sábado, 28 de mayo de 2011

DESBORDAMIENTO DE LA NORMALIDAD




Esto es una crónica de como una cierta normalidad, una cierta forma de entender la convivencia, fue desbordada por otra normalidad más vital.

El jueves pasado me ofrecí como voluntario 'para lo que haga falta' al campamento de la plaza Cataluña. Estuve en el kiosco de difusión, plegando fotocopias y hablando con quien preguntaba sobre las actividades en curso. Es una experiencia altamente reconfortante para cualquiera, y me atrevo a decir que muchos trastornos mentales se curan con este tipo de terapia (si alguien se lo quisiera tomar como terapia).

En uno de los grupos de trabajo se debate qué hacer ante las amenazas de desalojo 'para evitar conflictos' con los seguidores del Barça después de la final de Wembley. Se examinan toda tipo de propuestas, incluso alguna ideas peregrinas, pero es tal la riqueza de las aportaciones que aparecen todo tipo de propuestas, desde deshacer momentáneamente el campamento, hasta encerrarse tras algún tipo de barrera. Sólo se contemplan acciones pacíficas. La comisión sólo recoge y elabora formas de actuación, irse o quedarse es una decisión que debe ser tomada en asamblea general. Por mi parte me voy a dormir (en casa de una amiga, no lejos de la plaza Cataluña) con la intención de dedicarle un par de horas el día siguiente, el viernes.

Me despierto con el ruido de helicóptero volando bajo y dando vueltas. No es difícil imaginar lo que esto significa. Me dirijo a la plaza Cataluña. Está cercada por numerosos Mossos d'Esquadra. Algún brillante político ha decidido 'limpiar' este foro. Ha mandado los camiones de limpieza con suficientes 'fuerzas del orden' como para amedrentar a cualquier opositor.

De madrugada, cuando los que dormían en el lugar se dieron cuenta de la que les venía encima, recogieron lo mínimo que tuvieron tiempo de pillar y se juntaron en el centro de la plaza. Los cercados se pusieron a llamar a amigos y conocidos, que hicieron lo propio. Poco antes de las 8 de la mañana, cuando llego, hay  grupos numerosos de personas en todos los accesos al interior de la plaza, acordonada por los mossos. Me coloco en la puerta norte, uno de los 2 accesos que permiten el paso de vehículos, y que resultó un sitio de los más tranquilos. Los camiones de limpieza, con su personal, ya están dentro y trabajando. La intención de los que cercamos a los cercadores es dificultar la salida de los camiones y nos sentamos en el suelo dispuestos a mantener la sentada.

El ambiente es de preocupación pero también de tranquila resolución. Al principio las fuerzas del orden cumplen firme pero educadamente el trabajo que les han encomendado. De tanto en tanto alguien les pide permiso para entrar, otro se 'hace el loco' e intenta pasar como si estuviera en la normalidad de cada día. Mientras son casos aislados los mossos impiden el paso con corrección.

Va llegando gente. Y más gente. Jóvenes, menos jóvenes, y jubilados (del trabajo, que no de la vida). La comunicación entre el interior y el exterior, y entre los grupos ante diferentes accesos es fluida. Además de móviles, se usan pancartas improvisadas: "no estáis solas" (así, en femenino genérico). Un periodista (¿o era solo estudiante de periodismo?) con la ayuda de un megáfono nos va cantando las noticias de lo que ocurre en otros lugares de la plaza y de otras plazas. Una mimo intenta hacer sonreír a los mossos, sin conseguirlo (al menos no a los que muestran la cara). Hace calor, afortunadamente van llegando botellas de agua y galletas que traen los que van llegando. Imagino que los que están bajo el mismo sol pero con uniforme oscuro, las protecciones, y sin beber, deben estar muy incómodos.

En la puerta noroeste las cosas se complican. Ven cómo se recogen y tiran sus ordenadores y otro material. Bloquean la salida del primer grupo de camiones y las 'fuerzas del orden' empiezan a confundir su papel. Empiezan los porrazos y hay los primeros heridos. Los camiones que han 'limpiado' infraestructura de comunicación, de sanidad, impresos, etc. logran salir, para ser bloqueados 50 metros más adelante.

Oigo las escopetas y las bolas de goma vuelan por todas partes. Aunque estoy relativamente lejos de donde se intenta imponer 'orden', a un par de metros de donde estoy una pelota le da en la cara a una persona sentada pacíficamente en uso de sus derechos ciudadanos. La tensión sube. La inmensa mayoría entiende lo que significa resistencia no violenta, pero siempre hay excepciones. Cuando alguien increpa a los mossos es inmediatamente envuelto por los que sí lo han entendido y se le invita a sentarse y a manifestar sus ideas y sentimientos de forma pacífica.

Para los que en su momento tuvimos que correr delante de los 'grises' o nos dejamos encandilar por la manifestación del 'millón de segadors' resulta irónico descubrir que después de conseguir una democracia y unas autonomías, las relaciones de poder entre las personas han variado poco. Luther King decía que 'la rebelión es el lenguaje de los que no son escuchados'. Hago memoria de como han actuado diferentes líderes políticos. Algunos fueron capaces de subirse a un tanque y liderar un movimiento que no habían creado; tantos otros se encierran en un despacho y mandan a la guardia pretoriana a que 'limpie' el deseo de limpieza. Me pregunto qué delirios impedirán a un político interesarse por los intereses de sus gobernados.

El primer héroe anónimo se cuela entre dos policías y antes de que haya reacción corre hasta el centro de la plaza, con los sitiados. Es vitoreado por los de dentro y los de fuera. Siguen muchos, al principio es un goteo; algunos logran pasar sin recibir ningún golpe otros son menos afortunados. Todas la iniciativas se jalean, tanto para celebrar un éxito como para avergonzar a los que hacen un uso pervertido de su fuerza. Los ánimos están ya muy caldeados. Los mossos da la impresión que se sienten desbordados. En el acceso donde estoy una chica se cuela entre dos mossos y es detenida pocos metros más adelante a golpes de porra. Los porrazos siguen cuando está caída en el suelo. El abucheo es muy fuerte; algunos se enfrentan, pacíficamente pero se ponen enfrente de la primera línea de mossos. Otros aprovechan la distracción para colarse por el lado menos vigilado. En este momento ya son algunas docenas las personas que han logrado entrar con en núcleo cercado, y el flujo continúa. Las porras intentan frenar una multitud cada vez más numerosa y enardecida, las pelotas de goma vuelan en todas direcciones, incluso una le da a un mosso (¿o era una mossa?), afortunadamente llevan coraza.

