiatra lo que este quiere oír. De la misma manera que los psiquiatras aprenden que no resulta útil negar frontalmente los delirios del paciente.

Una actitud que siempre resulta útil es aprender de aquellos que lo llevan bien. Como Arnhild Lauveng, recuperada de una esquizofrenia y hoy día psicóloga clínica. Otros aplican aquel dicho de que 'si no puedes vencer a tu enemigo, alíate con él'. Es lo que propone Martín Bakero, "no se trata de ser normal y no tener problemas sino de hacerse cargo de los propios síntomas. No eliminarlos sino pulirlos para que se transformen en el arte del síntoma", como el caso de un paciente "que escuchaba voces y que acabó empleándolas para escribir obras de teatro" (sintomarte).

En todos los casos es interesante relacionarse con otros que experimentan dificultades similares, el apoyo mutuo es beneficioso para todos, incluso para los que se creen lejanos a este tipo de problemas.

A la asociación 'Usuaris de Salut Mental de Catalunya' no los conozco directamente, pero tienen un documento (en catalán) con el título "La Relación Entre Las Personas Usuarias Y Profesionales En El Ambito De La Salud Mental" que vale la pena estudiarse.

En Barcelona se puede empezar por escuchar y conocer a la asociación decana en este ámbito: Radio Nikosia.

***

No tengo más que añadir a esta recolección de las experiencias de otros y algunas observaciones propias. Por lo menos de momento, lo dejo ahí.

Si alguien padece un exceso de fe en la psiquiatría que conoce, le recomiendo el siguiente video:
'Cuando se consideraba normal que una mujer se muriera del parto' (El asombroso descubrimiento de Semmelwies).

Si, al revés, alguien tiende a pensar que la psiquiatría (así, toda) sirve de poco, le recomiendo se de unas vueltas por este blog y lea los comentarios de los usuarios de salud mental:
'Saltando Muros'.

jueves, 6 de octubre de 2011

Sensatez, coraje y honestidad



Hoy aparcamos las locuras y hablamos de
sensatez, coraje y honestidad.
El discurso de Steve Jobs en Stanford, el 2005.




martes, 4 de octubre de 2011

La ciencia detrás de las recetas (VI)



La psiquiatría intenta insistentemente homologarse como 'igual' a las demás ramas de la medicina; no sé si debería llamarlo 'síndrome del hermano menor', pero se le parece mucho. Ese intento de equiparar problemas estrictamente humanos a enfermedades biológicas adquiere diferentes tintes. Desde los 'descubrimientos' con evidentes intereses económicos de por medio, hasta leyendas urbanas con ropaje científico, como este artículo de ElPaís. Y, naturalmente, el concepto que se tiene acerca de los problemas de carácter 'psi' determina el trato y el tratamiento que se da a los afectados por algún trastorno.

Podría pensarse que en la era de la cibernética, el antagonismo entre los planteamientos de Kraepelin y Freud ha quedado superado, y sería como centrarse en el hardware o en el software. Pero los humanos somos bastante más complejos que el más sofisticado ordenador producido por nosotros. Y aunque ante un problema del PC puede diferenciarse claramente cuando es debido a hardware y cuando a software, esto no es aplicable ni al cerebro ni a la mente; aquí es mucho más complejo debido al solapamiento y la interpenetración de ambos aspectos de la psique. En nosotros, hardware y software interaccionan y se modifican mutuamente: está comprobado que atravesar el cerebro con una barra metálica de 3 cm. de diámetro puede producir mal carácter (y nada más). Y también está comprobado que practicar meditación por ocho semanas (un curso en condiciones controladas) puede producir cambios estructurales en la amígdala cerebral.

Paralelamente a la equiparación de un problema psíquico a la disfunción de algún órgano, está el enfoque terapéutico. Al amigo que sufre se lo acompaña, a quien padece un neumonía se le inyectan antibióticos. La tecnificación de la medicina en general y de la psiquiatría en particular no aporta eficacia. De hecho es al revés, los problemas que no se resuelven de raíz reaparecen. [y las estadísticas no permiten la euforia: algunas enfermedades se curan mejor pero han aparecido otras de nuevas o reaparecen otras de antiguas que se creían erradicadas. En algunas franjas de edad, ciertamente hay menos muertes por enfermedad, pero hay más por accidente o suicidio].

La idea de enfermedad mental es un invento relativamente reciente, poco más de doscientos años. Desde luego este ‘invento’, o mejor dicho el cambio de status que comportó a los locos, constituyó un progreso notable. Pasaron de ‘malditos’ a ‘víctimas’. No obstante parece que la humanidad se empeñe en dar la razón a Wilhelm Reich y a su visión del ‘pequeño hombrecito’, pues tras cada avance siguen una serie de pequeñas tergiversaciones que empequeñecen lo logrado. En lugar de encerrar a los locos para protegerse de ellos, se los encierra para protegerlos a ellos de sí mismos; y en lugar de aplicar camisas de fuerza se emplean antipsicóticos que igualmente impiden la manifestación de los síntomas desagradables. El péndulo ha oscilado de un papel activo y culpable ('poseído' por algún demonio) a pasivo y totalmente irresponsable (le ha 'tocado en suerte' una enfermedad mental).

