lunes, 28 de febrero de 2011

Mensaje recibido en una botella

Notas aportadas por Esther Sanz (Psicóloga Clínica Área Externa Salud Mental), tomadas en el XV Curso Anual de Esquizofrenia (Madrid, Dic 2010), publicadas en el blog salud_mental_tenerife

Me he tomado la libertad de seleccionar y reorganizar algunas de las notas. Vosotros mismos.


“Se han multiplicado por 8 las enfermedades mentales desde la segunda guerra mundial“ (2)
“Las tasas de recuperación en psicosis no son mejores actualmente que en la época victoriana“ (2)
“Las personas con psicosis que están en los países subdesarrollados evolucionan mejor que los que viven en países desarrollados“ (2)
“Es necesario desmedicalizar y desbiologizar la psiquiatría actual“ (6)
“Cada vez se piensa menos en las relaciones y el significado de los síntomas y se dan más pastillas“ (6)
“Las personas son irreductibles a un diagnóstico“ (7)
“Las etiquetas interfieren en la recuperación“ (5)
“Lo que vemos desde fuera no es lo que pasa” (7)
“El paciente nos ha de guiar en su proceso de recuperación. Lo realmente importante es qué es para él recuperarse“ (1)
“Para salir de la psicosis hay que tener una alternativa, si la alternativa es: eres un esquizofrénico paranoide, entonces prefiero seguir delirando“ (7)
“Los delirios siempre tiene algo de verdad“ (2)
“Uno de los mecanismos del delirio es que se tiende a sacar conclusiones con muy poca evidencia“ (2)
“Como anécdota el autor nos cuenta el caso del escritor J. Joyce, el cual tenía una hija diagnosticada de esquizofrenia y le habla al psicólogo que en ese momento trataba a su hija C. Jung de la similitud en los procesos de flujo de conciencia entre su hija psicótica y los suyos mismos cuando escribe, a lo que Jung le responde que aunque ambos os metéis en el río del inconsciente tú sabes bucear, mientras que ella se ahoga“ (3)
“La empatía es una herramienta para el diagnóstico y para la integración de experiencias psicóticas en la identidad del paciente“ (3)
“Las emociones son el motor de nuestra conducta, las encargadas de organizar nuestra forma de pensar y la guía de los procesos de atención-percepción y memoria“ (1)
“Mediante el lenguaje las emociones más intolerables pueden hacerse mucho más tolerables“ (3)
“Mediante el dibujo y la escritura se establece un puente de confianza con el exterior“ (4)
“Lo visual es un puente hacia lo verbal“ (4)
“De cara a la recuperación es necesaria una búsqueda de entornos de protección y reconocimiento“ (3)


Autores de las citas:
(1) LUC CIOMPI (Profesor honorario y doctor honoris causa de la Universidad de Laussanne en Suiza y fundador de la Comunidad Terapéutica Soteria Berna).
(2) RICHARD BENTALL (Catedrático de Psicología Clínica en la Universidad de Bangor en Reino Unido).
(3) DAVID GARFIELD (Profesor de Psiquiatría en el departamento de psiquiatría y ciencias de la conducta de la escuela de medicina de Chicago).
(4) SHEILA GRANDISON (Máster en bellas artes, historia y teoría del arte y psicoterapia artística en el Reino Unido).
(5) ANDREW GUMLEY (Catedrático de terapia psicológica de la universidad de Glasgow y psicólogo clínico consultor honorario del servicio de atención precoz de la psicosis de Glasgow).
(6) FERNANDO COLINA (Psiquiatra jefe del servicio de psiquiatría del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolidad).
(7) IGNACIO GARCÍA CABEZA (Psiquiatra en el Hospital Universitario Gregorio Marañón y profesor asociado de la Universidad Complutense).

martes, 22 de febrero de 2011

T.O.

Releo "El Arco Iris del Deseo" de Augusto Boal. Para el que no lo conozca, una persona que empezó diciendo al público como se tenían que sublevar y más tarde se dedicó a aprender con el público sobre todos los aspectos de la vida. El T.O. ("Teatro del Oprimido") es una forma de teatro participativo, donde cada uno de los asistentes puede proponer modificaciones a la obra o al conflicto que se escenifica, y el resto del público valora la propuesta.