Los mossos pierden los papeles. Yo diría que tienen miedo. Esto no es ninguna actuación heroica, no se trata de detener a ningún delincuente, sino de enfrentarse a los que teóricamente deberían proteger. Están desbordados. Finalmente se retiran. Y todo el mundo entra al centro de la plaza. En esta retirada algunos de los que estaban fuera les arrojan botellas de plástico y otros objetos (es el único momento en que yo he visto una actuación que pudiera llamarse violenta por parte de los ciudadanos indignados). No todos los mossos entienden su profesión de la misma manera, enfrente mío hay uno que descarga toda la munición de pelotas de goma contra la multitud, sin que yo sepa verle otra función que la de descargar sus propias tensiones.

Me pregunto que hubiera pasado de no haber tantas cámaras registrando los hechos.


Cómo es fácil comprender, esta actuación policial ha incrementado el tsunami de indignación. Los grupitos sentados ya no caben en la parte central de la plaza y se desbordan a los aledaños. Es de noche y hay miles de indignad@s en la plaza Cataluña.

web de la acampada BCN    http://acampadabcn.wordpress.com/

martes, 24 de mayo de 2011

La educativa historia del esfínter anal



Erase una vez en que todos los órganos debatían cual era el más importante de ellos. Los de mayor predicamento eran el cerebro y el corazón, pero también otros tenían seguidores. Los pulmones alardeaban de estar continuamente mezclando interior y exterior. El hígado argumentaba que sin su aportación fallarían otras funciones como la digestión o la circulación de la sangre.

Estaba en lo más álgido el debate cuando el esfínter anal presentó su canditatura: 'Yo soy el órgano más importante'. La sorpresa fue mayúscula y, después de un breve silencio, estalló una gran carcajada.  Avergonzado y muy herido en su amor propio, el esfínter se retiró presa de una gran tensión.

Tres días más tarde una delegación de todos los órganos fue a suplicarle al esfinter que se relajara y cumpliera su función, pues ni el orgulloso cerebro ni el altivo corazón podían sobrevivir a menos que se eliminaran desechos.

Como esta es una historia edificante, le ponemos happy end: todos volvieron a cumplir sus funciones, incluido el esfinter anal, y nunca más se presentó a discusión quien era el más importante.

domingo, 22 de mayo de 2011

NORMALIDADES 3


Esta imagen fué la controvertida portada de un disco de Blind Faith (Fe ciega). Grupo que en su breve existencia dejó huella.


Hago un poco más de col·lage, corta y pega de muchas webs, me quedo con esto:

 "La normalidad es lo que es consistente con lo que estamos habituados, lo que no sorprende ni molesta ni llama nuestra curiosidad. Una cosa normal es percibida casi inconscientemente y no la recordamos con facilidad, mientras que algo inusual atrae la atención y es fácilmente retenido por el cerebro. En el ámbito de la comunidad, todo lo que parece normal en el sentido de costumbre, de entrada es considerado correcto, mientras que enseguida se desconfía de lo que es anormal, a pesar de que 'lo normal', siendo conocido y aceptado, suele ser mucho menos interesante que 'lo anormal' o desconocido"

Pero no solo hay más de una manera de definir 'normalidad'. No solo hay más de una 'normalidad'. No solo hay 'normalidades alternativas'. Las 'normalidades' evolucionan velozmente.

    "Estamos viviendo una época de cambios extraordinarios, con la rápida mutación tanto de estilos de vida individuales como de grupo. Lo que antes parecía raro e inusual, pasaba inadvertido o incluso ni tan solo existía, hoy es una realidad cotidiana. Este es un tiempo de aprendizaje en todos los campos: aprender a establecer relaciones significativas, a respetar el medio ambiente, a reorganizar nuestra vida, a crecer"

    "Estas nuevas circunstancias del conjunto son, a la vez, excitantes y aterradoras y, a menudo, difíciles. Sólidos paradigmas para la interpretación del mundo de pronto parecen viejos y a duras penas aplicables. Nos enfrentamos a un gran desafío que debe ser tratado a diversos niveles"
   
Cambio de tercio, me voy a Barcelona a la plaza de Cataluña (o Tahrir), un caldero donde se cuecen otras normalidades.
Muchos más observadores que verdaderos participantes, pero el apoyo general es masivo. Los acampados piden que no les traigan más alimentos. En todas partes hay gran variedad humana. No solo jóvenes, en absoluto; y por la indumentaria se detectan procedencias socioeconómicas muy diversas. Hay un cierto grado de organización, pero no es la típica piramide jerárquica ni las interminables asambleas anárquicas. El ambiente me recuerda las jornadas libertarias de 1977, pero es tan sólo una semblanza, se trata de otra cosa. Un sociólogo dice que no se corresponde con ninguna de las categorías catalogadas (ni simple agregado, ni asociación, etc.).

La mayoría de los participantes no sabe exactamente lo que quiere, pero hace algo que no es la normalidad habitual: se pone en marcha, actúa. Ante una situación que definitivamente no quiere, en lugar de esperar a que se solucione de modo 'natural', esperar a que amaine o a que alguien haga algo, empieza por hacerselo saber a su entorno y a conectarse con otros con una percepción similar; como una neurona estableciendo sinapsis; creando una red donde el conjunto es más que la suma de las partes.

En una parte de la plaza un grupo abierto debate temas de infraestrutura. En otra un conocido periodista económico en ese momento relata los sorprendentes mecanismos por los que una gran parte de la riqueza de Guinea Ecuatorial fluye hacia la órbita del Banco de Santander. En un chiringuito se recogen firmas para quejarse/recurrir los recortes en sanidad y educación. Al lado explican lo que implican estos recortes; en forma de cifras, en gráfico, y en escenificación teatral participativa. En otro recinto (delimitado con una valla improvisada con cajas de cartón) los más pequeños participan a su manera en la fiesta general. Hay jóvenes explicando a quien lo pregunta de que va la movida. Alguien que arrastra más años que el improvisado orador, argumenta que sin un plan definido y sin una organización 'como debe ser' no conseguiran nada. 'Eppur si muove' pienso yo. En un lugar de paso, voluntarios y voluntarias se ofrecen para abrazar a quien lo desee. En un apartado improvisado donde más o menos se coordina la comunicación, una pancarta solicita que alguien aporte un router 3G. En otro kiosco improvisado cada cual puede expresar su pensamiento o emoción en una frase y colgarla de una especie de tendedero de ideas. Las que mas resuenan, más se repiten, se amplifican y se convierten en quasi-sloganes. La mayoria de los medios se han hecho eco de algunas de estas frases. Me resulta simpática esta declaración:
    "Cerrado por revolución, disfruten la molestias"

Me inquieta la siguiente:
    "Nuestros sueños son vuestras pesadillas"

Me inquieta por su exactitud. Algunas personas estan viviendo esta explosión como un acercamiento a lo que soñaron, mientras algunas personas realmente lo viven como pesadilla. Afirmo lo primero por contacto directo; afirmo lo segundo por deducción de las reacciones (o aparente ausencia de reacciones) de la clase dirigente.