Más vale que me apresure a decir que sí, que existen enfermedades mentales y del cerebro. Pero resulta que, además, también existen problemas en la esfera psíquica, de percepción e interpretación del entorno y/o de comportamiento, para los que no se ha encontrado ninguna base biológica (a pesar de largas y costosas investigaciones), y que bastantes personas (entre las que me cuento) consideran inadecuado equipararlos a las enfermedades biológicas. La diferencia no es tan solo de vocabulario, se trata de diferentes concepciones del ser humano, con y sin trastornos de por medio.

Jamás he visto quemar a ningún poseído por el demonio, pero sí he encontrado, sobre una silla de ruedas y convertido en quasi-vegetal, a quien otrora fuera una persona alegre. Las hogueras las prendían personas, y las dosis masivas y continuadas de neurolépticos las administran la misma clase de personas: aquellas incapacitadas para ver al ser humano que porta y soporta un trastorno mental. (otra vez hago notar que los neurolépticos no son 'malos', como tampoco lo son los cuchillos o los explosivos, pero ocurre que con los tres también se cometen barbaridades).

Siempre resulta más fácil encontrar un culpable que encontrar una solución. Esto último requiere contemplar diferentes facetas del problema para comprenderlo y des-cubrir el lado idóneo por donde actuar. En busca de una mayor comprensión, y siguiendo la línea del materialismo cultural de Marvin Harris, me pregunto qué diferencias comportan los conceptos de 'enfermedad /angustia emocional severa' a los diferentes actores involucrados.

Opción A :
Aceptamos que los trastornos mentales (pongamos que todos ), son enfermedades como cualquiera otra, es decir algo 'venido de fuera' como un virus, o 'legado' como un gen.
Sujeto (el que experimenta algún 'trastorno mental'): Puede descansar tranquilo. Es un sujeto pasivo y sólo tiene que asumir que es un enfermo de por vida; tendrá que acostumbrarse a los efectos colaterales de los neurolépticos. Pero no tiene responsabilidad sobre lo que le ocurre ni posibilidad de remediarlo. Para ello estan los doctores y los medicamentos.
Familiares: Lo que ocurre al familiar no es nada que tenga que ver con uno. Todo está bajo control, ya se ocupan los doctores de que no cometa locuras y les cree problemas.
Facultativo (psiquiatra): Es fácil diagnosticar y tratar, sólo hay que pasar un check-list y prescribir el fármaco aconsejado.
Institución (seguro público o privado): El tratamiento de los trastornos mentales son solo una extensión de la medicina física. Se hace una estadística con los casos diagnosticados y se calculan los costes que se aplicarán.
Industria (farmaceutica): Los neurolépticos son ideales desde el punto de vista económico; los clientes los toman de por vida, no pueden prescindir de ellos. No hace falta que curen nada y no importa los efectos secundarios, basta con que enmascaren algunos síntomas y los usuarios se acostumbren a ello.

Opción B :
Aceptamos que los trastornos mentales (pongamos que todos ), son funcionamientos erróneos de la psique y que no hay atajos para hacer la vida menos dolorosa o para alcanzar la paz del espíritu. Como recogieron los Upanishad “... penoso es, dicen los sabios, el camino de la salvación".
Sujeto (el que experimenta algún 'trastorno mental'): Resulta que en su vida alguna cosa no se la ha planteado bién. Desde fuera le podrán ayudar, pero nadie se lo arreglará. Tendrá que esforzarse por comprender y por superar sus malos ratos y ganarse los buenos.
Familiares: Puede que hayan participado de alguna manera en la génesis del trastorno y, desde luego, tienen mucho que ver con la recuperación. Se obligan a ser más comprensivos y a estar más disponibles.
Facultativo (psiquiatra): Es dificil comprender los problemas de otro, hay que ponerse en su lugar. Y no se dispone de 'balas mágicas' que lo arreglen todo.
Institución (seguro público o privado): Con los trastornos mentales no hay manera de saber si estan enfermos de verdad o son sólo ficticios. No se puede prever el coste ni la duración que tendrá un tratamiento.
Industria (farmaceutica): Dificil mercado el del trastorno mental, los afectados son tratados casi sin fármacos y, de hecho, no tenemos ni idea de que efectos neurológicos tendría que producir un fármaco para esa clase de problemas.


Pastilla azul para seguir la medicación de por vida; pastilla roja para empezar a conducir la propia vida, acompañado de otros seres humanos imperfectos que -en algunos campos- se manejan mejor.

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lunes, 3 de octubre de 2011

Respeto



Suelo seguir con atención postPsiquaitría; acostumbran poner sobre el tapete, con claridad, temas centrales. El último se titula 'Habla de mí como si estuviera a tu lado', en referencia al artículo de Juan Gérvas y Mercedes Pérez Fernández 'EL ENFERMO MENTAL ESPERA RESPETO DEL PROFESIONAL. VARIOS EJEMPLOS' (a su vez, desarrollando la Declaración de los Derechos Humanos y de la Salud Mental).

Aparco un momento lo que estaba preparando para aconsejar vehementemente este post.