Reproduzco un fragmento de este libro, donde narra la primera incursión de su teatro en un hospital psiquiátrico.

Sartrouville

Annick Echapasse me había advertido: «No habrá mucha gente, siete u ocho adolescentes. Nunca lo sabemos seguro porque, de vez en cuando, se van a hacer prácticas profesionales que pueden desembocar en un empleo fijo. Habrá también un chico en prácticas que es mi ayudante. En total, con nosotros dos, seremos diez o doce».
El primer día fue una sacudida para mí. Ya había conocido a personas de las que llamamos «discapacitados psíquicos». Encuentros ocasionales. En Sartrouville, se trataba de la primera vez que me encontraba con ellos frente a frente para iniciar un diálogo, un intercambio: había grandes expectativas por ambas partes. Yo, por la mía, sentía miedo. Al no haber realizado nunca un trabajo de ese tipo, tenía muchos prejuicios relativos a la salud mental.
Annick empezó la sesión:
-¿Qué queréis hacer?
-Nada -respondió uno de ellos.
Todos estaban de acuerdo con la propuesta.
-Muy bien. Pues no haremos nada. Para ello, nos vamos a dividir en dos grupos que no harán nada. Augusto estará con el grupo de los chicos y yo con el de las chicas. Cada grupo va a intentar no hacer nada, cada uno a su manera. Dentro de una hora nos reunimos y nos mostramos unos a otros qué hemos hecho para no hacer nada. ¿De acuerdo?
Estaban de acuerdo con no hacer nada... en dos grupos.
-No vamos a hacer nada. ¿Qué proponéis para empezar? -pregunté.
-Nada -respondió André.
-Vale. En eso ya nos hemos puesto de acuerdo. Pero ¿cómo vamos a mostrar esa nada? Tenemos que mostrar que no hemos hecho nada en esta media hora: tiene que quedar muy claro. Si nos quedamos aquí, inmóviles, las chicas van a decir que estamos esperando a alguien: esperar ya es hacer algo. Hay que mostrar que no esperamos nada de nada, que de verdad no estamos haciendo nada; nada de nada. ¿Cómo?
André reflexionó con rapidez.
-Así: me echo en el suelo y hago que duermo...
-Haces que duermes: eso ya es algo que podemos mostrar.
¿De qué manera duermes?
Nos enseñó cómo dormía.
-Así, en el suelo.
-¿Y luego?
-Luego, nada...
Nada era la palabra que más oía.
-¿Nada? Pero así no van a saber si duermes o si estás muerto, o si haces que duermes. Tienes que encontrar otra cosa para mostrar que no haces nada.
-Pues vienes tú, me sacudes, me pegas, pero yo no me muevo. Respiro pero no me muevo. Estoy durmiendo y ya está. Y eso es no hacer nada... no reaccionar a nada... nada-
-Y se echó a reír.
-¿Por qué te ríes?-le pregunté.
-Porque cuando duermo, sueño...
Es decir, que incluso cuando no haces nada, haces algo: sueñas.
-Sí.
-Cuando no haces nada, duermes, y cuando duermes, sueñas. Así que siempre haces algo... Me da la impresión de que es imposible no hacer nada de nada... Siempre estamos haciendo algo. No hacer nada de nada, ya es hacer algo, ¿no es cierto?
-Estoy soñando... .
-¿Con qué sueñas?
-Con caballos...
-¿Y con qué más?
-Sueño con caballos... y nada más.
-Te gustan los caballos.
-Sí, me gustan los caballos...
Al lado, Georges nos miraba. Me di cuenta de que estaba hablando sólo con André. Ya había avanzado un poco con él. Podía cambiar de interlocutor para no acosar a André, para no cansarlo.
-Y tú, Georges, ¿con qué sueñas?
-Con el cine.
-¿Sueñas con ser actor?
-Quiero ser director.
-Genial. ¿Quieres ser director de cine? A lo mejor podríamos rodar una escena y mostrársela a las chicas.
-Sí, por qué no.
Hablo mucho, mi trabajo así lo exige. Ellos, en cambio, eran decididamente más sintéticos. Cogí un trozo de madera que había en el suelo e hice como si tuviera una cámara en la mano.
-Mira, George, tengo una cámara. Puedo filmar todo lo que quiera. Fíjate: estoy filmando tu pie, tu nariz; me alejo y os puedo filmar a todos juntos. Eso es. Ahora te paso la cámara. Te toca a ti filmar. ¿Qué vas a escoger?
Georges me quitó la falsa cámara de las manos y empezó a filmar a su libre albedrío. Le pedí que nos dijera lo que teníamos que hacer. Se conducía como un verdadero director, y André aceptó ser el protagonista. Pasada la media hora, los dos querían mostrar a las chicas la nada que habían hecho.
Annick nos llamó y nos dijo:
-Nosotras también hemos hecho algunas nadas que queremos mostraros. ¿Quién empieza?
André, el protagonista de la película de Georges, estaba encantado y pidió ser el primero. De acuerdo.
-¡Georges, te toca! ¡Venga, muéstrales cómo no hemos hecho nada!
Georges se echó en el suelo: estaba durmiendo. En su sueño mostraba la cámara y daba indicaciones a André sobre su papel: correr, repetir una toma, dar la mano a sus compañeros. Acercó la cámara, hizo planos cortos, médium shots; retrocedió y nos mandó sonreír, sentarnos, caminar.
¡Hablaba con autoridad, como debe hacerlo un verdadero cineasta! Encantados, los demás chicos interpretaban sus papeles.