Mi aportación a la causa ha sido modesta y creo que proseguirá aunque me vaya a dormir. Mañana hay que madrugar.

Cambio de tercio, asisto al 'CONGRESO JÓVENES DE NUEVA CONCIENCIA'. Aunque mi juventud es muy añeja, no soy discriminado en absoluto. No se trata de actividades de jóvenes para jóvenes, sino de conocer normalidades alternativas que aparecen con esa juventud del tercer milenio. L@s ponentes son variopint@s y tod@ resultan interesantes. Sandra Aisenberg, autora de 'Mi hijo como espejo' nos ofrece una interesante perspectiva para aprender de estas nuevas sensibilidades. Sergi Torres nos ofrece otra visión de nuestra normalidad. Juega con nuestra mente para mostrarnos su funcionamiento habitual. Elma Roura le da otro giro a la normalidad, de como se pueden dar muchas vueltas para volver a lo simple.

....

Me voy a otra normalidad, a jugar una partidita de billar.

jueves, 19 de mayo de 2011

NORMALIDADES 2



Entresacado de los periódicos de por aqui el jueves 19 de Mayo de 2011

"Estamos viviendo en un momento de gran confusión"

Avance "alarmante" del integrismo en los países árabes en transición. Al Qaeda difunde en la Red un audio póstumo de Osama Bin Laden [en el que celebra las revoluciones árabes]. Obama anuncia un plan de ayuda económica para países [árabes] en transición democrática. Ahogan en sangre una revuelta anti-OTAN. Posible suicidio de uno de los detenidos en Guantánamo. Documentados 840 muertos durante la represión de las protestas de Egipto. Tu dinero financia la muerte de civiles. ¿Nuestro dinero fabrica armas que matan a civiles? Sí.

La Iglesia de EE UU culpa de los abusos a la revolución sexual. La economía japonesa entró en recesión en el primer trimestre por el terremoto.

China admite (por primera vez) problemas en el proyecto de la presa de las Tres Gargantas, la mayor del mundo. Estos problemas son medioambientales y derivados de la reubicación del millón de personas que han perdido sus hogares. Medio Ambiente empieza a ensayar un sistema de 'biobalas' para combatir al resistente mejillón cebra.

El director gerente del FMI ha dimitido "con efecto inmediato", tras las acusaciones de intento de violación que pesan sobre él. La gama de los "escándalos sexuales" de la clase política masculina de los últimos tiempos es amplia y va in crescendo.

El cartel más sanguinario se adueña del norte de Guatemala. El asesinato del ex Presidente del Consejo de Ministros de Italia sigue sin esclarecerse 33 años después de su muerte.

Con la exposición itinerante 'Mujeres republicanas' el artista Javi Larrauri quiere "rescatar del anonimato a las protagonistas de la Segunda República"

"He aprendido a separar las cosas y ya he vendido todos los coches"

PSOE y PP se zurran con cientos de imputados por corrupción. Detenido por conducción temeraria y atentado el candidato de [un partido] por [un municipio] XX intentó fugarse cuando era sometido a un control de alcoholemia e incluso llegó a arrastrar a un agente.

Movilización popular en Cerdeña para detener la militarización de las costas de la isla, prevista en un proyecto europeo de lucha contra la emigración.

El movimiento de los indignados del 15-M crece pese a la prohibición. “Siempre me muevo, pero esto está siendo lo más interesante”

TIENES QUE RECONOCER QUE ERES UN ENFERMO MENTAL Y QUE LO QUE A TI TE PARECE REALIDAD SON SOLO DELIRIOS Y ALUCINACIONES.

domingo, 15 de mayo de 2011

NORMALIDADES



Hace días que le doy vueltas a la noción de ‘normalidad’. Escurridiza como pocas, está en la base de conceptos como ‘salud’, ‘patología’ o ‘curación’. Hoy exploro un poco el tema. El punto de partida es que para ‘arreglar’ o ‘sanar’ algo o alguien, se requiere algún tipo de conocimiento previo del estado hacia el que reconducir; esto es, la normalidad como modelo al que tender. Desde esta perspectiva es axiomático que todos poseemos y usamos alguna noción de normalidad.

Dejando de lado algunos usos técnicos muy precisos (p.ej. en química, geometría o matemáticas), se nos ofrecen varios enfoques que pueden agruparse en dos grandes grupos: la normalidad descriptiva (como ‘suele ser’) y la normalidad valorativa (como ‘debería ser’). Separar ambos enfoques es menos fácil de lo que parece.

Normalidad descriptiva:
“Ser normal es ser levemente oligofrénico” (Karl Wilmanns)

En cuanto a criterio estadístico podemos tomar la ‘media’ (promediando de algún modo una o varias magnitudes) o la ‘mediana’ (características más frecuentes).

Las ‘medias’ (o los promedios) son una de las mentiras estadísticas más corrientes. Mil millones de obesos y mil millones de hambrientos no hacen 2 mil millones de personas bien alimentadas. En una distribución bimodal, no tiene sentido la media. El ‘hombre tipo’ de Quetelet, hipotético elemento representativo de un grupo humano cualquiera, es una quimera.

Cuando se hacen fotos ‘promedio’, por ejemplo de una serie de caras, la simple superposición genera una imagen poco creíble, de anormalidad. Se hace preciso recurrir a técnicas más sofisticadas para lograr un intermedio aceptable (el promedio entre una bonita cabellera y un elegante cráneo rapado es un poco atractivo cuero cabelludo).

En cuanto a medianas, la habitualidad de algo no lo hace más útil. Según donde y cuando nos coloquemos será ‘normal’ no llegar a fin de mes, no saber donde invertir los excedentes, o vivir constantemente preocupado por la posible invasión de los tártaros. Como señaló Karl Jaspers, la caries dental es de lo más corriente, pero no nos vale lo como ‘normalidad’.

Por otra parte, anormalidad no es necesariamente peyorativo. Por lo menos no siempre. El pintor Ramón Sanvisens solía decir que las tres figuras que más marcaron a los pintores del siglo XX habían sido un borracho, un loco y un caradura (en referencia a Cézanne, van Gogh y Gauguin).

Una breve búsqueda me muestra que el uso más frecuente de la palabra ‘normalidad’ es en ‘volver a la normalidad’; esto es, regresar a una situación (valorada como) deseable después de alguna perturbación. Lo que nos lleva al otro enfoque.


Normalidad valorativa:
“El hombre que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología, y tendría que tenderse en la camilla y dejarse curar” (Carl Gustav Jung).

Si con el enfoque descriptivo no encontrábamos una ‘norma’ o regla para utilizar como guía de lo que necesita ser ‘arreglado’, con el enfoque valorativo entramos en arenas movedizas.

Etimológicamente ‘normal’ se refiere al ángulo recto (sentido que mantiene en geometría), e implica lo que es normativo, esto es, adecuado, bello y acorde con la naturaleza. Y en cuanto hacemos referencia a ‘lo que debe ser’ (adecuado, bello y acorde con la naturaleza), se requieren mediadores e interpretes. El mínimo repaso histórico nos muestra que los exégetas, los transmisores de ‘lo que debería ser’, persiguen autoclonarse o traspasar al mundo llamado real lo que solo existe en el imaginario del mensajero. La raza superior es [aquella a la que yo pertenezco], la familia debe ser [como imagino que es la mía], el comportamiento adecuado es [el que me gusta que tengan conmigo], etc. etc.

Por citar un ejemplo (que ya es un tópico), los primeros DSM consideraban ‘trastorno mental’ toda desviación de la sexualidad ‘normal’; es decir, desviación respecto al estandar de la sociedad donde se elaboraron los textos.

Los intentos de equiparar ‘normal’ con ‘natural’ (no perturbado), al igual que las analogías organicistas empleadas para definir la normalidad en el ámbito sociológico, adolecen del mismo defecto de base. Toman como referencia una cierta interpretación de la naturaleza o del funcionamiento de un organismo. Por comparar, en cuanto a interpretaciones. En el siglo XIX, al percibir la similitud entre una cámara fotográfica y el ojo con su cristalino, se equiparó la visión con el mecanismo del artilugio. Reduccionismo extremo. En el siglo y medio transcurrido, no hemos cesado de descubrir aspectos antes ignorados del mecanismo de la visión; y estamos lejos de haber agotado el tema. Así que estamos como antes, proyectando hacia el mundo 'real' la comprensión a la que he llegado, para luego tomarlo como guía. La de barbaridades que se han justificado con el adjetivo 'natural'.

Si examinamos, aunque sea sólo un poco, el tema de los estándares sociales, nos damos cuenta de que la cosa se complica. Estándares son hábitos y también valores. Experimentos como el de Asch o el de Milgram muestran como la necesidad de conformidad con el grupo moldea opiniones y comportamientos; y le siguen los valores. Además, no solo estamos influidos por las personas con las que mantenemos una relación estrecha; nuestra vida transcurre bajo un diluvio de mensajes intencionados, proviniendo de los mass media, de publicidad más o menos fija, y de mercaderes de todo tipo. Somos partícipes en la ‘normalización’ de prácticamente cualquier comportamiento, incluso algunos de aberrantes. Por ejemplo, las guerras humanitarias (¡ oxímoron donde los haya !) se están convirtiendo en una ‘normalidad’. Insisto, no solo habituales, sino también aceptables.

He tenido la tentación de relacionar TAI (Tratamiento Ambulatorio Involuntario) y el experimento de Milgram, pero habiendo leído blogs de los que se enfrentan a la decisión de aplicarlo o no, le he visto más matices de los que yo le conocía. Mejor me abstengo.

Hasta aquí parece que no exista noción de ‘normalidad’ que se pueda tomar como modelo o guía. Nos queda la variante de la normalidad ‘valorativa’ que llamamos aspiración. Para no confundirnos: por la aspiración uno se mueve, no se limita a ‘desear’ que algo suceda. Además, suele reservarse este substantivo para deseos de tipo elevado.

Dejo para cada cual lo bellas o feas, lo buenas o malas, lo útiles o inútiles, que sean sus aspiraciones. Pero hablábamos de ‘arreglar’ o de ‘sanar’. Y en el terreno terapéutico hay una cuestión que sí se plantea. Si se trata de reconducir desde una situación no-funcional o problemática, hacia una cierta ‘normalidad’, y tomamos la normalidad como aspiración, la pregunta es: ¿la aspiración de quien? ¿la del terapeuta, tal como a él le gustaría vivir? ¿la de los familiares incomodados por la situación problemática? ¿la del ‘paciente’ que todavía se expresa en forma no-funcional?

No, no tengo soluciones perfectas a nada. Y mucho menos así en genérico. Tan solo comparto algunas reflexiones. Así que lo vamos a dejar en ese punto.


martes, 10 de mayo de 2011

ESCUCHAR


Hace poco, buscando una cita, releí un artículo que, a pesar de lo antiguo sigue vigente. También el blog psiquiatria pitiusa se hace eco del mismo. La traducción dista de ser perfecta, pero es mejor que lo que te da Google. El original esta aqui. Vosotros mismos.





Como la escucha no-diagnóstica llevó a una rápida "recuperación" de una esquizofrenia paranoide. (por Al Siebert, PhD)

 

Extraido del Journal of Humanistic Psychology, Vol. 40, No. 1, Winter, 2000. pp. 34-58.

 

Resumen

Cuando era psicólogo residente en un instituto neuropsiquiátrico en el año 1965, llevé a cabo una entrevista experimental con una mujer de 18 años de edad, diagnosticada de "esquizofrenia paranoide aguda." Yo había sido influenciado por los escritos de Carl Jung, Thomas Szasz, y Ayn Rand, y estaba perplejo acerca de los métodos para la formación de psiquiatras que no se reportan en la literatura. Me preparé para la entrevista haciendome preguntas. Me preguntaba qué pasaría si yo escuchaba a la mujer como un amigo, evitando que mi mente la diagnósticara, y la interrogaba para ver si existía algún vínculo entre los acontecimientos en su vida y sus sentimientos de autoestima. Mi entrevista con ella fue seguida por su rápida remisión.

Este relato plantea importantes cuestiones sobre:
1.      la poderosa influencia de la posición mental del entrevistador y la forma de relacionarse con los pacientes que perciben como "esquizofrénicos",
2.      aspectos de la formación y prácticas psiquiátricas que nunca han sido investigados,
3.      por qué los psiquiatras tergiversan lo que se conoce científicamente de la "esquizofrenia", y
4.      por qué la literatura psiquiátrica no dice nada acerca de las características de personalidad de las personas que se recuperan completamente de su supuesta "esquizofrenia" y los procesos por los que se recuperan.