Me pareció una idea excelente, y Annick propuso a los demás que cogieran la cámara a su vez y filmaran. Habíamos comprendido el enorme poder movilizador de aquel juego. El principio era simple: al coger una cámara, real o ficticia, el individuo se convertía en el protagonista de una acción; un sujeto activo y no un*objeto. Coger una cámara, aunque fuera ficticia, significaba tomar la decisión, elegir qué filmar. Aunque decidiéramos filmar nada. Aunque fuera un sueño. Empuñar la cámara -¡que para nosotros funcionaba!- obligaba al que la cogía a hacer; a buscar el ángulo, la imagen.
Annick había dicho: «¡Mostrad la nadal». Para mostrar esa nada había que hacer algo. Había que negar la nada. Esa exigencia se realizaba en el acto de coger la cámara.
Cada adolescente utilizó la cámara según su personalidad, su individualidad: a la hora de filmar, cada uno lo hacía de manera diferente.
Mientras que al principio yo no percibía sus diferencias, ahora me saltaban a la vista. Mi primera impresión había sido: «Son todos discapacitados psíquicos». Son todos iguales.
Con el rodaje, cada uno mostraba mejor quién era, los matices de su personalidad. Ciertamente, eran discapacitados, pero no estaban locos.
Cada uno me impresionó a su manera. Sobre todo Georges: quería ser cineasta y había tenido la excelente idea de jugar con la cámara.
Acabada la sesión, Annick y yo nos marchamos juntos.
En el coche, le confesé mi asombro: había conseguido ver a seres humanos ahí donde antes sólo veía un grupo de discapacitados psíquicos.
-¿Sabes, Annick?, lo que más me ha impresionado ha sido ver que son inteligentes y que hasta pueden ser buenos cámaras. Sobre todo Georges, tan inteligente, tan creativo: no tenía ninguna pinta de deficiente.
-¡Claro que no! -me dijo Annick riendo-, ¡él es mi ayudante!
Había olvidado que había una persona en prácticas.
Como me gusta aprender de mis fracasos y no sólo de mis victorias, empecé a reflexionar: ¿por qué ese olvido? Me había dicho a mí mismo: «Voy a trabajar con discapacitados psíquicos» y había empezado a prepararme para dialogar con deficientes, para ver deficientes por todas partes. Desde el momento en que había puesto el pie en el hospital, toda las personas con que me encontraba eran para mí deficientes potenciales. Hasta el director, un hombre atento, escapó por poco a esa categorización, ya que tenía más de cuarenta años y yo sabía que el hospital sólo aceptaba a pacientes de veinte años de edad o menos. Sin embargo, varios profesores más jóvenes me parecieron un poco extraños., lúgubres... locos.
Considerar a todas esas personas como deficientes mentales no resultaba demasiado difícil: ¿no tenemos todos pequeños tics nerviosos, una mirada diferente, una manera de andar un poco anormal? ¿No es así? Fijémonos, por ejemplo, en usted y yo: nosotros, amable lector, no somos normales...
¿Quién es normal? El mecanismo es simple: desde el momento en que se me dijo que eran «portadores de deficiencias » los consideré como tales. Cualquier persona que me hubieran presentado habría sido acogida con la misma amabilidad, la misma compasión... y la misma distancia: ¡ojo, no quiero que nos confundan! ¡Yo soy normal, ¿eh?!
A partir de aquel incidente, empecé a observar el comportamiento de los enfermeros con los adolescentes y me di cuenta de que ellos sabían quién estaba enfermo y quién no. Valiéndose de ese saber, trataban a los enfermos con energía y determinación. Estaban acostumbrados a tratar a los enfermos así. Como si cada uno de ellos llevara una etiqueta en la frente: «Tenemos todos la misma enfermedad»- Como en una cárcel, donde todos los presos son presos y da igual el crimen que hayan cometido para encontrarse allí; todos iguales, sin nombre, sólo un número.
Supongamos que, como a Georges, me hubieran considerado como un enfermo. ¿Cuánto tiempo habría podido resistir? Si la imagen que se me devuelve es la de un loco, si con palabras y miradas se me dice que estoy loco, ¿cómo puedo convencerme de que no es cierto? Lejos de mí la idea de insinuar que los adolescentes se habían puesto enfermos por haber estado sometidos a las miradas de los enfermeros. En ningún caso. Muchos tenían familias. En esas familias había padres alcohólicos, miseria, vivían en barrios inmundos donde circulaba la droga, sufrían agresiones físicas, corporales, promiscuidad, y toda la serie habitual de infortunios que conlleva la pobreza: no fue una mirada así o asá lo que provocó que llegaran a ese estado.
Pero no por ello me impresionó menos la mirada de los enfermeros.
¿Por qué? Porque yo mismo había mirado a esos jóvenes con la mirada piadosa de quien dice: «¡Estás loco! Pobre de ti... Qué desgracia... Pero por favor: no te acerques...».