Mis funciones como psicólogo de plantilla en el Instituto Neuropsiquiátrico del Hospital de la Universidad de Michigan en 1965 incluía asistir a las "rondas" de la mañana. El personal se reunía en una pequeña sala de conferencias a las 7:30 de la mañana a escuchar diversos avisos e informes sobre las admisiones de pacientes y las altas.
Una mañana, la jefa de enfermeras de la sala cerrada informó la admisión de una mujer de 18 años de edad. El psiquiatría residente que la admitió la noche anterior, dijo que "Los padres de Molly la trajeron. Ellos nos contaron que Molly pretende que Dios habló con ella. Mi diagnóstico provisional es que es una esquizofrénica paranoide. Ella es muy retraída. No quiere hablar conmigo ni con las enfermeras. "
Durante varias semanas los informes matinales sobre Molly fueron los mismos. Ella no participaba en ninguna de las actividades de la sala. No quería hablar con las enfermeras, su trabajador social, o su médico. Las enfermeras no podían conseguir que se peinara o que se arreglara.
Debido a su retraimiento y la falta de respuesta a los esfuerzos del personal, el psiquiatra supervisor, David Bostian, dijo al residente a cargo de Molly que comenzara los planes para su traslado al Ypsilanti State Hospital. Bostian dijo que el hospital de la universidad era un centro de enseñanza, no un lugar que pudiera tener pacientes que necesitan tratamiento a largo plazo.
La opinión generalizada era que ella estaba tan gravemente esquizofrénica paranoide que seguramente pasaría el resto de su vida en la sala de atrás.
Decidí que, puesto que iba encaminada hacia el "nido de víboras", esta era la oportunidad de entrevistar a un paciente psiquiátrico de una manera muy diferente de cómo había sido entrenado en mi programa de psicología clínica. Le pedí al médico de Molly, un residente de tercer año, el permiso para administrar algunas pruebas psicológicas y una entrevista antes de que ella fuera trasladada al hospital estatal. El residente dijo que podía intentarlo, aunque no esperaba ningún resultado de mis esfuerzos. Contacté con la enfermera jefe y dispuse un encuentro con Molly a la mañana siguiente en el comedor de la sala.
En casa esa noche me preparé para la entrevista con Molly, reflexionando sobre un grupo de los siguientes cuatro temas y preocupaciones:
1.      Después de leer El mito de la enfermedad mental  de Thomas Szasz (1961), comencé a notar que tan solo veía una "enfermedad mental" en alguien cuando yo estaba en el hospital con mi bata blanca, trabajando de psicólogo. Cuando estaba fuera del hospital, nunca pensé que nada de lo que la gente expresara fuera "enfermo", no importa lo extravagante de sus palabras o acciones. Me pareció interesante que mi percepción de "enfermedad mental" en la gente fuera tan situacionalmente influencia.
2.      Me hallaba confundido acerca de un aspecto no investigado y no documentado sobre la manera como los residentes psiquiátricos hablan a los enfermos mentales recien ingresados. En nuestro instituto los residentes psiquiátricos tenían que convencer a cada uno de sus pacientes que eran "enfermos mentales". Estuve presente en la oficina de un residente, por ejemplo, durante una pelea a gritos con un paciente, Tony, quien se negó a creer que estaba "enfermo mental". Tony era un trabajador de fábrica desempleado de 20 años de edad. Se encontraba en nuestras instalaciones para un examen ordenado por la corte por haber golpeado a su padre en una pelea a puñetazos. También estaban presentes en la sala su esposa, un trabajador social y un fuerte auxiliar.
El psiquiatra residente, dijo "Tony, tu comportamiento es enfermizo. Podemos tratarte aquí como un ambulatorio, pero debes entender que eres un enfermo mentale antes de que podamos hacer algún progreso."
Tony gritó "No, yo no lo soy! Vosotros médicos estaís locos si pensaís que soy un enfermo mental!"
Residente: (alzando la voz) "Hemos discutido antes sobre esto. Debes creer que eres un enfermo mental o no podemos ayudarte!"
la cara de Tony se puso roja. Sus fosas nasales se encendieron. Su respiración se aceleró. Gritó, "No soy un enfermo mental!"
La esposa de Tony se acercó y puso su mano sobre su brazo.
El residente gritó "Sí que lo eres!"
Tony: "No, no lo soy!"
Residente: "Sí que lo eres!"
Y así siguió.
Por último, el residente negó con la cabeza y le dijo al asistente "llevatelo de vuelta."
Tales discusiones entre los residentes de psiquiatría y los pacientes eran frecuentes. Busqué en la literatura psiquiátrica, pero no pude encontrar ninguna investigación acerca de por qué es esencial en las primeras etapas del tratamiento psiquiátrico convencer a los pacientes que deben creer que son enfermos mentales. ‘Cómo vivir con la esquizofrenia’,  de los psiquiatras Abram Hoffer y Humphry Osmond ( 1966), contiene una declaración por escrito típico de lo que comunmente se dice a los pacientes:
Como paciente, usted tiene una grave responsabilidad hacia sí mismo y hacia su familia de recuperarse. No tendrá ningún problema si usted está convencido de que está enfermo. Pero no importa lo que piensa, debe hacer todo lo posible para aceptar la declaración de su médico de que está enfermo ... (p. 153).
La literatura psiquiátrica contiene algunos artículos y discusiones sobre la "falta de discernimiento [insight]" en los pacientes (McEvoy et al. 1989), pero no hay una investigación que explore la validez o justificación terapéutica de los esfuerzos para convencer a las personas de que están enfermas.
Tales esfuerzos, rutinarios en nuestro instituto, creaban algunas situaciones extrañas. Por ejemplo, hemos escuchado en las rondas del personal acerca de un hombre que ingresó en nuestro servicio con diagnóstico de "estado de paranoia aguda". Su principal queja era que la gente estaba tratando de forzar pensamientos en su mente. Tenía curiosidad acerca de su experiencia desde su punto de vista. Obtuve permiso de su psiquiátra residente para entrevistarlo. Un ayudante trajo al hombre, a quien voy a llamar a Ron, a mi oficina. Tenía 25 años de edad, metro ochenta de alto, bien afeitado, en buena forma física, y muy bien vestido con pantalones y una camisa limpia. Me dió la mano y se movia con confianza. Después de que se sentara, le pregunté "¿Por qué estás aquí en el hospital?"
Ron: "Mi mujer y la familia dicen que no pienso cuerdamente (aprieta la mandíbula). Dicen que  hablo locuras. Me han presionado a venir aquí".

"Es un ingreso voluntario, ¿no?"
Ron: "Sí. No servirá de nada; son ellos los que necesitan un psiquiatra".

"¿Por qué dices eso?"
Ron: “Trabajo de comercial en una gran empresa. Todo el mundo ahí va a su bola. No me gusta. No me gusta engañar a las personas o presionarles a comprar para llenarme los bolsillos. Los demás lo hacen .. egoísmo, arañando para salir adelante. Traté de hablar con mi jefe, pero dice que tengo una actitud equivocada. Me tiraniza continuamente."

"Entonces, ¿cuál es el problema con tu familia?"
Ron: “Hablé de dejar de fumar e ir a la escuela de  veterinaria. Me gustan los animales. Me gustaría ese trabajo. Mi esposa dice que no pienso correctamente. Ella quiere que me quede en la empresa y trabaje hasta ascender. Ella fue a mis padres y los convenció [de su postura]. "

Hablamos un rato acerca de cómo su esposa y sus padres querían que él viviera a la altura de lo que soñaron para él.
Dije: " todavía no veo la razón de porque estás aquí."
Ron: "Están molestos porque empezé a gritar lo egoístas que son. Mi mujer quiere un marido que gane dinero a lo grande, sea propietario de una casa de lujo, y conduzca un coche caro. Ella no quiere ser la esposa de un veterinario. Ellos no pueden ver lo egoístas que son tratando de hacerme encajar en un patrón que los haga felices. Todo el mundo me dice lo que debería pensar y lo que debería hacerme feliz. "

"Así que les dijiste lo egoístas que son?"
Ron: "Sí. No pueden encajarlo porque creen que sólo están interesados ​​en mi bien."
Se hundió en su silla y se mantuvo el rostro entre las manos.

"¿Le dijiste al médico de admisión acerca de ellos tratando de hacer que pienses correctamente, verdad?"
Ron: "Sí. Todo el mundo está tratando de lavarme el cerebro. Mi mujer, mis padres, el jefe de ventas. Todo el mundo está tratando de impulsar su forma de pensar en mi cabeza".

"¿Cómo te sientes acerca de todo esto?"
Ron: "Me siento enojado. Ellos dicen que han hecho esto para ayudarme, pero yo no les importo. Son todos unos egoístas. Me temo que les incomodo en sus apretados pequeños mundos. Yo no debería estar aquí."

Vi que el doctor Ron actuó obedientemente con su formación cuando diagnosticó a Ron como paranoico. La consecuencia, sin embargo, fué un doble vínculo "enloquecedor" para Ron.
En esencia, su médico le estaba diciendo, "Porque crees que la gente está tratando de forzar pensamientos en tu mente, debes aceptar en tu mente la idea de que tienes una enfermedad mental." Dos días más tarde, Ron salió. Se rumoreó que se fué para California.
Estos incidentes me ayudaron a ver lo intensamente que los psiquiatras fuerzan sus palabras y pensamientos en las mentes de los pacientes sin darse cuenta de lo que están haciendo.
Cuando un paciente no está de acuerdo, esto es diagnosticado como "resistencia", "falta de discernimiento [insight]", y considerado como otro signo de la "enfermedad mental".
3.      Durante las reuniones de admisión había observado que cuando un paciente era reportado ‘habla de forma extraña’, el personal reflexivamente declaraba la persona esquizofrénica". Diagnósticar parecía más importante que comprender.
Nadie parecía influenciado por Carl Jung (1961), quien dijo en su autobiografía, "A través de mi trabajo con los pacientes me di cuenta de que las ideas paranoides y alucinaciones contienen un germen de sentido .... La culpa es nuestra si no las comprendemos .... Siempre fue sorprendente para mí que la psiquiatría hubiera tomado tanto tiempo para examinar el contenido de la psicosis "(p. 127).
4.      Yo acababa de leer el libro de Ayn Rand, La Rebelión de Atlas (1957). Estaba impresionado con su interpretación de cómo la necesidad de auto-estima influye lo que hacemos, decimos, pensamos y sentimos. Yo venía notando, por ejemplo, que cuando alguien hace una declaración de muy alta autoestima, la mayoría de la gente reacciona negativamente e intenta desvalorizar la persona. Me preguntaba qué habría de malo en pensar bien de sí mismo.

 

Mis preguntas

Cuando me preparaba para mi entrevista con Molly al día siguiente, desarrollé cuatro preguntas para mí:
1.      ¿Qué pasaría si tan solo la escuchaba y no permitía que mi mente le pusiera etiquetas psiquiátricas?
2.      ¿Qué pasaría si hablo con ella creyendo que podría llegar a ser mi mejor amiga?
3.      ¿Qué pasaría si acepto todo lo que cuente acerca de sí misma como la verdad?
4.      ¿Qué pasaría si la cuestiono para descubrir si hay un vínculo entre su autoestima, el funcionamiento de su mente, y la forma en que otros la han tratado?

 