miércoles, 16 de febrero de 2011

BOGERIES, reflexions al voltant del tema



Michel Foucault, en algun lloc de la seva "Història de la bogeria en l'època clàssica", destaca la situació liminar del boig: Alhora amenaçadors i ridículs, se’ls tancava a les portes de la ciutat –ni fora ni dins. I aventura que aquesta situació es manté fins avui, si considerem que als afectats per trastorns mentals els col·loquem als límits de la nostre consciència (això sería aquell punt en que no s’hi pensa gaire però tampoc s’oblida del tot).

Començo per examinar la paraula ‘boig’. La definició ‘mancat de judici o de raó’ sembla tan difosa que se li pot aplicar a gairebé qualsevol persona, al menys en alguns moments de la seva vida. L’ús que fem d’aquesta paraula també està plè d’ambigüitat. Sovint diem ‘boig’ per significar ‘molt’ o ‘en quantitat desmesurada’, com al dir ‘està boig pel futbol’. Cap dona s’ofen si li diuen ‘estic boig per tu’. Ningú s’ofendria si li deiem ‘estàs boig’ davant d’una seva actuació especialment agosarada.

Aleshores, ¿ a qui considerem boig de veritat, en el sentit de dur-lo a un psiquiatra ?
A qui té un comportament, per activa o per pasiva, que xoca amb les persones del seu entorn. El que xoca no és la manca de raó, sino algunes de les maneres en que això es manifesta, és a dir, alguns comportaments. I el xoc succeix amb les persones amb qui tracta, el seu entorn.

Això de xocar tampoc és completament clar. Certament, el boig no respecte les normes i convencions socials que son part essencial de la civilització (recordem que ‘civilització’ vé de ‘civitas’: els ciutadans al tenir tracte freqüent els uns amb els altres, creen normes de convivència –escrites o implicites– que permeten la interacció sense topades); però a diferència d’altres elements que també xoquen (com per exemple els qui no respecten la propietat aliena, o professen ideologies o religions molt diferents de les del seu entorn), els bojos gaudeixen d’un status especial; tot i ésser considerats transgressors, reconeixem un caracter involuntari a les seves transgressions. Romanen, per a la societat, en una espècie de llimb, ja que no poden ésser admesos ni tampoc castigats. “Ni admesos ni castigats” vol dir que son apartats, ja sigui foragitant-los o recloent-los.