La Entrevista con Molly

A la mañana siguiente al ir a la sala tomé conmigo el kit Escala de Inteligencia para Adultos, de Wechsler y las cartas Bender-Gestalt. Dispuse los materiales sobre una mesa en el comedor y esperé hasta que la enfermera trajo a Molly.
Molly era de altura mediana y parecía tener un ligero sobrepeso. Sus hombros caídos hacia delante. Era una mujer joven de aspecto franco y no llevaba ningún maquillaje. Su pelo castaño claro, lacio, largo hasta los hombros, necesitaba lavarse. Llevaba un vestido suelto y gastado de algodón . ‘Desaliñada’ fue la palabra que me vino a la mente.
Cuando la enfermera nos presentó, Molly lanzó una mirada rápida hacia mí. No dijo nada, aunque yo podía sentir su atención en mí. Parecía asustada y sola. La senté en el extremo de una mesa y me senté a su lado. En lugar de tratar de hablar con ella, la puse a trabajar copiando los diseños de Bender-Gestalt en hojas de papel. Ella cooperó e hizo lo que le pedía.
Yo no estaba especialmente interesado en lo bien que pudiera dibujar, sólo quería que ella se sintiera cómoda conmigo. Me senté relajado y tranquilo. Al terminar un dibujo le decía: "Bien," o "Eso está bien," o "Muy bien, aquí está el siguiente".
Al terminar los dibujos, la inicié en el bloque de pruebas de diseño de Wechsler. Ella seguía las instrucciones con precisión y trabajaba a buen ritmo. Pude ver que no estaba deprimida y que no tenía problemas neurológicos obvios. Gradualmente ganó confianza en mí y se relajó a medida que avanzábamos. Después de unos 15 minutos se asomó por debajo de su pelo y me miró con cautela a los ojos. En el primer momento de contacto visual sonreí y dije "Hola". Ella se sonrojó y agachó la cabeza. Sentí una relación [rapport] con ella y sentí que podría comenzar una conversación. Transcurrió así:
AS: "Molly ?...( ella me mira) ... tengo curiosidad por saber algo del hospital. ¿Por qué estás aquí en un psiquiátrico?"
Molly: "Dios me habló y me dijo que me iba a dar a luz al segundo Salvador."
AS: “Puede ser, pero ¿por qué estás aquí en este hospital.? "
Molly: (sorprendida, desconcertada): "Bueno, eso es decir locuras."
AS: "¿Según quién?"
Molly: "¿Qué?"
AS: "Decidiste cuando Dios te habló a tí que estabas loca?"
Molly: ". Oh No. Me dijeron que estaba loca."
AS: "¿Crees que estás loca?"
Molly: "No, pero lo estoy, ¿verdad?"  (abatida)
AS: "Si quieres poner eso en forma de pregunta, te voy a contestar."
Molly: (un poco perpleja, se detiene a pensar) "¿Crees que estoy loca?"
AS: "No"
Molly: "Pero eso no podría haber ocurrido, ¿verdad?"
AS: "En lo que a mí respecta, tú eres la única persona que sabe lo que sucede en tu mente. ¿Te pareció real en su momento?"
Molly: "Oh, sí!"
AS: "Dime lo que hiciste después de que Dios te hablara."
Molly: "¿Qué quieres decir?"
AS: "¿Empezaste a hacer peúcos de ganchillo y suéteres y esas cosas?"
Molly: (risas) "No, pero empaqueté mi ropa y esperé en la puerta varias veces."
AS: "¿Por qué?"
Molly: "Me sentía como si me fueran a llevar a alguna parte."
AS: "No fue donde esperabas, ¿verdad?"
Molly: (riendo) "¡No!"
AS: "Una cosa que tengo curiosidad por saber."
Molly: "¿Qué?"
AS: "¿Por qué de todas las mujeres en el mundo, Dios te escogió a tí para ser la madre del segundo Salvador?"
Molly: (rompe en una gran sonrisa) "Sabes, me he estado preguntando lo mismo! "
AS: "Tengo curiosidad. ¿Qué cosas sucedieron en tu vida antes de que Dios te hablara?"
Tomó cerca de 30 minutos extraer su historia. Molly era hija única y había intentado, sin éxito, ganar el amor y el aprecio de sus padres. Ellos sólo le daban un poco de amor de vez en cuando, lo suficiente para darle la esperanza que podía conseguir más. Ella voluntariamente hizo muchas cosas en la casa como cocinar y limpiar. Su padre había sido músico así que ella se unió a la orquesta de la escuela. Ella pensó que esto le iba a gustar. Ella ensayó mucho y el día en que fue ascendida a primera fila en la sección de clarinete, corrió de la escuela a su casa a decirselo a su padre. Ella esperaba que estaría muy orgulloso de ella, pero su reacción fue de romper el clarinete contra la mesa de la cocina y decirle: "Nunca llegarás a nada". Después de graduarse de la escuela secundaria, Molly entró en la escuela de enfermería. Escogió la enfermería porque creía que en el hospital los pacientes apreciarían las cosas buenas que haría por ellos. Estaba ansiosa y emocionada por su primer trabajo clínico, pero se convirtió en una experiencia demoledora. Las dos pacientes a las que fue asignada la criticaron. Para ellas no hacía nada bien. Se sintió "como si el mundo le cayera encima". Se escapó de la escuela y tomó un autobús a la ciudad donde su novio de la escuela secundaria estudiaba en la universidad. Fue a verlo, pero él le dijo que se fuera a casa y le escribiera. Dijo que aún podrían ser amigos, pero él quería quedar con otras chicas.

AS: "¿Cómo te sentiste después de eso?"
Molly: "Terriblemente sola."
AS: "Así que tu papá y mamá no te quieren, a los pacientes críticos y no les gustaste, y tu novio sólo quería ser amigo. Todo esto te hizo sentir muy triste y sola."
Molly: (cabeza hacia abajo, abatida) "Sí, no parecía haber nadie en el mundo entero que se preocupara por mí."
AS: "Y entonces Dios te habló."
Molly: "Sí". (silencio)
AS: "¿Cómo te sentiste después de que Dios le dio la buena noticia?"
Molly: (mira hacia arriba, me sonríe afectuosamente) "Me sentí como la persona más especial en el mundo entero."
AS: "Es una sensación agradable, ¿no?"
Molly: "Sí, lo es."
(El equipo de cocina entró en el comedor para preparar el almuerzo.)
AS: "Tengo que irme ahora."
Molly: "Por favor no les diga lo que hemos estado hablando. Parece que nadie lo comprende."
AS: "Sé lo que quieres decir. Prometo no decir nada si tu tampoco lo haces."
Molly: "te lo prometo."
Dos días después estaba caminando por la sala cerrada para ver a otro paciente. Cuando Molly me vio se acercó y me detuvo poniendo su mano sobre mi brazo. "He estado pensando en lo que hablamos", dijo. "Me he estado preguntando. ¿Crees que me imaginé la voz de Dios para hacerme sentir mejor?"
Ella me sorprendió.Yo no tenía la intención de hacer terapia, pero ella parecía ver la conexión. Hice una pausa. Me dije a mí mismo "puede ser, pero si hay un antiguo Dios que hace cosas como esta, entonces Él está mirando! No me importaba lo que los otros médicos y enfermeras hacen, yo no voy a ser rudo con ella. Yo voy a ser su amigo! " Me encogí de hombros. Le dije: "tal vez" y le sonreí. Ella me devolvió la sonrisa con un buen contacto visual, luego se volvió y se alejó.
En las rondas de personal la jefa de enfermeras informó de una mejora substancial en Molly. Ahora era un alegre, locuaz adolescente. Hablaba con facilidad con su médico, las enfermeras, y otros pacientes. Empezó a participar en las actividades de los pacientes. Se cepillaba y peinaba el pelo, se ponía maquillaje, y pidió vestidos más agradables.
En las rondas de una semana después, el Dr. Bostian describió su asombrosa recuperación como "un caso de remisión espontánea." Los planes para su traslado fueron abandonados. Unos días más tarde fue trasladada a la sala abierta y lo hizo tan bien que los médicos y enfermeras esperan sea dada de alta pronto. Salí del hospital poco después, así que no fui capaz de seguimiento. ¿Qué habría sido de ella si yo no hubiera tenido tiempo para escucharla con una mente abierta y afirmar su realidad?  La predicción del personal psiquiátrico de que estaba destinada a pasar muchos años en la sala trasera del hospital estatal, muy probablemente, hubieran sido corroborados.

Todos los nombres de los pacientes en este artículo son pseudónimos.

jueves, 5 de mayo de 2011

RECAPITULANDO



Cuando palabras como 'contención' o 'discinesia tardía' todavía carecían de significado concreto para mí, dudaba de lo que me decía el sentido común. Veía como a las personas que sufrían una crisis (o un brote psicótico) se las amontonaba en unas condiciones físicamente 'cómodas' pero que a mi modo de ver comportaban una presión psicológica fuerte. No veía la utilidad de este tipo de confinamiento, donde lo único que se puede hacer es aquello que, en lenguaje de la calle, se llama 'comerse el tarro'.

No tengo un master en terapia ocupacional, aunque sí he sido monitor-tutor de ocupación juvenil. Y lo que he visto es que si no proporcionas una dirección adecuada a la actividad, tanto la física como la mental, el producto es -cuando menos- lamentable. Para una situación de este tipo, aunque más intensa y prolongada, lo describe muy bien William Golding en 'El señor de las moscas'.

Primero imaginé que seguramente se me escapaban algunos aspectos y que en realidad ese confinamiento sería útil. Luego examiné la hipótesis de que yo fuera superdotado y capaz de prever cosas que a los simples licenciados en psiquiatría se les escapan. Para salir de dudas, pregunté a diferentes personas, haciendo la descripción de lo que son las condiciones típicas en la sala común de un centro psiquiátrico pero sin mencionar la palabra 'psiquiátrico'. Todas las respuestas iban en la misma dirección. Una estudiante de BUP dio una respuesta simple y comprensible:
    "a los de mi clase nos encierras así y no tardas ni un minuto en tener problemas".

No es que los neurolépticos sean útiles. En esas condiciones son indispensables. No los he experimentado en mi propia carne, pero alguien a quien conozco, describió así el efecto de una droga indeterminada, aplicada en un ingreso de urgencia:
    "me metieron un chute, fue como una violación de la mente".
También conozco algunas personas diagnosticadas con algún TMS/TMG que no se olvidan de sus pastillas ni en medio de un terremoto, y no porque estén coaccionadas (en todo caso no más coacción que la que hayan interiorizado).
En mi deseo de organizar lo observado y de encajar las experiencias en un conjunto coherente y comprensible, ideé hace algún tiempo la siguiente ecuación:

Psiquiatría standard:
. pasar un check-list (también llamado diagnóstico)
+ recetar pastillas (también llamado tratamiento)
= clientes perpetuos (también llamados enfermos mentales)


Bien entendido que puntualmente, en algunas ocasiones, el uso de un neuroléptico, puede ser de utilidad para crear unas condiciones propicias a otro tipo de terapia; usar por tiempo indefinido un fármaco que 'esconde' algunos síntomas sin llegar a arreglar nada me parecía (y me sigue pareciendo) tan útil como suministrar anfetaminas a quien carece de alimento para comer. Aunque deje de experimentar sensación de hambre, no se le arregla nada, y se le crean algunos problemas adicionales.

Que algunos psiquiatras se limitan a pasar un check-list y a recetar un antipsicótico, no me lo han contado, me los he encontrado. Afortunadamente, existe vida más allá de la 'Psiquiatría Standard'. Sin ir más lejos, siguiendo los links a la derecha de la página se llega a algunas de estas manifestaciones de vida sensible e inteligente.

Pero además de que existen otras psiquiatrías, la realidad es terca y pertinaz, se niega a encajar en esquemas simples. Decididamente, no cabe en esquemas de buenos y malos. Si miramos el mismo tema desde otro lado, por ejemplo en el blog 'postPsiquiatría' (en este post), profesionales de la salud mental nos cuentan 'su' experiencia:

    "...las citas con psiquiatra se dan cada 2 ó 3 meses, si no más. Con psicólogo la frecuencia es algo mayor, pero muchas veces sobrepasa el mes. Un psiquiatra puede ver a un paciente 4 ó 5 veces al año, durante una media hora aproximadamente como mucho, con agendas que a veces tienen 12 pacientes diarios..."

Ahora deberíamos seguir con los políticos que deciden los presupuestos y las prioridades. Pero,
a) este blog no quiere pisar este terreno (si no de-limitamos nuestro quehacer, la dispersión nos limita aún más).
b) luego deberíamos seguir con los ciudadanos que colocan o toleran a los políticos mencionados, etc. etc.

***

Bueno, resulta que el mundo no empezó ayer y hay mucha iniciativas en marcha:

1)    Los profesionales de la salud mental se organizan entre ellos, y desarrollan diferentes actividades para la mejora de su profesión (en general) y/o de su profesionalidad (en particular).
2)    Existen muchas asociaciones de familiares de 'enfermos mentales' encaminadas a ofrecer herramientas de apoyo a las familias y a conjuntar peticiones o reclamaciones a los estamentos políticos.
3)    Existe -por lo menos una- asociación de 'usuarios de salud mental' con la finalidad de apoyarse mutuamente y actuar conjuntamente frente a las administraciones y otras instituciones.

¿ y qué busco yo ?

Pues estoy empeñado en esclarecer qué es lo más útil frente a trastornos mentales severos, y esto lo quiero debatir sentando alrededor de la misma mesa a profesionales de la salud mental en diferentes facetas, a los familiares de afectados, y a los que conocen el tema en primera persona, es decir usuarios de salud mental.

Se trata de definir la actuación en los momentos de crisis y también a más largo plazo. Y seguramente, hablar de prevención y detección precoz.

¿ Porque mezclar a esos diferentes personajes ?

Creo que hacen falta esas tres partes por que cada una de ellas forma parte del fenómeno (y quizá hagan falta otras, antropólogos, por ejemplo).

Espero no ofender a nadie. Por si acaso, me adelanto a pedir disculpas, prometo que la intención es buena.


Un psicólogo clínico, Al Siebert, nos dice "... comencé a notar que solo veia 'enfermedades mentales' en alguien cuando yo estaba en el hospital con mi bata blanca, trabajando como psicólogo..". Ningún etólogo se atrevería a decir que ha estudiado el comportamiento de un animal solo porque haya mirado como se comporta éste dentro de una jaula.

Andar preguntando ¿oyes voces? a una persona que imagina como 'no propios' algunos de los procesos mentales comunes a todos es, por decir algo, profundizar poco en el estudio (ver las observaciones de Thomas Szasz al respecto).

Para un profesional de la salud mental, no distinguir entre un guiño y un tic (leer esto!) es, por decir algo, profundizar poco en el estudio.

A veces hay matrimonios que entran en un circulo vicioso de recriminaciones mutuas (¿alguien recuerda la antigua serie de Los Roper, o alguna de sus secuelas?). La actitud de cada uno refuerza la del otro. Pues bien, a veces algo parecido ocurre entre unos padres 'normales' que se realizan en 'su' desgracia, y un hijo con esquizofrenia que de este modo encuentra su identidad. Los familiares cercanos tenemos una visión del fenómeno que no se puede obviar, pero que de ninguna manera se puede tomar como objetiva.

Por lo que hace a los afectados, su visión del tema la considero totalmente indispensable. Pero considero que tampoco puede ser totalmente objetiva (de hecho, si lo fuera, ellos serían iluminados, no afectados con un TMS)

Bueno pues aquellos que estéis interesados en este debate, el próximo encuentro será el  viernes 27 de Mayo hacia las 19:30 en Barcelona (algún sitio del centro). El documento aquí a la derecha 'Lo que quiero conseguir', además de describir un poco más, tiene mi dirección email.