Però el xoc implica no–acceptació. Per comparar: de tant en tant algú troba que s’han d’eliminar persones d’una certa raça, d’una certa ideología o d’una certa religió. I si aquesta opinió coincideix amb la del seu entorn, se-l considera patriota (tot i que, per part d’altres grups, se-l consideri criminal). Però si algú declara que s’ha d’eliminar un determinat grup humà amb el que no hi ha conflicte (per exemple: hauriem d’expulsar a les persones amb ulls verds), aleshores és clar que es tracta d’un boig que diu bogeries. Tan sols assenyalo que els xocs no depenen només “d’un determinat comportament”, cal una diferència amb el que es considera ‘normal’ o ‘anormal’ en l’entorn on es produeix. I el que és perfectament acceptat en un païs i època, es considera bogeria en un altra lloc o moment. Això conecta amb la dita de Goethe de que "la bogeria, a vegades, no és altra cosa que la raó presentada sota una forma diferent".

Les formes de foragitar o recloure canvien en el temps. Avui ningú no entregaria un familiar trastornat als mariners d’algun vaixell perque el desembarquin lluny de casa seva. Però no és estrany entregar al dit familiar a una institució per tal que ‘el cuidi’, lluny del seu nucli familiar. No oblidem que totes aquestes actuacions sempre estan motivades per la protecció; en primer lloc per a la protecció dels que es consideren mentalment sans, ja que tenir cura d’una persona afectada d’un trastorn mental és, com a mínim, esgotador; i en segon lloc, per tal de preservar la resta de salut (la física) de l’afectat; salut que, sovint, no entre dins del seus temes d’interès.

En relació a la reclusió, fa poc més de dos segles Pinel va gosar treure les cadenes a persones tancades per la seva ‘manca de judici’. Quan posar cadenes va passar a considerar-se un tracte ‘poc humà’, es varen trobar alternatives (com ara la camisa de força). Fa cosa de seixanta anys, però, es va fer un descobriment notable: la clorpromazina. Des d’aleshores, gracies a aquest fàrmac i als que l’han seguit, es poden limitar les manifestacions més molestes de la ‘manca de judici’ sense haber de recloure ni de lligar a qui les manifesta. Aquest descobriment i la seva aplicació, ha estat considerat una revolució (la cuarta) dins de la psiquiatria. Pel que fa a les perspectives de curació (o de reinserció) segueixen essent minses, però el trasbals general s’ha reduït força.

Tots els antipsicòtics actuen bloquejant alguns dels receptors de la dopamina i, en menor mesura, dels de la serotonina. Amb aquestos bloquejos s’aturen o disminueixen un gran nombre de funcions, incloses moltes d’aquelles que classifiquem com a ‘simptomes de bogeria’. I també d’altres que son molt necessaries, l’aturada de les quals provoca els notables efectes secundaris que acompanyen aquesta mena de medicació. Si aquest tipus de solució la traspassesim al camp de l’informàtica, sería com arreglar una ‘penjada’ de windows a base de tallar algunes conexions de la placa base.

Em resulta soprenent la quantitat d’afirmacions gratuïtes (sense cap estudi que les recolzi) que es fan respecte a l’etiologia de l’esquizofrènia. És lloc comú atribuir-li causes neurològiques. Jo, professionalment aliè al tema, em limito a constatar la quantitat d’afirmacions contradictòries per part dels especialistes del sector. Fins i tot l’ American Psychiatric Association, l’editora del DSM (un manual de referència per a la psiquiatria), es va veure obligada a declarar que “no es coneixen lesions patològiques o anomalies genètiques que es puguin utilizar com a marcador biològic d’un trastorn mental determinat o d'un grup de trastorns”.

Els humans tenim afició a les explicacions ad-hoc. Fa pocs segles es deia que la fusta cremava perquè contenia ‘flogist’ i que les pedres no cremen perquè no en tenen. I avui, en un altra camp, per explicar algunes de les observacions astronòmiques, resulta intelectualment més comfortable imaginar una hipotètica ‘matèria fosca’ abans d’haver-se’les amb alguna de les teories MOND, malgrat aquesta última hipòtesi sigui més senzilla i expliqui major part de les observacions. De la mateixa forma, sospito que per a moltes persones resultaria més còmode poguer tractar els trastorns mentals amb fàrmacs o quirofan, tal com es fa amb les enfermetats corrents, abans que intentar comprendre coses tan complexes com la ment humana. 

lunes, 14 de febrero de 2011

COLLAGE

TSUNAMI DE LA OBESITAT (Al Jazeera 04-02-2011)

Més de cinc cents milions d'homes i dones - gairebé un de cada nou de tots els adults de tot el món - són clínicament obesos, diu un informe recolzat per l'Organització Mundial de la Salut (OMS).

Les xifres, publicades fa poc, són gairebé el doble de les de 1980, el que indueix als metges a dir que un "tsunami de l'obesitat" es desplega a tot el món.

El 2008, l'últim any de què es disposa d'estadístiques, gairebé una dona de cada set i un home de cada 10 eren obesos, va trobar l'estudi realitzat per l'Imperial College de Londres i la Universitat de Harvard.

Segons l'OMS, l'obesitat, causa tres milions de morts prematures cada any per malalties del cor, diabetis, càncer i altres trastorns.

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LA GANA NO DISMINUEIX  ('Hunger Facts' freebase.com)

L'11 d'octubre de 2010, es va informar que el nombre de persones desnodrides en el món supera els mil milions de persones, aproximadament una sisena part de la població total del món.

Hi havia 923 milions de persones desnodrides al món el 2007, un augment de 80 milions des de 1990. La FAO sosté que el món ja produeix aliments suficients per alimentar a tots els 6 mil milions, i podria alimentar el doble - 12 mil milions de persones.

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Más muertes por suicidio que por accidentes de tráfico (EL PERIODICO 19-10-2010 )

En España mueren más personas por suicidio que en accidente de tráfico, según los datos presentados hoy por el presidente de la Fundación de Psiquiatría Biológica y Salud Mental, José Giner, con motivo del Congreso Nacional de Psiquiatría que se celebra en Barcelona hasta el 22 de octubre (del 2010).
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Además, se calcula que se producen una media de 15 intentos de suicidio por cada uno consumado que acaba en muerte, una conducta que se da más en mujeres que en hombres, y más en personas jóvenes. José Giner ha alertado de que "están creciendo los suicidios entre los adolescentes y los jóvenes de forma alarmante, que ya suponen entre el 3% y el 5% de todos los suicidios".
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En su opinión, los suicidios entre los jóvenes seguirán creciendo si no se toman medidas, como se ha hecho con el tráfico, y destaca la importancia de identificar previamente las poblaciones de riesgo en los colegios, en el entorno familiar y en el de amistad, porque cree que con más atención se podrían prever hasta un 20% de los casos.

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La Campaña de los Barones de la Droga para Hacernos a Todos Locos.
Eugenia Tsao (Counterpunch, 20-08-2009)
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Nos encontramos en un extraño momento en la historia. No debería sorprendernos que las condiciones agotadoras y alienantes en que vivimos y trabajamos produzcan una miríada de formas de sufrimiento psicológico. Sin embargo, los críticos de la psiquiatría biológica son habitualmente objeto de la acusación falaz de que, porque rechazamos la ecuación infelicidad igual a enfermedad, debemos creer que es una debilidad. Esta es una falsa dicotomía. ¿ Es tan difícil de entender el dolor generado por la vida en el capitalismo neoliberal como algo que merece una reflexión digna, irreductible a la alternativa enfermedad o debilidad ? ¿Es tan difícil comprender que destrivializar las condiciones sociales que dan lugar a la desesperación o las ideologías que equiparan diferencia con enfermedad no es trivializar la desesperación o la diferencia ?
Seamos sinceros. La actual campaña de los barones de la droga para patologizar respuestas emocionales totalmente naturales frente al hambre, la humillación, la inseguridad económica, el racismo, el sexismo, el exceso de trabajo y el aislamiento es una táctica venal, destinada a crear mercados, maximizar beneficios y minimizar la disidencia. Ya sea intencional o no, el resultado es que hemos llegado a vernos como patógenos a nosostros mismos - nuestros cuerpos, cerebros, y genes - en lugar de nuestro entorno social, pese a la evidencia en sentido contrario. Mientras el DSM-V  se teje, tenemos que estudiar las consecuencias nefastas de esta tendencia y seguir haciendo sonar las alarmas.

De todo, menos la atención de sus padres

Crecer sin ver apenas a los progenitores multiplica los problemas de la adolescencia - Menores de familias acomodadas ingresan en internados y centros tutelados por la poca dedicación a los hijos.

JOAQUINA PRADES (El País 14-02-2011)

Lo tienen todo menos lo imprescindible. Casas confortables, padres con profesiones de éxito, toda la tecnología casera disponible en el mercado, ropa de marca, dinero para gastos, caprichos... Pero les falta algo. Los adolescentes urbanos procedentes de familias de clase media y media alta empiezan a llenar las consultas de psicólogos y pediatras sociales aquejados del mal de la soledad. Han crecido casi por su cuenta, a cargo de cuidadoras ajenas a la familia, y sus padres, ocupados a tiempo completo en mantener el estatus social, carecen del tiempo que ellos demandan. Las consecuencias suelen ser perversas: trastornos de conducta, agresividad, enfrentamientos constantes con los padres... Y también una tendencia al aislamiento preocupante. Tanto, que algunos adolescentes han empezado ya a ser catalogados en situación de riesgo y enviados temporalmente a pisos tutelados por la Administración.
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Estas conductas antisociales ¿obedecen a una venganza de los adolescentes contra los progenitores por haberles sometido a un semiabandono de hecho? ¿O es su manera de protegerse del desvalimiento propio de los años más confusos de la existencia? ¿Se recuperan socialmente estos chicos difíciles y solitarios?
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El primer contacto con los profesionales proviene habitualmente de la madre. Aunque ambos progenitores trabajen, sigue siendo ella la que busca tiempo para recurrir a la ayuda de los expertos. El lamento inicial tiene un patrón común, según Blanca Betes: "Mi hijo es un desastre, no va a clase, suspende todo. Está agresivo, nos insulta y hasta nos pega. Vivimos en el infierno". Los padres siempre echan la culpa a los hijos. Se sienten víctimas de una injusticia: han dado todo por ellos y solo reciben disgustos. A medida que avanza la terapia, asoma el sentimiento de culpa. Al final, asumen que, efectivamente, le han dado todo, excepto su tiempo. Y no es un detalle menor.
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sábado, 12 de febrero de 2011

Las ilusiones que genera el cerebro


Una feria muestra en BCN las ilusiones que genera el cerebro

MICHELE CATANZARO, BARCELONA (El Periódico, 29/10/2007)

Los trucos para engañar a los cinco sentidos fueron protagonistas en la feria científica Las ilusiones del cerebro, ayer en la Sala Razzmatazz de Barcelona, bajo la coordinación de Mara Dierssen, del Centro de Regulación Genómica de Barcelona. Neurocientíficos de varios centros españoles llevaron a la sala electrodos, cascos y programas de realidad virtual para que los asistentes pudieran experimentar en su piel lo fácil que es engañar el cerebro. Una experiencia divertida, pero también útil para entender hasta qué punto enfermedades como la anorexia o la esquizofrenia pueden deformar la realidad.
Más de un participante se quedó sorprendido al percibir como propia una mano de goma. María Victoria Sánchez Vives, del Instituto de Neurociencias de Alicante, logró ese efecto tapándole la mano real, enseñándole una de goma y estimulando simultáneamente las dos. "El cerebro recibe el estímulo táctil y ve la estimulación de la mano de goma", explicó Sánchez Vives. "Para interpretar esta situación, concluye que la mano de goma debe ser la real". El equipo de la investigadora indujo también la Ilusión de Pinocho, la sensación de tener una nariz de decenas de centímetros. "El cerebro rellena los huecos en la información de los sentidos", comentó Sánchez. "Este proceso es evidente en las ilusiones, pero actúa siempre: la realidad es una creación de nuestra mente".
Esto pasa cuando una persona oye el llanto inexistente de su bebé o el sonido ficticio de su móvil. "Son fenómenos psicoacústicos, relacionados con sonidos con un fuerte contenido emocional", explicó Isabel Varela, del Grupo de Neurobiología de la Audición de Madrid. Su equipo trajo grabaciones de la Escala de Shepard, la secuencia infinita de notas ilusoriamente ascendentes de Bach en su Canon per tonus.

APLICACIONES
Mel Slater, de la Universidad Politécnica de Catalunya, indujo una sensación de encogimiento de la cintura en unos voluntarios con aparatos vibrantes. "La percepción de nuestro cuerpo es una creación del cerebro", comentó. "Las personas anoréxicas tienen una imagen ilusoria de su cuerpo". Por su parte, María Isabel Diges, de la Asociación Española de Hiperacusia y Acúfenos, explicó que algunos pacientes perciben un pitido de fondo constante. En la feria se presentaron también aplicaciones exitosas de las ilusiones. Por ejemplo, unos brazos virtuales utilizados por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra en la recuperación del Ictus. O un sistema de pantallas interactivas diseñadas por Narcís Parés, siempre de la UPF, que facilitan la integración de niños autistas en su entorno.

sábado, 5 de febrero de 2011

El mateix resultat amb antidepressius i placebo

Fàrmacs antidepressius d'última generació, com el Prozac i el Seroxat no tenen molt més efecte que els placebos sobre la major part de les persones que pateixen depressió, segons un estudi elaborat per la Universitat de Hull, al Regne Unit i que ha estat publicat a PLoS Medicine.

 (El País - 26-02-2008)
"La diferència en la millora entre els pacients que prenen placebos i aquells que consumeixen antidepressius no és massa important. Això significa que les persones que pateixen de depressió poden millorar sense tractament químic", ha explicat el professor Irving Kirsch, del departament de psicologia de la Universitat de Hull. Forma part del grup d'experts que ha analitzat les dades publicades i no publicades (però posades a disposició dels organismes de certificació britànica i nord-americana) respecte a 47 assajos clínics d'inhibidors selectius de recaptació de la serotonina (ISRS). Aquestes substàncies eviten que la serotonina (un neurotransmissor que inhibeix reaccions com l'enuig, l'humor, el desig sexual i altres) que segrega l'organisme, sigui reabsorbit per les neurones, de manera que augmenta el seu nivell. L'estudi se centra en els ISRS més venuts: fluoxetina (Prozac, en nom comercial), venlafaxina (Efexor) i la paroxetina (Seroxat). La investigació suggereix que aquests fàrmacs no tenen més efecte que els placebos en persones que pateixen una depressió lleu i per a la major part de les que pateixen una depressió profunda. Pel que fa a les depressions molt profundes, la diferència està més vinculada a una menor reacció dels pacients als placebos que a una reacció positiva als antidepressius, segons aquest estudi. "Donats aquests resultats, sembla que hi ha poca justificació per a la prescripció de tractaments antidepressius excepte si els tractaments alternatius no han tingut resultats", assenyala Kirsch. L'associació Mind, especialitzada en la salut mental, assegura que només al 2006 es van prescriure 31 milions d'antidepressius al Regne Unit, d'ells 16,2 millions eren ISRS. 

viernes, 4 de febrero de 2011

La meditació genera canvis en el cervell

Un estudi publicat recentment considera que un curs de meditació de vuit setmanes porta a canvis estructurals en el cervell.

Christie Nicholson
Scientific American, 22 gener 2011

Les noves descobertes en el camp de la neurociència efectuades en els últims cinc anys, proven els beneficis de la meditació; segons els investigadors es troben veritables canvis fisiològics causats per aquesta mena d'introspecció practicada assíduament.

Recentment, els científics del Massachusetts General Hospital varen tenir 16 participants en un programa de meditació de vuit setmanes. Aquest tipus de meditació es centra en la consciència sense prejudicis de sensacions i sentiments. Els subjectes practiquen durant uns 30 minuts al dia.

Es van prendre imatges cerebrals de cada subjecte abans i després de l'entrenament. Els científics van trobar augments en la densitat de matèria grisa a l'hipocamp, una àrea responsable de l'aprenentatge i la memòria. I van veure disminució de la densitat en l'amígdala, que és responsable de la nostra ansietat i respostes d'estrès.

Una àrea que no canvia és la ínsula, que s'associa amb l'auto-consciència. Els investigadors especulen que podria ser necessaria la
meditació a llarg termini per a afectar aquesta zona.

Tot això ens recorda dues coses: 1
) El cervell és molt més plàstic del que els científics pensaven fins i tot fa tot just una dècada,  i 2) la manera com se senten -en calma o ansiós-, es pot correlacionar amb indicadors estructurals reals en els nostres cervells.